España intenta reducir el recorte de días de faena para los pescadores del Mediterráneo

El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, está intentando que el recorte de días de pesca para la flota mediterránea de arrastre y palangre para el año que viene sea menor que el planteado por la Comisión Europea en el último Consejo de Pesca del año. También pretende rebajar el tajo en las capturas que hay sobre la mesa para el lenguado, abadejo y cigala del Cantábrico, según apuntan fuentes del Gobierno español. La reunión de ministros comenzó este domingo y, como ya es tradición, no se espera una solución hasta bien entrada la madrugada de este próximo martes.

La temporada navideña en la Unión Europea suele empezar con el último Consejo de Agricultura y Pesca, en el que se reparten las cuotas pesqueras para el año siguiente. Antes la Comisión lanza una propuesta que los países con más intereses en el sector (España, Portugal, Francia...) suelen ver como “inaceptable”, expresión que utilizó el ministro Planas al comienzo de la reunión del pasado domingo. A partir de ahí comienza una negociación que tiene por costumbre extenderse hasta bien entrada la noche del último Consejo de Pesca.

La propuesta de la Comisión Europea este año plantea un recorte de días de faena en las aguas mediterráneas de un 7,5% sobre los recortes acumulados de años anteriores. El plan de gestión que se puso en marcha hace años en 2020 y va a hasta finales de 2024 plantea un recorte sobre la media de días de pesca de 2015-2017, unos 190 días. La Comisión interpreta que ese plan puede llevar a una rebaja de hasta al 40%. España discrepa. Y a partir de aquí comienzan los roces cada año (ya en 2021 Madrid votó contra el reglamento para la pesca en el Mediterráneo en 2022).

Planas defiende que la compensación planteada para minorar el recorte del 7,5% “no es equilibrada”. Calcula el Gobierno que con la propuesta de Bruselas, se reduciría en unas tres semanas el tiempo de trabajo sobre lo que hay ahora. A cambio la Comisión acepta que para los barcos que adopten medidas compensatorias (redes de arrastre menos tupidas para que los peces más pequeños puedan escapar) el recorte se reducirá en cuatro días. Es decir, de 21 días a 17, según los números del Gobierno español. De ahí que en Madrid consideren este planteamiento desequilibrado, además de no ser justo, ya que, dicen, es biológicamente más efectivo utilizar redes menos tupidas.

El otro punto de preocupación para el Ejecutivo español está en la propuesta de ampliar la veda de la anguila de tres a seis meses. Eso, en la práctica, supondría el cierre de esta actividad pesquera. Señalan fuentes españolas que la negociación de esta parte de las cuotas está siendo muy complicada por la cantidad de intereses diferentes que hay en la Unión Europea: en unos países es importante este tipo de pesca como ocio y recreo, en cambio, en otros, como España, lo es por el lado profesional.

También está costando reducir el recorte que ha planteado el Ejecutivo europeo sobre especies como el abadejo (-10%), el lenguado (-11%) o la cigala (-36%). En cambio, sobre la merluza sur hay un incremento del 10%.

En las negociaciones sobre cuotas pesqueras, los países que se oponen a las propuestas de la Comisión tienen un problema porque normalmente, los Estados sin intereses en la actividad suelen respaldar al Ejecutivo europeo. Esto sitúa a Bruselas en una posición de fuerza mayor que en otros asuntos.