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Colas eternas, vuelos anulados y retrasos: por qué los aeropuertos europeos se acercan al caos y cómo puede golpear a España

El sector turístico tiembla ante un nuevo contratiempo a las puertas del verano

Colas en el control de pasaportes en el aeropuerto de Madrid-Barajas, este martes.Foto: EUROPA PRESS | Vídeo: REDES SOCIALES

Tras más de dos años de penurias por el coronavirus, el sector turístico encara esta campaña de verano con la ilusión de un niño el día de Reyes. Sin embargo, ahora se topa con un nuevo contratiempo: el caos registrado las últimas semanas en los aeropuertos europeos pone en alerta al sector a las puertas del verano. Los problemas son variados —falta de personal en los aeródromos, controles más estrictos para los viajeros británicos por la salida del Reino Unido de la UE y carestía de agentes de policía— y están provocando largas colas y retrasos desde hace semanas en centros como Londres, Bruselas o Ámsterdam. La primera consecuencia es la pérdida de conexiones por los retrasos que provoca, extremo que niega Interior que suceda en España. Y el efecto más temido para el sector es el freno que puede suponer para el turismo.

La falta de personal ha golpeado a aeropuertos del Viejo Continente en las últimas semanas, entre ellos a los británicos, principal caladero de viajeros de España (en 2019 llegaron desde las islas 18 millones). En este caso se debe a la escasez de trabajadores en los aeródromos, aunque el Brexit también hace mella en los aeropuertos europeos de destino al exigir un aumento de controles y, por tanto, más efectivos policiales. Esto es, tras su salida de la UE, los viajeros tienen un acceso algo más farragoso. De esta forma, será una realidad que su tiempo de paso por los controles de pasaportes crecerá, lo que acabará en más colas y congestión. España será de los más perjudicados porque los turistas residentes en el Reino Unido suponen más del 20% de los viajeros extranjeros que llegan cada año al país.

Foto: EFE/Fernando Villar | Vídeo: EFE

El mayor sindicato policial, Jupol, considera que existe una clara falta de efectivos para hacer frente a esta avalancha, aunque cree que se subsanará en los próximos meses con los refuerzos anunciados. Pese a ello, mantiene que la llegada de turistas británicos empeorará la situación en los accesos: “El verano está a la vuelta de la esquina y habrá un incremento notable de pasajeros que tardarán más en pasar los controles. Por eso, es indudable que habrá mayor congestión”. Este efecto ya ha quedado patente en las últimas semanas, como han denunciado las aerolíneas, y se acentuará en verano. De ahí que Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), pida que se refuercen los controles fronterizos. O la Mesa del Turismo, que llama al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a “asumir su responsabilidad”. Pese a ello, el ministerio cree que esto no le pasará factura: “Todo está previsto y el Brexit no será un contratiempo. No creemos que sean necesarios más cambios”, aseguran fuentes de Interior.

Primer aviso en el Reino Unido

El largo puente festivo del Jubileo de Platino, la conmemoración de los 70 años de reinado de Isabel II, coincidió con la semana bimestral de vacaciones —half term— que disfrutan los escolares británicos. Una tormenta perfecta que se ha convertido en el primer aviso para el sector, ya que se trataba del momento ideal para unas vacaciones familiares. El pasado domingo 5 de junio, decenas de miles de pasajeros del Reino Unido seguían dispersados por aeropuertos de toda Europa. Más de 200 vuelos de aerolíneas como easyJet, British Airways o WizzAir habían sido cancelados por la falta de trabajadores. Viajes programados a destinos populares como Madrid, Sevilla, Milán o Palermo fueron suspendidos en el último minuto. En total, 305 vuelos de 10.662 previstos para el puente no llegaron a despegar de los aeropuertos británicos, según la empresa de datos aeronáuticos Cirium.

