La cosecha de cereales llega con rebajas por el calor y el pedrisco
Los precios tienden al alza por el aumento de la demanda exterior
A escasas fechas para que termine la recolección de la cosecha de cereales en las provincias andaluzas, se confirman las perspectivas negativas por las condiciones climatológicas adversas. La falta de lluvias en los últimos meses ha reducido los rendimientos en un 20% sobre la campaña anterior. La misma situación se vive en parte de Castilla La Mancha, Extremadura y Aragón. Las buenas previsiones en otras grandes zonas productoras como en Castilla y León, Rioja o Navarra, se están viendo perjudicadas por la falta de lluvias en las últimas semanas y, sobre todo, por las altas temperaturas actuales.
Además, hay miles de hectáreas afectadas por los pedriscos, especialmente en Aragón y en Castilla y León. En las últimas semanas los pedriscos han afectado a unas 125.000 hectáreas con daños por más de 30 millones de euros, de las que unas 100.000 corresponden solo a los cereales, según los datos de Agroseguro.
Las previsiones iniciales se están recortando. No obstante, se espera que la producción supere la media de las últimas campañas de 20 millones de toneladas, aunque lejos de la cifra récord de más de 26 millones de toneladas de la campaña anterior. Con una cosecha a la baja, los precios han tenido un comportamiento alcista por el incremento de la demanda en los mercados exteriores.
En la UE y Reino Unido, los almacenistas integrados en Coceral estiman una cosecha de cereales de 315 millones de toneladas frente a los 297 millones de la campaña anterior. El Consejo Internacional de Cereales y FAO calculan que se lograrán unas cosechas récord en trigos y maíz, pero también prevén más demanda.
Frente a estas previsiones de cosecha, España mantiene unas necesidades totales de cereales de entre 35 y 36 millones de toneladas de los que 4,5 son para consumo humano, 2,7 para uso industrial y otros 26 se destinan para alimentación animal, a los que se suman otros más de seis millones de toneladas de soja. Por eso, la industria agroalimentaria española tiene que importar unos 7,5 millones de toneladas de maíz y otros tres millones de toneladas de trigos blandos. Ello sitúa a España como el primer país productor de piensos para la demanda de una potente cabaña ganadera intensiva.
El aumento de la demanda exterior y doméstica ha provocado que los precios de los cereales hayan mantenido una línea alcista en los últimos meses frente a la estabilidad de los últimos años, hasta alcanzar cotizaciones récord en cebadas, trigos blandos, maíz y trigo duro. Ha sucedido algo similar en otras materias primas para la alimentación animal, como la soja, con incrementos superiores al 30%.
En conjunto los aumentos de los precios de los cereales y otras materias primas para la alimentación animal se han traducido en subidas medias de los piensos en más de un 15%, que, por ejemplo, se traduce en un encarecimiento de la producción del vacuno de leche, que no se recoge en los contratos.
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