La economía china se ralentiza en el segundo trimestre
El PIB de China crece un 0,4% en el segundo trimestre, su ritmo más lento en dos años y medio, como consecuencia de los estrictos confinamientos decretados en diversos puntos de la nación
Los estrictos confinamientos impuestos en China como parte de la política de covid cero han pasado una grave factura a su economía en el segundo trimestre. El producto interior bruto (PIB) del gigante asiático creció solamente un 0,4% interanual entre abril y junio, su nivel más bajo en dos años y medio, como consecuencia de los cierres decretados en diversos puntos del país y, especialmente, en Shanghái, el corazón financiero nacional y donde se ubica el mayor puerto de mercancías del mundo. Los datos oficiales publicados este viernes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) son más pesimistas que los que vaticinaban los expertos —que predecían un crecimiento del 1%— y muestran una rápida desaceleración con respecto a los tres primeros meses del año, cuando el PIB avanzó un 4,8%.
China es la única gran economía del planeta que continúa aferrada a mantener una estrategia de tolerancia cero contra la covid-19, que implica confinamientos, testeos masivos y el cierre de fronteras. Si bien gracias a esas medidas el país consiguió mantener a raya los contagios durante casi dos años, desde la entrada de ómicron en su territorio en febrero de 2022, abogar por mantener el contador de infecciones en mínimos con una variante mucho más contagiosa ha supuesto un reto mayúsculo. El impacto negativo de esta política sobre los desplazamientos, la cadena de suministros y el consumo ha precipitado la desaceleración económica en los meses de primavera. Las cifras facilitadas este viernes muestran el peor resultado de China desde que comenzó a publicarlas en 1992, a excepción del batacazo del -6,7% que experimentó en el primer trimestre de 2020, coincidiendo con el estallido de la pandemia en Wuhan.
Pese a estas presiones a la baja, el portavoz de la ONE Fu Linghui afirmó este viernes que el segundo trimestre muestra un crecimiento positivo. Fu consideró que la economía china registró “una recuperación estable” una vez que el país adoptó “fuertes medidas para contrarrestar el impacto de factores imprevistos”. Esta apreciación hace referencia a la mejoría de ciertos índices en el mes de junio, cuando empezaron a relajarse algunos de los protocolos contra el coronavirus. La producción industrial aumentó un 3,9% interanual (frente al 0,7% de mayo) y las ventas minoristas repuntaron un 3,1%, tras caer un 6,7% el mes anterior y hasta un 11,1% en abril.
Aunque la tasa de desempleo en las ciudades se situó en el 5,5% en junio, frente al 5,9% de mayo y el 6,1% de abril, es especialmente alarmante el aumento del paro entre los jóvenes de 16 a 24 años, que alcanzó una cifra récord del 19,3%. “El salto de las ventas minoristas es toda una sorpresa... No estoy seguro de si podrá durar demasiado, dado que el mercado laboral es bastante débil en estos momentos”, alerta Nathan Chow, de DBS Hong Kong.
La ONE también facilitó el crecimiento económico durante el primer semestre, que aumentó al 2,5%. El dato supone una enorme ralentización con respecto al 12,7% alcanzado en la primera mitad de 2021, aunque en aquel entonces la estadística se beneficiaba por compararse con la primera mitad de 2020, cuando se detectó oficialmente el virus por primera vez.
“A nivel nacional persiste el impacto de la pandemia”, señaló la ONE en su comunicado. El draconiano cierre de Shanghái —que acapara el 5% del PIB nacional— durante dos meses, provocó que la principal ciudad de negocios del país haya experimentado una contracción interanual del 13,7% de su PIB en el segundo trimestre. El de Pekín, por su parte, cayó un 2,9% en el mismo periodo.
Ante la coyuntura “volátil e incierta”, el Gobierno se ha fijado un objetivo de crecimiento para este año “en torno a un 5,5%”, cifra que los analistas cuestionan pueda lograr. “Incluso con un poco de manipulación de los datos, es difícil creer que China alcance el objetivo del 5,5″, apunta Julian Evans-Pritchard, economista jefe de Capital Economics, en una nota. “Eso requeriría una enorme aceleración en el segundo semestre de este año, lo que es poco probable”, agrega. La reciente aparición de la altamente contagiosa subvariante BA.5 de ómicron en algunas ciudades —y la consecuente imposición de cierres para controlar su propagación— aumenta la incertidumbre entre los propietarios de negocios y consumidores.
Los datos presentados este viernes aumentan la presión sobre el Partido Comunista, que se encuentra a las puertas de celebrar su 20º Congreso en otoño, cita en la que se espera que el presidente Xi Jinping sea reelegido para un tercer mandato sin precedentes. “De cara al futuro, esperamos que la economía repunte antes del Congreso, gracias al aumento de las medidas de estímulo y a la relajación de las políticas de control de la covid-19″, señala Li Wei, economista sénior de Standard Chartered Shanghai. “En consecuencia, mantenemos nuestras previsiones en un crecimiento del 4,1% para el 2022″, añade.
El jueves pasado, el primer ministro, Li Keqiang, expresó que las bases para la recuperación de China eran “aún inestables” y exigió “ser más eficientes” a la hora de “compaginar la prevención de la covid con el desarrollo económico”. A finales de mayo, el premier chino ya sorprendió al pedir una flexibilización de las medidas a los líderes provinciales, un paso que llevó a algunos expertos a interpretar como una muestra de sus desavenencias con Xi, quien en sus declaraciones siempre ha dado prioridad a la estrategia de cero covid.
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