El FMI desconfía de las previsiones de reducción de déficit del Gobierno

El Gobierno español confía en lograr una fuerte reducción del déficit público en 2023 en pleno frenazo de la economía, pese a la fuerte subida del gasto, especialmente el destinado a pagar las pensiones. Los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), en cambio, se muestran más pesimistas. Frente al objetivo de déficit del Gobierno del 3,9% del Producto Interior Bruto (PIB), el FMI calcula que el desfase de las cuentas públicas será del 4,4%. Y, lo que es casi peor, que apenas mejorará en los próximos años. El Fondo tampoco comparte la previsión de crecimiento económico del Gobierno para 2023.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha dibujado una senda de déficit que lleva desde el 5% previsto para este año al 3,9% en 2023, un 3,3% en 2024, hasta el 2,9% en 2025. El FMI, en cambio, cree que tras la rebaja al 4,4% del próximo año, el déficit público se enquistará, bajando solo al 4,2% en 2024 y al 4,1% en 2025. En todo el horizonte de estimaciones, que llega hasta 2027, la previsión es que el déficit se mantenga por encima del 4%. Con ello, España se mantendrá como uno de los países con mayor déficit de la zona euro, solo por detrás de Francia, Bélgica y Malta.

La diferencia entre las previsiones del Gobierno y las del FMI supone más de 40.000 millones de euros en los próximos tres años. En sus mensajes, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, y el director de análisis, Pierre-Olivier Gourinchas, han insistido en la necesidad de una política fiscal responsable, especialmente en el contexto de una alta inflación y un endurecimiento de la política monetaria.

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, señalaba el martes en Nueva York: “Estamos aprovechando el crecimiento económico y la creación de empleo para seguir cumpliendo nuestros objetivos de reducción del déficit y la deuda pública. Y esta confianza en nuestra política fiscal es uno de los elementos que vamos a tratar y vamos a confirmar en los encuentros de estos días”.

En un contexto de subida de los tipos de interés oficiales y del coste de financiación de la deuda pública, para los países como España, con un elevado endeudamiento, es primordial mantener la credibilidad fiscal y la confianza de los inversores. Calviño señaló el martes que esta última se demuestra en cada subasta del Tesoro.

Cumple la deuda

A pesar de que espera un déficit más alto, el FMI sí da por buenas las previsiones de reducción de la deuda pública que contempla el Gobierno. De hecho, incluso espera una reducción de la deuda como porcentaje del PIB algo superior a la anunciada por el Ejecutivo. Su previsión es del 112,1% del PIB para 2023, del 110,1% para 2024 y del 109,0% para 2025. Amparándose en esos datos, fuentes del Ministerio de Economía interpretan que “el FMI confirma la responsabilidad fiscal del Gobierno”, aunque no hacen referencia a sus previsiones de un déficit mayor.

Por lo general, los contextos inflacionistas ayudan a rebajar la carga de la deuda. El PIB nominal (que incluye las subidas de precios) crece con más fuerza y la deuda como porcentaje del PIB se reduce. En el caso español, además, la subida de precios y salarios contribuye también a impulsar la recaudación. En 2022, por ejemplo, el fuerte crecimiento del PIB nominal es lo que está permitiendo que el déficit no se desvíe mucho de los objetivos, a pesar de que el crecimiento económico ni siquiera se ha acercado a las previsiones que manejaba el Gobierno y que ya desde antes de la guerra de Ucrania fueron objeto de críticas por falta de realismo.

Ahora, de nuevo, el Ejecutivo ha elaborado unos presupuestos a partir de unas cifras de crecimiento del PIB del 2,1% en 2023 que no comparten ni la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ni el Banco de España, ni el FMI ni los servicios de estudios privados. En concreto, el Fondo ha situado la previsión en un 1,2%, casi la mitad, aunque ha admitido que se le ha quedado un poco desfasada antes de publicarla y que si volviera a calcularla ahora probablemente daría un crecimiento mayor. La creación de empleo también se frenará y se quedará en unos 200.000 puestos de trabajo, frente a los 650.000 calculados para este año, según sus economistas.

EL FMI espera que el crecimiento de la economía española remonte tras un año 2023 en que sus previsiones son pesimistas para la gran mayoría de los países del mundo. Para 2024 prevé un crecimiento del 2,6% y para 2027, del 2,7%. Con ello, España recuperaría por fin en 2024 el nivel de PIB perdido durante la pandemia, con un significativo retraso con respecto al resto de países de la Unión Europea.

En cuanto a la inflación, el FMI prevé que pase de una media del 8,8% de este año a un 4,9% el próximo y un 3,5% en 2024. Hasta 2025, con un 2,3%, no se estaría cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE).