El Ibex sube un 1,82% y rompe una racha de tres jornadas de caídas

El precio del petróleo parece no tener techo, la electricidad se encarece para particulares y empresas, las multinacionales escapan de Rusia, las cadenas de suministro vuelven a estar bajo tensión, y el crecimiento económico se resiente. Los efectos de la invasión rusa de Ucrania han devuelto en las últimas dos semanas el nerviosismo a unos mercados que se las prometían muy felices ante la relajación de las restricciones pandémicas. Este martes, el Ibex 35, en algo que ha dejado de ser excepcional desde que empezó la guerra, inició la sesión con caídas cercanas al 1%. Seguía así la estela del mal cierre del lunes en Estados Unidos y los descensos en Asia. Sin embargo, poco después, en una reacción brusca también propia de estos días de volatilidad extrema, ha recuperado terreno, y ha cerrado la jornada con una subida del 1,82%, hasta los 7.783 puntos.

El selectivo español es el que mejor se ha comportado de entre los grandes índices europeos. El Eurostoxx 50, que agrupa a las mayores empresas del continente, el Dax 30 alemán y el Cac 40 francés cerraron prácticamente sin cambios. En Wall Street, en cambio, regresa el optimismo. Tanto el Dow Jones como el tecnológico Nasdaq se apuntan subidas cercanas al 1%.

Solaria y Siemens Gamesa han estado entre los mejores valores del Ibex con avances de más del 9% y el 7% respectivamente. Ambas cuentan con un importante negocio de energías renovables, que puede ganar protagonismo en plena búsqueda de alternativas a la dependencia energética de Rusia. Inditex, muy golpeada por su exposición al país dirigido por Vladímir Putin, donde ha suspendido la actividad de sus 502 tiendas, figura entre las que más recuperan, como IAG, bajo presión por la subida de los combustibles. Los bancos, muy penalizados en las últimas sesiones, remontan con CaixaBank y Bankinter a la cabeza.

El Ibex rompe así una racha de tres jornadas consecutivas de caídas. Los inversores dan una tregua al considerar que puede haber oportunidades tras la debacle de las últimas jornadas, que ha dejado por los suelos las cotizaciones de muchas empresas —el Ibex todavía pierde un 10% en lo que va de año—, aunque aún observan con nerviosismo la escalada de los precios del gas y el petróleo.

Este martes, el crudo Brent, el de referencia en Europa, subía más de un 7% hasta los 132 dólares. La fuerte revalorización de la energía no solo golpea a las compañías que utilizan combustible en su actividad de forma evidente —caso de las aerolíneas—; también provoca un encarecimiento de la factura energética de las empresas a la que es especialmente sensible la industria, e implica una transferencia de fondos del consumidor europeo a los países productores de energía, lo cual mina su capacidad para gastar en otros productos y servicios, afectando así al crecimiento. A eso se suma la tendencia de los consumidores a ser más conservadores, y de los inversores a aplazar desembolsos, en un entorno de guerra a las puertas de las fronteras de la Unión Europea.

La decisión de Estados Unidos y el Reino Unido de imponer un veto a la compra de petróleo ruso para tratar de ahogar las finanzas de Moscú, anunciada en la tarde de este martes, es la inquietud más reciente en los mercados. La elevada dependencia europea del suministro ruso, sin el cual países como Alemania tendrían muy complicado mantener funcionando calefacciones, transporte, electricidad e industria, hace que Europa no se haya sumado por ahora a esa iniciativa. Una voz autorizada como la del exvicepresidente del BCE Vítor Constâncio ha advertido de que Europa sufrirá una recesión si sigue los pasos de Washington y Londres.

El eventual enquistamiento de la guerra también preocupa. Si el conflicto se alarga y las sanciones se mantienen durante meses o años, la recuperación no será todo lo potente que se preveía en un contexto favorable en otros ámbitos, con Bruselas en plena entrega de fondos europeos, y con los Gobiernos relajando las restricciones ante la caída de los contagios de covid-19.