El rentable año pandémico de los más ricos de Estados Unidos
El 1% de hogares más adinerados del país acaparó en 2020 el 35% de la nueva riqueza creada
2020 fue un gran año para los ricos del país más acaudalado del mundo. Los datos de la Reserva Federal publicados el viernes son una amplia radiografía de la distribución de recursos en el país. La imagen muestra contrastes raciales, generacionales y educativos, y sirve de mapa donde encontrar a los grandes ganadores del año de la pandemia: el 1% de los hogares más pudientes de EE UU aumentó su patrimonio en más de cuatro billones de dólares el año pasado, lo que supone que acapararon el 35% de toda la nueva riqueza generada, frente al 34% del otro 9% más rico del país. La mitad más pobre, pese a ser mucho más numerosa, solo absorbió el 4% de ese crecimiento.
La explicación detrás de ese avance de la riqueza neta a diferentes ritmos está fundamentalmente en los mercados financieros. La exposición de los más adinerados a sus fluctuaciones es mucho mayor a la del resto. Y el ejercicio pandémico, pese a que en un primer momento hundió las cotizaciones, terminó siendo muy rentable, en parte gracias a la oleada sin precedentes de estímulos públicos: el S&P 500 se revalorizó el 16%, el Dow Jones el 7%, y el tecnológico Nasdaq un 43%, su mejor curso desde 2009. La ascensión del fundador de Tesla, Elon Musk, al trono de los potentados globales —que luego volvió a recuperar Jeff Bezos, de Amazon—es el exponente más visible del fenómeno.
Y es que el peso de las carteras de acciones en la riqueza del 1% de los hogares más ricos de Estados Unidos no deja de crecer. Esas participaciones suponen el 46% de su patrimonio total, mientras que en 2010 eran el 32%. Pese a movimientos para democratizar los mercados como las aplicaciones de inversión gratuitas, o la atención que atrajo el movimiento de pequeños inversores agrupados en Reddit, las empresas están cada vez más en manos de un exclusivo club de millonarios. El valor de las acciones y fondos de ese 1% de los hogares es mayor que nunca antes. Suponen el 53% de todo el mercado, frente al exiguo 0,6% que posee la mitad de hogares del país con menos recursos. Y su dominio no solo se extiende sobre las compañías cotizadas, son dueños de ese mismo porcentaje de negocios privados.
La estadística muestra que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, tiene un arduo trabajo por delante si quiere coser las enormes brechas de desigualdad abiertas en la sociedad estadounidense: el 10% de los hogares más ricos acumula casi el 70% de toda la riqueza, frente al 62% de comienzos de siglo. En total, entre activos inmobiliarios, inversiones y demás bienes, la riqueza de los estadounidenses roza los 123 billones de dólares. En 2018 rompió la barrera de los 100 billones apoyada en el incremento de los precios de la vivienda, y no ha dejado de crecer desde el final de la Gran Recesión.
Los datos de 2020 de la Reserva Federal también exhiben otras brechas. La educativa es una de las más claras: aquellos con estudios universitarios nunca han acaparado un porcentaje mayor de la riqueza que ahora —si bien su número ha ido aumentando con los años—. Suman el 71,8% del patrimonio total. Los que no han terminado el instituto, en cambio, reúnen solo el 1,6%. El abismo generacional también es nítido: los mayores de 70 años abarcan la cuarta parte de la riqueza del país, más que en cualquier otro periodo de la serie histórica, mientras que el peso de los menores de 40 años mejora, pero está lejos de los niveles previos a la Gran Recesión, y los beneficios del crecimiento les llegan mucho más diluidos que a sus mayores: son dueños de apenas el 6% del patrimonio.
Otra brecha, la racial, que toca la fibra sensible de aquellos que anhelan una verdadera igualdad de oportunidades en el camino hacia el deseado sueño americano, va reduciéndose año a año muy tímidamente, según las cifras, y aún sigue enquistada. Los blancos poseen el 84,1% de la riqueza, por encima del porcentaje de la población que representan, frente al 4,1% de los afroamericanos, el 2,4% de los hispanos, y el 9,5% de otras razas.
Elusión fiscal
La publicación de los números casi ha coincidido en el tiempo con nuevas revelaciones sobre prácticas de elusión fiscal por parte de los más ricos del país. Según The Wall Street Journal, un documento del Servicio de Impuestos Internos (IRS, en sus siglas en inglés), apunta a que el 1% de hogares más ricos no declara alrededor del 21% de sus ingresos, una tasa mayor a la que se estimaba. El informe culpa del 6% de la evasión a estrategias sofisticadas indetectables para las inspecciones aleatorias. Dichas prácticas son especialmente intensas en el 0,1% de los más ricos, una élite que según desvela la investigación citada por el diario estadounidense, habría dejado de declarar el doble de lo que sugerían las metodologías anteriores del IRS.
El texto, pergeñado conjuntamente por economistas independientes y la autoridad fiscal, advierte de que los estadounidenses de ingresos elevados crean cada vez más sociedades familiares o inmobiliarias, no siempre fáciles de rastrear, e ideadas expresamente para evitar el pago de impuestos.
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