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Alemania exige que todos los países de la UE sigan las mismas reglas para reducir la deuda

Lindner: “La crisis del euro demostró que los recortes duros son necesarios cuando se duda de la fiabilidad de las finanzas públicas”

Elena G. Sevillano
Christian Lindner Alemania
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, a su llegada al Ecofin celebrado este martes en Bruselas.OLIVIER HOSLET (EFE)

Todavía no está claro qué reforma de las reglas fiscales europeas propone Alemania, pero se va perfilando la que no le gusta: la propuesta de Bruselas. Su ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, ha planteado este martes en la capital comunitaria sus líneas rojas, que consisten en esencia en que los estados miembros con altos índices de endeudamiento deben comprometerse a reducirlo mediante unas reglas fijas y no sujetas a negociación. Una de las claves del rechazo de Lindner es la propuesta del Ejecutivo de Ursula von der Leyen de crear vías individuales de reducción de deuda con reglas distintas para cada país.

Lindner ya avisó al comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, durante la visita de este último a la capital alemana para sondear al Gobierno de Olaf Scholz a finales de enero: “Tenemos dudas de que la propuesta de la Comisión conduzca a una senda fiable de reducción de deuda pública”, le dijo abiertamente durante la comparecencia conjunta ante los medios.

Esta semana, en vísperas del Ecofin (consejo de los ministros de Economía y Finanzas de la UE), el alemán ha querido dejar todavía más clara su posición en un artículo de opinión en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. “Debe preservarse el carácter multilateral del conjunto de la supervisión fiscal. No debe haber caminos especiales para Estados individuales”, escribe, contundente, Lindner, disparando así a uno de los pilares de la propuesta de reforma presentada por el Ejecutivo comunitario en noviembre pasado.

Mientras, Bruselas urge a los Veintisiete a consensuar una reforma lo antes posible, idealmente en el mes de marzo, en la siguiente reunión del Ecofin, pero Berlín no parece tener la misma prisa, o bien anticipa que el acuerdo no está a la vista. Lindner asegura que quiere hablar con los socios europeos de las “diferencias y similitudes” de sus enfoques durante “las próximas semanas”. Con un objetivo claro: en los Estados miembros con deuda elevada, “las reglas deben conducir a una reducción notable de manera rápida, creíble y sostenible”. Las posturas están muy alejadas, a juzgar por cómo describe Lindner las negociaciones: “Estamos al comienzo”, señala.

Las reglas fiscales, recogidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, están suspendidas hasta finales de este año, el tercero después de que la llegada de la pandemia obligara a activar la llamada cláusula de escape en 2020. La reforma del pacto, el principal debate económico del año en Bruselas, no va a tocar dos de sus tres pilares —que el déficit público anual no supere el 3% y que la deuda se mantenga por debajo del 60%— pero sí el tercero, que dispone cómo reducir el endeudamiento cuando supera ese límite.

Los Veintisiete están de acuerdo en modificar la regla del 1/20, según la cual la deuda debe reducirse a un ritmo de una veinteava parte cada año. Bruselas propone establecer ritmos individuales de reducción del pasivo, de forma que cada país negocie con Bruselas las condiciones para hacerlo en periodos de cinco años más dos. Hasta ahora la norma preveía sanciones en caso de incumplimiento, que en realidad nunca fueron efectivas.

“Los objetivos deben ser tan realistas que no sirvan de excusa para no aplicarlos”, apunta Lindner en el diario alemán. El ministro dice que puede contemplar “que se flexibilice el calendario de reducción de la deuda, pero no la dirección de la reducción de la deuda”. En su opinión, debe ser posible “ampliar el espacio fiscal para la inversión, siempre que se respete la senda de reducción de la deuda pública en el marco de los objetivos presupuestarios a medio plazo”.

Lindner, un conocido halcón fiscal cuyo partido no pasa por su mejor momento después de haber quedado fuera del Parlamento regional de Berlín tras las elecciones de este domingo, alerta de que Europa “no necesita una carrera de subvenciones y deuda”. “La mejor contribución que podemos hacer ahora en política fiscal a la modernización, la prosperidad y, por tanto, la afirmación de Europa es la estabilidad fiscal”, subraya.

El texto ensalza las normas fiscales europeas, a las que califica de “ancla de la estabilidad de nuestra unión económica y monetaria”. “No son un fin en sí mismas. Tampoco son una cuestión de negociación e interpretación variables”, alerta respecto a los acuerdos bilaterales.

Lindner dice estar muy preocupado por los altos niveles de deuda y los costes asociados por el creciente aumento de los tipos de interés. “Si un Estado miembro incumple permanentemente las reglas, esto tendrá consecuencias negativas para todos los Estados”, advierte, y recuerda que apenas ha pasado una década desde la última crisis de deuda. Y añade: “Demostró que los recortes duros son necesarios una vez se duda de la fiabilidad de las finanzas estatales”.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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