Se abre la espita del despido colectivo
Los macroajustes de la banca tendrán un efecto llamada hacia otras empresas y pymes que hasta ahora habían optado por mantener el empleo
Se ha abierto la espita del despido colectivo. Los macroajustes de plantilla anunciados hace unos días por CaixaBank y BBVA van a servir de efecto llamada para que otras empresas opten por reestructuraciones, en opinión de abogados laboralistas y sindicatos. De hecho, el pasado lunes Norwegian informó del despido de 1.191 personas que prepara, el 85% de su plantilla en España.
Arrecian los ERE (antiguos expedientes de regulación de empleo). “En los últimos dos meses se está notando una mayor entrada de despidos colectivos. Sobre todo, de empresas que no se acogieron a las bonificaciones por la pandemia”, indica un inspector de Trabajo que pide anonimato. “Parece que todos los expedientes tienen que ver con la covid, pero la situación de las grandes empresas viene de atrás y la pandemia solo la ha agudizado”, se queja Gonzalo Pino, secretario de política sindical de UGT, que cree que “el caso de la banca es una vergüenza después de las ayudas recibidas y de estar en beneficios. Es una falta de respeto a la sociedad”.
Grandes ajustes como los de CaixaBank, BBVA, El Corte Inglés, H&M o Naturgy, que se añaden a los emprendidos en lo que va de año por Adolfo Domínguez, Ibercaja, Coca-Cola, Ford, Douglas, NH, el Hotel Palace, Ikea, Banco Sabadell, Eurest, Tubacex, Bosch, Heineken, Viajes Carrefour… La lista es larga, no está completa, y suma 30.000 afectados en una treintena de compañías. Pino cifra entre 35.000 y 40.000 los empleos que actualmente tienen en la picota las grandes empresas. Y queda por contabilizar el incesante goteo de bajas individuales que los despachos de abogados llevan tramitando muchos meses.
“Se veía venir. Los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) son muy interesantes a corto plazo, pero, como la situación se ha prolongado tanto, es lógico que a muchas empresas les resulte inviable mantener el empleo”, indica Monika Bertram, responsable del área laboral en Monereo Meyer Abogados. “Era algo inevitable en industrias a las que el cambio tecnológico, la forma de distribución o de organización ha modificado el negocio. Y con la llegada de la covid y la aceleración de esos cambios empezaron a tener problemas. Eran carne de cañón en medio de la reconversión industrial del siglo XXI”, mantiene Juan Francisco Jimeno, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá de Henares, a sabiendas de que los ERTE, que han estado bien, no son la solución para sectores sobredimensionados: “Han servido para retrasar el ajuste. Pero el ERE es la vía más barata para afrontar la remodelación”.
Quedan muchos despidos por ver. Este año habrá un repunte significativo, advierten Jimeno y Bertram. “Las perspectivas son sombrías”, coincide el inspector de Trabajo, “aunque el paraguas de los ERTE se prorrogue por seis meses más, al menos la mitad de los cerca de 700.000 afectados actuales serán despedidos”, prevé.
Pese a ser un secreto a voces, todos los focos se han vuelto hacia la banca. Sobre todo hacia CaixaBank, que anunció el macrodespido de 8.291 personas después de triplicar el sueldo de su nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, sobre el que tenía en Bankia. La presión social se le vino encima, incluso varios ministros afearon la estrategia de la entidad fusionada y participada por el Estado, que ha decidido recortar 500 de las bajas proyectadas hasta 7.791. Aunque no solo llovieron críticas a CaixaBank. También a BBVA, que anunció un día después su ERE de 3.798 personas —también lo rebajó a 3.450 personas—, casi al tiempo que el aumento de sus dividendos. Se suman así a los ajustes emprendidos por Sabadell (1.817), Ibercaja (750) y Santander (3.572). O a los que vendrán con la fusión de Unicaja y Liberbank. Solo el sector bancario protagonizará 20.000 despidos este año.
Reproches a la banca
“Llama la atención y es reprochable que sean los bancos, que están menos afectados que otros sectores por la crisis provocada por la covid, los que promuevan los despidos colectivos. Desmotiva a las medianas y pequeñas empresas que están aguantando el temporal sin hacerlos”, aprecia Bertram, que avisa del efecto contagio que provocará en otras compañías. Sin embargo, el socio director de Sagardoy Abogados, Martín Godino, que tramita los mayores ERE en curso de España, cree que la banca vive un momento de reconversión y sería irresponsable no abordar los ajustes de plantilla. “CaixaBank no ha elegido el momento, lo hace tras la integración con Bankia. El caso de BBVA puede ser más discutible”, dice.
Lo que sucede, explica David Díaz, socio responsable del área laboral de Baker McKenzie, es que las grandes empresas que han tenido músculo han aguantado sin acometer ERTE y no están sujetas al compromiso de mantenimiento del empleo que lleva aparejado la regulación temporal. “No haber disfrutado de exenciones no disuade de hacer un ERE”, sostiene.
Algunas organizaciones sí han abordado un ERTE y después un ERE, caso de El Corte Inglés, H&M, Douglas, Norwegian…, que tendrán que devolver las ayudas que se han aplicado, y pagar sanciones, “aunque esto no está tan claro”, indica Godino, abogado del primer ERE en la historia de El Corte Inglés. Muchas empresas tienen calculada esa partida como un coste más del ajuste de personal, índica Díaz, que estima que puede elevar la factura del despido colectivo como mínimo en 3.000 euros por empleado. “Hay empresas que tienen que pagar hasta 3 o 3,5 millones de euros adicionales”, asegura.
El letrado también prevé una sangría de despidos cuando finalice la vigencia de los ERTE. “No va a parar aquí. Vamos a continuar en un escenario de ERE cuando lo que habría que hacer es adaptar el tratamiento de los ERTE para frenar la sangría, que va a llegar hasta las microempresas”, opina Pino. José María Martínez, secretario general de la Federación de Servicios de CC OO, considera igualmente que las compañías deberían optar por la flexibilidad interna en lugar de pensar automáticamente en los ERE después del ingente esfuerzo presupuestario del Gobierno. Aboga por un nuevo tipo de ERTE que garantice transiciones más lógicas al empleo. En el caso de las 20.000 salidas de la banca, cree que supone dar la espalda a la realidad social: “La dirección de CaixaBank está en su burbuja y ha perdido la sensibilidad”.
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