La tensión desatada, la indignación de multitud de viajeros ante unas vacaciones frustradas y, sobre todo, la perspectiva de que los problemas se agraven en la temporada de verano han provocado un enfrentamiento entre la industria aeronáutica y el Gobierno de Boris Johnson. El ministro de Transportes, Grant Shapps, acusó a las aerolíneas y a los turoperadores de “haber vendido más vuelos y paquetes vacacionales de los que podían”. La respuesta ha sido un reproche directo al Ejecutivo británico por la falta de apoyo a un sector que sufrió especialmente los estragos de la pandemia y las restricciones a la movilidad.

Estos contratiempos se repiten por el Viejo Continente, por ejemplo en Bruselas. También en el aeropuerto internacional de Ámsterdam-Schiphol, el segundo más concurrido de la Unión Europea después del francés Charles de Gaulle, donde los pasajeros ya han sido advertidos de que durante el verano puede haber retrasos a la hora de embarcar. Los problemas responden, en parte, a la falta de personal de seguridad. Este martes, la página de información del aeródromo advierte de que “hay colas en los vestíbulos de llegadas y salidas”, y pide que se revisen bien los horarios de los vuelos para evitar más aglomeraciones. Y aconseja a su vez llegar como máximo cuatro horas antes del despegue. Esta situación en Ámsterdam se arrastra desde hace al menos cinco semanas y llegó al límite el 4 de junio. Entonces, la compañía KLM anunció que no llevaría ese día a Schiphol a más viajeros procedentes de países europeos “para poder trasladar a su destino a los que esperan desde hace horas en el aeropuerto”, según explicaba en un comunicado la propia línea aérea. Habrá salida en tromba para las vacaciones de verano, pero parece que comenzarán con una larga espera.

Falta de empleados

Los problemas de los aeropuertos europeos tienen su origen en la drástica reducción del personal que hubo en los dos últimos años, cuando la movilidad se hundió por la crisis del coronavirus, según los expertos consultados. Ahora, tras varios altibajos, para este verano se prevé la explosión definitiva de la demanda con una vuelta a los niveles de antes de la pandemia. Los asientos programados por las aerolíneas para volar a España entre junio y agosto superan los 32,4 millones, lo que representa una recuperación del 94% en comparación con el mismo periodo de 2019, según explica el Ministerio de Turismo con datos de Turespaña. Aena, por su parte, cuenta con una previsión todavía más optimista entre abril y final de octubre: 215,6 millones de asientos programados, un 1,6% más que en el año previo a la pandemia.

Ante este auge, no todos los aeródromos han podido redimensionar sus plantillas. Fuentes de Aena explican que el caso español ya ha dado portazo a esta necesidad. Esto es, han vuelto los empleados necesarios para hacer frente a las llegadas previstas en los próximos meses. “Lo hemos resuelto bien porque con los ERTE se ha podido recuperar a los trabajadores de forma ágil. En Europa, muchos de estos empleados ya estarán en otros trabajos y los aeropuertos no encuentran al personal necesario para el nivel de demanda actual”, añaden estas fuentes.

Falta personal y los aeropuertos no encuentran candidatos formados. En el caso británico, por ejemplo, durante los dos últimos años las aerolíneas llegaron a prescindir de 30.000 empleados, según la patronal Airlines UK. Los aeródromos y las empresas de mantenimiento y servicios redujeron en casi 70.000 su mano de obra. Ahora, volver a contratar a un ritmo acelerado todo ese personal no es tarea fácil. Mucho menos si se tiene en cuenta que cualquier nuevo ingreso a un sector tan delicado requiere un proceso de control de seguridad y de revisión de antecedentes por parte de la Autoridad de Aviación Civil que puede llevar más de 14 semanas.

Para España, la preocupación crece porque estos problemas en Europa no le son ajenos: afectarán de forma indirecta por el efecto contagio, “algo más difícil de gestionar”, según fuentes del Ministerio de Transportes. Mientras, fuentes del gestor aeroportuario avisan: “Si hay un problema en origen, nos golpeará porque se alterarán los horarios y se pueden acumular llegadas fuera de lo previsto. Y sobre todo para las salidas, ya que habrá vuelos que no haya llegado su nave a tiempo por un retraso previo. Se encadena todo”. El verano previsto de récord presionará a los aeropuertos, que tratan de evitar que se cronifiquen estos colapsos.

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