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El Gobierno se fija como meta un crecimiento del 1,5% anual hasta 2050

El informe ‘España 2050’ avisa del riesgo de ensanchar la brecha con los países más avanzados de la UE

Claudi Pérez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes en el IV Congreso Iberoamericano del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes en el IV Congreso Iberoamericano del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi).Isabel Infantes (Europa Press)

España ha crecido una media del 2% en los últimos 25 años, pero en la última década parece haber pisado una enorme piel de plátano: difícilmente volverá a alcanzar esa velocidad de crucero a medio plazo tras dos formidables crisis. El informe España 2050, que el presidente Pedro Sánchez presentará el jueves, estima que el PIB puede crecer un 1,5% anual hasta 2050 si se hace todo lo necesario; básicamente, con una apuesta decidida por ese concepto tan seductor como evanescente que es la productividad. Ese listón del 1,5% permitiría a España acercarse en renta per cápita a los grandes países europeos, pero el informe advierte de que sin cambios de calado el crecimiento estará más abajo, entre el 0,3% y el 1,1% anual, y el país diría adiós a la ansiada convergencia.

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”A largo plazo, todos muertos”, decía hace un siglo el economista John M. Keynes, que sin embargo nunca dejó de preguntarse por Las posibilidades económicas de nuestros nietos, título de un ensayo con plena vigencia en medio de la hipercrisis actual. Conmocionado por la aplastante victoria del PP en Madrid y mil y una veces acusado de cortoplacismo, el Ejecutivo de Sánchez presenta esta semana una especie de expedición al horizonte, el informe España 2050, para el que ha contado con 103 expertos de todas las disciplinas durante más de un año con la intención de tratar de pensar en el vaporoso largo plazo. No es verdad que el mundo y España vayan irremediablemente a peor, viene a decir el informe, y no tienen por qué ser inmutables esos aires noventayochistas sobre la imposibilidad de llegar a consensos en asuntos clave. La parte más económica del estudio, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, deja una conclusión adicional: pese a la sucesión de crisis recientes, España está en condiciones de volver a acercarse en renta per cápita a los países más avanzados si hace los deberes y logra salir del círculo vicioso que dejan la pandemia y los desafíos más acuciantes.

La economía española despegó hace 30 años a partir de los Pactos de La Moncloa: la renta por habitante era de apenas 16.000 euros en 1980 y se ha duplicado hasta los 30.700 euros de hoy. Pero la Gran Recesión y el Gran Confinamiento dejan feas cicatrices. España “no ha conseguido reducir sustancialmente la brecha de renta que mantiene con las economías más avanzadas de la UE” en los últimos tiempos, según el informe. Las crisis dejan más huella en España que en otras economías: la principal causa es “la baja productividad”, un secreto a voces que queda retratado en ese trabajo. Esa inmensa laguna guarda relación “con los bajos salarios, las largas jornadas laborales o la falta de competitividad de muchas empresas”. El envejecimiento de la población viene a agravar la situación: el informe estima que, sin cambios de calado, el PIB español podría crecer entre el 0,3% y el 1,1% anual entre 2023 y 2050. Eso alejaría a la economía española de las más avanzadas y agravaría problemas “como el paro o la desigualdad”, pese a que España figura ya en el furgón de cola en esos indicadores.

Para evitar ese escenario, el informe aboga por una apuesta decidida por la productividad: educación, I+D, digitalización, transición ecológica, aumento del tamaño de las empresas, lucha contra la economía sumergida (que se estima en el 17%) y demás sospechosos habituales son las medidas más necesarias. Los expertos reclaman también elevar la tasa de empleo (número de ocupados respecto a las personas que quieren trabajar) desde el actual 62% hasta el 80% en 2050, con incentivos para retrasar la edad de jubilación y con la vista puesta en colectivos como jóvenes, mujeres e inmigrantes. En las tres últimas décadas, Alemania y los escandinavos han conseguido elevar su productividad un 50% sin comprometer su nivel de empleo. Si España logra algo parecido, la velocidad de crucero del PIB se irá a crecimientos anuales del 1,5% y permitiría la ansiada convergencia.

Escenario posterior a 2023

El informe cifra la brecha en renta per cápita entre España y las ocho economías europeas más avanzadas en el 21%: los poco más de 30.000 euros de PIB per cápita españoles palidecen ante los 39.000 de esos ocho países. Sin reformas de calado, esa brecha se iría al 27% en 2050; con ellas quedaría reducida a un 10%.

Pero antes de llegar al medio y largo plazo hay que lidiar con el correoso corto plazo. España ha sufrido más que otros países con la covid por el elevado peso de los sectores más vulnerables a la pandemia. Y el Ejecutivo no prevé recuperar hasta 2023 los niveles precrisis, si bien los fondos europeos podrían acelerar la recuperación. Más allá de ese año, los expertos reclaman “consensos” para ejecutar con éxito “cambios de calado que corrijan las carencias estructurales” de la economía. En otras palabras: reformas pactadas, algo nada fácil con los niveles actuales de testosterona política.

A la corta, los planes de La Moncloa tras el fiasco de Madrid pasan por recuperar iniciativa de la mano de las vacunas y la incipiente recuperación. A medio plazo, la llegada de los 140.000 millones europeos exigirá las primeras reformas: las más importantes son la laboral, la de pensiones y la fiscal, que se aprobarán a caballo entre 2021 y 2022. España 2050 se centra en los escenarios posteriores a 2023. Y está dividido en 10 trabajos: el primero es el citado Ser más productivos para crecer mejor, que prevé crecimientos del 1,5% anuales si España consigue elevar la productividad. Hay también capítulos sobre el mercado laboral (relacionado con los riesgos y oportunidades de la revolución tecnológica); el modelo territorial, con propuestas sobre la distribución de la población y la actividad económica; el cambio climático; los retos asociados a la longevidad en salud, pensiones y mercado laboral; dos capítulos sobre el capital humano; un análisis de la pobreza y la desigualdad, y un último trabajo sobre el bienestar.

Las conclusiones finales se han ido retrasando por el intenso debate entre los socios de Gobierno en los asuntos más polémicos, pero las fuentes consultadas apuntan que los 103 expertos reclutados por la Oficina de Prospectiva de La Moncloa avalan el resultado final con ese lejano horizonte a 30 años.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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