Así quedarán las pensiones en 2023: las prestaciones máximas superarán los 3.000 euros brutos por primera vez

Una vez que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer este martes el dato adelantado del Índice de Precios de Consumo (IPC) para el mes de noviembre, del 6,8%, es posible calcular la cuantía en la que se revalorizarán las pensiones en 2023. Lo harán en un 8,5%, como determina la media resultante de los doce meses comprendidos entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. Este periodo temporal es el que se recogió en la primera parte de la reforma de las pensiones, y que, desde 2022 impide que las pensiones pierdan poder adquisitivo.

Aunque será necesario esperar al dato definitivo que el INE publicará en diciembre —los resultados apenas suelen variar en alguna décima—, desde este martes es viable estimar la cuantía en la que se incrementarán las prestaciones mínimas y máximas. Según las proyecciones elaboradas por EL PAÍS, la pensión máxima de jubilación para el próximo año será de 42.823 euros, y repartida en 14 pagas ascenderá hasta los 3.059 euros al mes. Esto supone un incremento de 240 euros respecto a la cuantía recogida para el año 2022 (2.819 euros). En cuanto a las mínimas, dependiendo de la edad de la persona jubilada, y de si cuenta o no con un cónyuge a su cargo, oscilarán entre los 13.526 y los 9.694 euros al año.

El aumento de las pensiones contributivas —las que dependen de las aportaciones efectuadas por el trabajador a lo largo de su carrera—, las de las clases pasivas (funcionarios públicos), y el ingreso mínimo vital (IMV) se incrementarán en un 8,5%. Esto supondrá un gasto extra de 13.700 millones de euros. Sin embargo, el Banco de España estima que cada décima de incremento implica un coste de 180 millones de euros, por lo que calcula que la subida de las pensiones rondaría los 15.300 millones de euros.

Por otro lado, las pensiones no contributivas se incrementarán en un 15%. Así quedó establecido desde el pasado mes de julio en virtud de una enmienda pactada por el Gobierno con Bildu en el marco de la negociación presupuestaria, y que se mantendrá también en 2023.

Las pensiones no contributivas las perciben aquellas personas que no han cumplido los requisitos de cotización necesarios y se encuentran en una situación de necesidad protegible por carecer de recursos suficientes para su subsistencia. Las hay de dos clases, de jubilación y de invalidez, y se requieren ciertos requisitos para poder acceder a ellas. Según los últimos datos de octubre, en España se pagaron un total de 44.526 pensiones no contributivas, y la media no alcanza los 500 euros, según el Imserso.

A pesar de que los Presupuestos de 2023, recientemente aprobados en el Congreso, no contemplan la cifra concreta en que subirán las pensiones contributivas el próximo año, el Gobierno calculaba que iba a estar en el 8,5%, décima arriba o abajo, por lo que el dato del IPC de noviembre no ha alterado estas previsiones.

En 2022 las pensiones también se revalorizaron de acuerdo con la evolución de la inflación entre los meses de diciembre y noviembre, entonces de 2020 y 2021 (cuando la inflación no se encontraba en valores tan elevados como los actuales), pero contaron con una paga compensatoria, a la que coloquialmente se la conoce como paguilla.

Entonces, el Gobierno había decretado a principios de año una subida del 0,9%, y que, de acuerdo con la media (del 2,5%) tuvo que compensar después con un 1,6% adicional. Sin embargo, en 2023 será la primera vez en la que no será necesario abonar esta paguilla en enero, puesto que no versará sobre proyecciones.