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BlackRock: “Brasil será fuente de inversiones sustentables” con Lula

El 90% del tiempo es la única mujer en la sala, pero Karina Saade, la jefa de la oficina en Brasil de la gestora de fondos más grande del mundo, no pierde vista que cada día más son las mujeres las administradoras del hogar

Karina Saade, CEO de BlackRock en Brasil
Karina Saade, jefa de la oficina de BlackRock en Brasil, el viernes pasado en su oficina en São Paulo.Lela Beltrão

Karina Saade (Montevideo, 42 años) se comporta de manera tan cálida, cercana e informal que es fácil olvidar que es una de las mujeres más poderosas de Brasil. Dirige desde 2021 las operaciones de BlackRock en la primera economía de América Latina. La consejera delegada elude cifrar los activos que el mayor fondo de inversiones del mundo maneja en este país pero a nivel global suman 8,6 billones de dólares, sí, con B y ocho ceros. Brasileña aunque nacida en Uruguay, gastó las ganancias de sus primeras inversiones en estudiar en EEUU. Hizo Económicas y Relaciones Internacionales en Stanford y luego fue a Harvard.

Saade habla sobre el nuevo Gobierno brasileño, las oportunidades que vislumbra y cómo se maneja en un ecosistema tan masculino durante una entrevista con este diario por videollamada desde su despacho en São Paulo. Viene a ser la personificación de los mercados, ese concepto tan abstracto y tan influyente.

Pregunta. ¿Qué oportunidades hay para inversionistas bajo el nuevo Gobierno en Brasil?

Respuesta. Hay oportunidades estructurales en Brasil que son independientes de la Administración en turno. Las carteras brasileñas no están muy diversificadas. Tienen fuertes concentraciones en renta fija local. Definitivamente existe una oportunidad de optimizar el rendimiento logrando una mayor diversificación entre activos, tanto locales como internacionales. Nuestros estudios muestran que, con el tiempo, las carteras más diversificadas son más resistentes en momentos de volatilidad. Así que hay una oportunidad de hablar con los inversionistas brasileños sobre cómo diversificar su cartera, cómo diversificar su riqueza, algo que es independiente del momento cíclico en el que nos encontramos. Además, la industria brasileña de administración de fondos está experimentando muchos cambios. Antes, estaba dominada por solo unos pocos y han ingresado nuevos participantes, desde plataformas independientes hasta varias fintechs. Y el intercambio B3 amplía la cantidad de ofertas. Estamos en un momento muy diferente en Brasil. Las opciones se han expandido significativamente. Sobre la Administración Lula hay muchas cosas que aún están por definir, pero claramente tiene un fuerte enfoque en el medio ambiente. Y creo que existe una oportunidad para que los inversionistas brasileños, así como los extranjeros que miran a Brasil, piensen en términos de sustentabilidad. Brasil va a ser más relevante en el ámbito internacional como originador de activos verdes. Será una fuente de inversiones sostenibles para los inversores brasileños y para el mundo.

P. El mercado de bonos verdes, por ejemplo, es más pequeño en Brasil que en Chile y en México. ¿Es este el tipo de oportunidades a las que se refiere?

R. Los bonos verdes son uno de ellos. Si bien Brasil puede ser, hasta ahora, menos visible con instrumentos individuales, la verdad es que, a nivel local, hay una serie de activos que son sostenibles. La red eléctrica brasileña, por ejemplo, es increíblemente verde, el 80% de nuestra electricidad proviene de la energía hidroeléctrica. Si eres un inversionista en infraestructura, eso podría ser muy interesante. Pero la pregunta es qué tan accesibles han sido esas oportunidades para los inversionistas locales o extranjeros en el pasado. Cómo se toman los activos, se empaquetan y se entregan a los mercados de capitales o a los mercados privados. La cuestión de cómo construyes esa narrativa y cómo exportas esa narrativa globalmente para que sea bien conocida. Creo que los prospectos en Brasil son muy sólidos. Bajo Lula habrá más esfuerzos para hacer eso, para conectar las fuentes de financiación con los activos la que necesitan.

P. Empezó su carrera poco antes de la crisis financiera del 2008. Desde entonces hemos visto una crisis de deuda, una pandemia global y ahora una guerra en Europa. ¿Cómo se adapta BlackRock a un mundo tan incierto?

R. Mi primer trabajo en BlackRock fue invertir en activos bancarios, por lo que viví muy de cerca la crisis del 2008. Creo que la mayoría de nosotros vemos la incertidumbre, primero, como una fuente de oportunidad porque desde una perspectiva puramente de inversión, la mayoría de las veces aumenta la dispersión de los rendimientos. Aumenta la separación de los rendimientos en diferentes geografías, en diferentes industrias, y eso crea oportunidades para que los inversores se diferencien en las apuestas que están haciendo. Lo llamamos generar oportunidades alfa. La volatilidad ayuda a diferenciar a los inversores que están muy atentos a una situación de aquellos que están un poco más alejados de ella. Tenemos una gama muy amplia de inversores que están especializados en muchas geografías, industrias y mercados diferentes y tenemos lo que creemos que es un sistema de gestión de riesgos de última generación a través de una tecnología que hemos desarrollado y patentado llamada Aladdin. En mercados muy inciertos, esta tecnología nos ayuda a identificar muy rápidamente lo que tienen nuestros inversores y las apuestas que estamos haciendo. Creo que nuestro punto de vista es: en medio de mucha incertidumbre, ahí es donde realmente aparece la oportunidad para aquellos que están buscando. Estamos emocionados de que el mundo esté siempre en movimiento.

