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Doña Manolita y La Bruixa d’Or: dos negocios lucrativos y rodeados de mitos en cada sorteo de lotería de Navidad

Las últimas cuentas anuales de ambas administraciones de juegos de azar dejan claro que venden mucho, pero no tanto como algunos suponen

Loteria de Navidad 2022
Clientes hacen cola antes de la apertura de Doña Manolita, en una imagen de archivo.GORKA LEJARCEGI
José Luis Aranda

Son las dos administraciones de lotería más famosas de España y, seguramente, también las que más venden para el Sorteo de Navidad. Una espiral que se retroalimenta con el reparto de premios, aunque ellos prefieren decir que eso responde a que tienen “suerte”. Ese, al fin y al cabo, es su negocio. Y uno bien lucrativo a tenor de las últimas cuentas anuales, relativas al ejercicio pasado, presentadas por ambas empresas ante el registro mercantil. La facturación es millonaria en ambos casos, pero no tanto como algunos creen.

¿Cuántos décimos de Navidad vende Doña Manolita? Basta con escribir en un buscador de internet esa pregunta para obtener cifras astronómicas, de hasta decenas de millones, como respuesta. Y basta plantear la cuestión al teléfono a Concha Corona, gerente de la popular administración del centro de Madrid, para obtener como respuesta una carcajada. Y poco más: en el negocio siempre han insistido en que no hacen público lo que venden, como tampoco lo hace Selae (la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado).

Un vistazo a las cuentas de la sociedad ayuda a entender la risa de Corona. El año pasado Doña Manolita facturó 2,67 millones de euros. Eso, suponiendo que todo se correspondiera con décimos del sorteo del 22 de diciembre (que es su negocio principal, según aclara la gerente, pero obviamente no el único porque venden lotería y otros juegos de azar durante todo el año) daría para un máximo de 3,3 millones de décimos vendidos. El cálculo se hace sobre la base de que por cada uno de ellos la administración se embolsaba 0,80 euros en 2021 (este año, tras una protesta de los loteros, las comisiones se subieron a 0,90 céntimos). Esa es la parte que se anota en la facturación, ya que el resto del dinero se entrega a la sociedad pública que gestiona las loterías.

Algo parecido sucede con La Bruixa d’Or. La empresa que está al frente de este negocio es Sed de Mes, que tiene como objeto social “la explotación, gestión, comercialización de loterías y apuestas deportivas” dentro del hólding empresarial de Xavier Gabriel, su mujer, Rosa Maria Gali, y el hijo de ambos, también llamado Xavier. Se trata de una sociedad limitada unipersonal que tiene como administradora única a Gali y las cuentas de 2021 atestiguan una facturación de 1,3 millones, lo que daría para un máximo de 1,6 millones de décimos vendidos si todo ese negocio proviniera del sorteo navideño. En su día se promocionaba como la que más lotería de navidad vendía de España, con cifras próximas a 60 millones (lo que solo sería posible contando los 20 euros que vale el décimo, no solo la parte que se queda la administración y que es la que se considera como facturación de la empresa).

El año pasado, en general fue bueno para ambas administraciones en lo económico. La facturación se incrementó con respecto al primer año de pandemia. Y todavía más crecieron los beneficios. Doña Manolita declaró unas ganancias netas de más de 658.000 euros, lo que supone casi triplicar (un 185% más) la cifra de 2020, que fue un ejercicio en que los resultados se vieron lastrados por el coronavirus. En el caso de la administración ubicada en Sort (un pueblo de Lleida que puede traducirse del catalán como suerte) el beneficio neto se acercó a 247.000 euros, un 137% más que el año anterior.

Divorciada y amante del trabajo

En lo demás, los paralelismos se extinguen. Doña Manolita es una administración centenaria de Madrid que nació en la calle San Bernardo a principios del siglo XX, pero se hizo famosa porque durante décadas estuvo en la Gran Vía. Y también por la personalidad de su dueña originaria y la que da nombre al negocio, Manuela de Pablo. La gerente actual, que no la conoció en persona, pero sí ha tratado con quienes lo hicieron, la define como “una señora muy especial”. Divorciada durante la Segunda República y “a la que le gustaba mucho su trabajo y la atención al público”.

Corona desmiente que, como frecuentemente se ha publicado, a la muerte de Doña Manolita en los años cincuenta la administración pasara a manos de una hermana. “Esta tenía una administración en la Puerta del Sol que se llamaba Hermana de Doña Manolita”, relata la responsable de la administración, pero “no había buena relación entre ellas”. No precisa, sin embargo, cuándo el negocio de la Gran Vía (que en 2011 se mudó a otro local alquilado en la adyacente calle del Carmen) pasó a manos de los actuales propietarios, una familia nobiliaria de la que la gerente dice haber conocido “a tres generaciones”.

El actual dueño, Juan Luis Castillejo y Bermúdez de Castro, tercer conde de Cabrillas, dejó el año pasado de ser administrador único de Doña Manolita SL, aunque el registro no da pistas de a qué respondió este movimiento. La gerente, que evita cualquier comentario sobre los propietarios, se refiere a la compañía como “familiar” e insiste en la condición de “administración afortunada”. “Es suerte, no es que vendas mucho”, dice sobre el hecho de que habitualmente repartan varios premios el 22 de diciembre.

Pero lo cierto es que Doña Manolita vende mucho y lo hace más en ventanilla que por internet. El año pasado, las cuentas indicaban que había 18 trabajadores y se recurrió a otros 13 no fijos. En la campaña navideña, cuando se forman largas colas a la puerta, se aumenta el personal. El pago de salarios supuso 1,24 millones. De ellos, el administrador percibió más de 186.000 euros. Y el pago de impuestos se acercó a los 220.000 euros.

Un negocio nacido en 1986

La casa de loterías de Lleida, en cambio, señala en sus cuentas tener únicamente dos empleados, con unos gastos en personal el año pasado que superaron los 95.000 euros. No obstante, como en el pago de impuestos (que superó los 82.000 euros), el hecho de formar parte de un hólding dificulta la comparativa con las cifras de la administración madrileña, ya que la tributación, por ejemplo, se hace en régimen de consolidación fiscal.

La Bruixa d’Or es una administración relativamente nueva, nacida en 1986, y que no siempre se llamó así. Aunque acabó adoptando el nombre que la hizo famosa, junto con la figura de la bruja por cuya nariz muchos restriegan los décimos. Siempre ha estado en Sort, donde los propietarios tienen otros negocios, pero en 2017 el domicilio social y fiscal de la empresa se repartió entre Navarra y Madrid. Fue en pleno procés, cuando sufrió un intento de boicot cargado de bulos y fácilmente desmontable: Xavier Gabriel padre ha declarado en reiteradas ocasiones su posición contraria a la independencia de Cataluña. Con un perfil público que en su día era la antítesis del de los casi desconocidos propietarios de Doña Manolita, en los últimos años ha reducido casi por completo su aparición en los medios.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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