La UE convoca una reunión el miércoles para dar una respuesta común a los sectores afectados por el coronavirus
El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, emplaza a los ministros de Finanzas de la UE para abordar la crisis
La epidemia de coronavirus ha dejado de ser solo un riesgo para la economía europea. El brote ha supuesto ya la suspensión de congresos, la cancelación de vuelos o problemas en las cadenas de suministros de la industria. A la espera de que Bruselas realice una estimación de su impacto económico, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha convocado una conferencia telefónica con todos los ministros de Finanzas de la UE el próximo miércoles para coordinar la respuesta de los países a la expansión den la Covid-19. Las instituciones comunitarias, además, estudian medidas de apoyo para los sectores más afectados, como el turismo, el automóvil o la electrónica.
Bruselas sigue con la máxima atención la evolución del brote de coronavirus. Una vez realizadas las repatriaciones de ciudadanos desde China y superado el temor por un posible cierre de fronteras, la prioridad sigue siendo el frente sanitario. El contagio a la economía es claro. Las Bolsas europeas se han desangrado en la que ha sido una de las peores semanas de la última década. La Comisión Europea ya avisó hace apenas 15 días de que la Covid-19 era un “riesgo a la baja clave” que podía comprometer el crecimiento de la zona euro. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, admitió esta semana que parte de las amenazas que temía Bruselas se han materializado.
El desplome de los mercados financieros no ha sido la única consecuencia del brote, que ha obligado a cancelar dos de los mayores escaparates económicos del primer trimestre del año, como el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona y el Salón del Automóvil de Ginebra. La Comisión Europea, anunció Gentiloni, está evaluando el impacto que está teniendo hasta ahora la epidemia. La guerra comercial entre Estados Unidos y China afectó sobre todo al sector industrial, pero no acabó de penetrar por los poros de los servicios. Según fuentes comunitarias, los técnicos ven con inquietud cómo el brote de Covid-19 sí está afectando a ese sector económico.
A comienzos de la semana pasada, la Comisión estimaba en 1.000 millones de euros mensuales las pérdidas solo en el sector turístico. Todo apunta a que desde el lunes la situación ha empeorado. Varias compañías aéreas, como EasyJet o Wizz Air, han reducido sus vuelos a Italia. Brussels Airlines, que los ha recortado en un 30%, justifica la medida en la falta de demanda. El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, sostuvo que el Ejecutivo comunitario y los Veintisiete están “movilizados y reactivos” frente esa crisis y avanzó que se están barajando medidas para apoyar a los sectores que puedan resultar más afectados. En países del sudeste asiático o Austria se están preparando ya planes de estímulos para paliar los efectos de la epidemia.
“Es importante empezar a coordinar las medidas que podríamos adoptar”, sostuvo al término del Consejo de Competitividad de esta semana Breton, quien enumeró sectores como el turismo, el automóvil, la electrónica y la salud. Sin embargo, el comisario recordó que antes de lanzar medidas necesitan conocer el impacto y la evolución de la epidemia. “Si no hay nuevos brotes en otras áreas, una desaceleración de los casos y un porcentaje más alto de recuperaciones cambiaría las expectativas en los mercados financieros y limitaría el daño económico”, recuerda el analista y exsecretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno.
Breton emplazó a los Veintisiete a la reunión informal de ministros encargados de Competitividad, que tendrá lugar el 20 de marzo en Zagreb (Croacia). Las fuertes pérdidas de los mercados de valores y las nuevas medidas para acotar el brote, sin embargo, llevaron al presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, a convocar una reunión por conferencia telefónica con todos los ministros de Finanzas.
A ese encuentro no solo acudirán los titulares de los países de la moneda única, sino también los del resto de países de la UE. En una entrevista recogida por Reuters, Centeno dijo que pese a que en principio todo apunta a que se trata de un fenómeno temporal, “el impacto está ahí”. “Todo el mundo esperaba un rebote de la economía, y el coronavirus es algo para lo que debemos estar muy atentos y debemos estar preparados para actuar si es necesario”, afirmó.
Medidas de estímulos
Los Veintisiete ya aprobaron en el pasado Consejo de Ministros de Finanzas de la UE un documento en el que se comprometieron a dar a sus cuentas púbicas una orientación presupuestaria “ligeramente expansiva”. Además, se comprometían, dentro de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a lanzar estímulos si los riesgos que podían acentuar la desaceleración económica se acentuaban. Estas amenazas habían sido identificadas una semana antes por la Comisión Europea e iban desde un recrudecimiento de las tensiones comerciales, en especial por la política de Donald Trump, hasta una mayor extensión del coronavirus.
La Comisión Europea, no obstante, ya ha decidido que abrirá la mano en cuanto al déficit y a la deuda que permitirá a los países. Ello es especialmente relevante en el caso de Italia, que sigue siendo el país de la UE más afectado por el brote de coronavirus con más de mil casos registrados hasta el sábado. También ahí el impacto económico ha sido mayor, golpeando a los sectores turístico e industrial. Cualquier décima arriba o abajo en el crecimiento es clave para un país que Bruselas prevé que crezca solo un 0,3% en 2020 y al que se requiere para reducir una de las mayores deudas públicas del mundo.
En plena revisión de las reglas fiscales, la máxima de Bruselas es dar a los países flexibilidad dentro de las normas para afrontar el bache. “En el Pacto de Estabilidad y Crecimiento se prevén cláusulas de flexibilidad para circunstancias excepcionales”, aseguró Gentiloni. En el pasado, Italia ya usó esa cláusula para pedir flexibilidad a Bruselas en la evaluación de los presupuestos de 2016. El comisario añadió que en los próximos meses, una vez se haya visto el impacto del brote en la UE, hablará con “los países interesados”.
Teletrabajo en las instituciones de la UE
El teletrabajo y las videoconferencias no solo ha sido la opción por la que se han decantado empresas para evitar viajes. También ha sido una de las soluciones a las que han llegado las instituciones comunitarias para afrontar la crisis del coronavirus.
El Parlamento Europeo y la Comisión pidieron esta semana a sus trabajadores que, como medida de prevención, pidieran poder trabajar desde casa si en los últimos 14 días habían viajado a las regiones de Italia en los que se han registrado el grueso de los casos de coronavirus. Sin embargo, el criterio de la Eurocámara fue más estricto que el de la Comisión en cuanto a las regiones afectadas. “Solo hemos puesto en práctica las consecuencias de las medidas de cuarentena introducidas por las autoridades italianas”, sostuvo una portavoz de la Comisión.
La Eurocámara, de hecho, ha pedido a los trabajadores que hayan viajado al norte de Italia, China, Hong Kong y Macao y que no presenten síntomas de esta enfermedad que se queden en casa y no acudan a sus sedes de Bruselas y Estrasburgo, según una comunicación interna avanzada por Europa Press.
La institución informa de que los empleados se podrán reincorporar si al cabo de 14 días no presentan síntomas y tienen luz verde de un médico. Si han estado en contacto con una persona contagiada, en cambio, piden que se dirijan a su médico de manera “urgente”. Hasta este sábado, en Bélgica solo se ha registrado un caso de enfermo por coronavirus, que ya ha recibido el alta médica.
La Eurocámara cuenta con 7.820 trabajadores, repartidos entre sus sedes en Bruselas, donde se encuentran unos 5.000, en Estrasburgo (Francia) y Luxemburgo, a los que se suman los 705 eurodiputados y sus respectivos asistentes.
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