P. ¿Cree que la confrontación abierta del presidente Lula con el banco central perjudica la confianza de los inversores? ¿Es ruido innecesario?

R. A los inversores les gusta la estabilidad institucional. Pero creo que los inversores que han estado siguiendo a Brasil durante bastante tiempo saben que hay muchos jugadores en la cancha. Es decir, hay muchos controles y contrapesos aquí que hacen que el panorama sea algo complejo y va más allá de declaraciones individuales.

Karina Saade, consejera delegada de BlackRock en Brasil, el viernes pasado ante una obra de Vik Muniz en la sede brasileña de la empresa, en São Paulo.
Karina Saade, consejera delegada de BlackRock en Brasil, el viernes pasado ante una obra de Vik Muniz en la sede brasileña de la empresa, en São Paulo.Lela Beltrão

P. Además, Lula ya es bien conocido. Quien invierta su dinero en Brasil sabe qué esperar de él.

R. Sí, creo que la mayoría de la gente en Brasil generalmente tiene una visión de Lula. Lo que están tratando de evaluar es si el nuevo mandato será igual a esa visión que ya tienen.

P. La historia financiera del momento en Brasil es la caída de Americanas. Se ha reportado que BlackRock compró una participación en la empresa pocos días antes de que se anunciara el hueco en su contabilidad. ¿Qué fue lo que pasó?

R. Desafortunadamente no podemos comentar sobre compañías individuales. Sí puedo decir que, a menudo, muchas de nuestras participaciones están en fondos indexados. Es decir, en productos pasivos que siguen un índice o cualquier empresa que esté en un índice. En ese caso, tendríamos que retener la participación. No es necesariamente una apuesta específica en una empresa. A menudo, las personas solo ven nuestra participación total e inmediatamente piensan que estamos haciendo una apuesta activa, pero no siempre es así.

P. En 2021, en medio de la pandemia, ingresaron al mercado brasileño dos millones de inversionistas novatos a la Bolsa de valores. ¿Como ve esta nueva tendencia?

R. Es emocionante.

P. ¿Cree que entienden bien los riesgos, las ventajas y desventajas de entrar al mercado?

R. Esa es una muy buena pregunta. Para nosotros, es muy emocionante ver a gente nueva entrar a invertir. Lo consideramos como una democratización. Más personas con capacidad de materializar sus objetivos y ser dueños de su futuro financiero. Es positivo. Ahora, ante la pregunta de si están adecuadamente informados, creo que nos corresponde a todos los principales actores en la industria de servicios financieros hacer mucha educación financiera, no solo dirigida a esos nuevos inversores, sino al panorama más amplio, particularmente en mercados que se están desarrollando y creciendo en profundidad. Con esa emocionante tendencia viene una gran responsabilidad: hablar con esos inversionistas de una manera que tenga sentido para ellos y educarlos sobre las diversas opciones.

P. No quisiéramos dejarle ir sin preguntar sobre su experiencia como mujer joven en una posición de tal poder, en un mundo primordialmente dominado por hombres. ¿Ha padecido machismo? ¿Cuáles han sido los retos de este puesto?

R. En los niveles superiores de los servicios financieros se ha logrado algún progreso, pero todavía está muy desequilibrado. Y es así a pesar de que las mujeres cada vez más toman decisiones financieras en sus hogares. Cuando observas al usuario final, las mujeres juegan un papel cada vez más importante y los servicios financieros se están poniendo al día para reflejar eso. Probablemente mi mayor desafío ha sido la falta de referentes a seguir. A veces he mirado a mi alrededor preguntando, ¿a quién admiro? Y he encontrado modelos masculinos a seguir. Mi opinión es que deberíamos dejar de definir la mentalidad como ‘nosotras las mujeres contra ellos los hombres’ y entender que en realidad podemos tener patrocinio y colaboración y personas que nos defiendan en la comunidad masculina. Acercar a la comunidad masculina a la agenda femenina como defensores de la agenda femenina. A lo largo de mi carrera, han habido varios hombres que me guiaron y apoyaron. Poder acercarlos realmente a la conversación es algo que todos debemos esforzarnos por hacer porque siguen siendo la mayoría. Todos deberíamos comprender que el liderazgo femenino no tiene por qué ser igual al masculino. De hecho, hay muchos beneficios de tener diferentes enfoques de liderazgo. No se trata solo de hacer el bien, se trata de mejorar el desempeño de la empresa, la capacidad de la compañía de tomar decisiones bajo estrés, para conectarse con una base más amplia de clientes, con los reguladores, para retener el capital humano y talento como el de los millennials, por ejemplo, que buscan un conjunto diferente de valores. Hay tantas ventajas en una base de liderazgo más diversa y necesitamos ampliar esa narrativa.

P. ¿Qué tan seguido te pasa que es la única mujer en la sala?

R. Probablemente el 90% de mi tiempo. Pero, saben, es gracioso. No quiero que parezca que nunca me siento intimidada porque a veces lo estoy, pero no es porque sea mujer. Hay tantas incertidumbres en el mundo que tengo que estar aprendiendo todo el tiempo y parte de mi trabajo es ser humilde sobre lo que sé y lo que no sé, y cuánto más necesito aprender y ser curiosa. Así que a veces me siento intimidada por el conocimiento que me rodea. Pero no me intimida ser la única mujer porque reconozco que traigo diferentes habilidades a la sala que son muy, muy valiosas para una organización. Las mujeres necesitan identificar eso y encarnarlo y construir esa confianza. No necesitan saberlo todo, pero las cosas que traen pueden ser extremadamente valiosas.

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