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A la caza del aire fresco en el año del turismo de interior

Los destinos rurales no costeros se benefician de su escasa masificación y mejoran con creces las cifras de ocupación de 2019

Dos visitantes contemplan las vistas desde el Parador de Gredos (Ávila).
Dos visitantes contemplan las vistas desde el Parador de Gredos (Ávila).INMA FLORES (EL PAIS)
Hugo Gutiérrez

Es mitad de agosto, pero las temperaturas no superan los 26 grados en las pequeñas poblaciones de la sierra de Gredos, en su vertiente norte, en la provincia de Ávila. Y por la noche hace falta hasta una mantita, reconocen con gozo los visitantes del lugar. Todo un lujo en verano. “Vivimos en Madrid y venimos en busca del fresco de Gredos”, dice Laura Sánchez en los alrededores de la zona de baño del pozo de las Paredes, en Navacepeda de Tormes.

Estar en lugares no masificados, al aire libre y en plena naturaleza, además de las temperaturas, son algunas de las virtudes del turismo rural en un verano que llega tras meses de confinamiento. “Es una ventaja competitiva tras la crisis sanitaria”, incide Javier Marfull, secretario de la Federación abulense de empresarios de hostelería. Por ello los destinos de interior se han convertido esta temporada —muy atípica y aciaga para el sector— en la rara avis de una industria en horas bajas al ganar visitantes. En julio, la ocupación en las zonas rurales de España superó el 60%, unos 10 puntos porcentuales más que en el año anterior, según escapadarural.com, una de las plataformas de referencia de este segmento. “Y para agosto también se espera una subida”, explican fuentes del portal.

Existen varias características comunes en lo que buscan (y encuentran) los viajeros en estos destinos. Pero todas se resumen en lo mismo: espacios que permitan disfrutar al aire libre de los días de descanso sin temor a contagio al no estar cerca de otros turistas. Nada de luchar por el espacio en la arena de la playa. O de subirse en un avión o un tren repleto. A estos lugares se llega en coche particular, otra desventaja convertida en punto fuerte.

La zona denominada como Gredos Norte es un buen ejemplo de ello. Por los caminos que rodean Hoyos del Espino y Navarredonda de Gredos se pueden ver, a mucha distancia unas de otras, un puñado de familias disfrutando de las bondades del paraje natural. Cuando ven pasar un vehículo por el camino, los padres alzan la vista y avisan a los pequeños, mientras estos juguetean con trozos de madera, piedras y todo insecto con el que se encuentren. “Las familias buscan libertad y naturaleza donde olvidar el confinamiento”, incide Isabel Sánchez, presidenta de Asenorg (Asociación de Empresarios Norte de Gredos). Portavoces de la Diputación de Ávila afirman la importancia que tiene para la economía de la zona este tipo de turismo. Como ejemplo: “La población se multiplica en muchas localidades hasta 10 veces por la llegada de viajeros y la ocupación de segundas residencias, sobre todo en la parte más próxima a Madrid”.

DVD 1015 Madrid 18/08/2020

Reportaje del especial de turismo sobre la Sierra de Gredos.
Hipica Equiberia en Navarredonda de Gredos

Foto: Inma Flores
DVD 1015 Madrid 18/08/2020 Reportaje del especial de turismo sobre la Sierra de Gredos. Hipica Equiberia en Navarredonda de Gredos Foto: Inma FloresINMA FLORES (EL PAIS)

Uno de los centros neurálgicos de Gredos Norte, como explican propios y extraños del lugar, es el parador. Se trata del primero de la red de hoteles públicos, inaugurado en 1928, que guarda mucha historia. Por ejemplo, allí fue donde los padres de la Constitución redactaron el texto que marcaría el futuro del país. “Es muy especial y un magnífico ejemplo de cómo Paradores potencia las economías locales”, defiende Óscar López, presidente de la compañía. En el caso de Paradores, la ocupación también va al alza en sus hoteles de interior y rural, alcanzando el 74% en julio. En el de Gredos fue del 76%, 18 puntos por encima del año anterior.

“En verano siempre teníamos los paradores de playa llenos, pero no los de interior. Esto es una oportunidad para que conozcan este tipo de turismo y repitan más adelante”, reflexiona López. Algo en lo que coinciden media decena de empresarios de la zona consultados. “La gente está descubriendo lugares maravillosos de España que son una alternativa para su ocio durante todo el año”, añade Alfonso Martín, tercera generación de un negocio familiar con tres casas rurales y un bar.

El perfil tradicional de los viajeros que llegan a estas zonas también explica parte del avance de este verano. La escasa demanda de turistas extranjeros era su punto débil, pero esta vez se ha convertido en su mejor aliado para no resentirse por la pandemia. Eso a nivel general, aunque existen empresas que sí dependen de los visitantes foráneos. Por ejemplo Equiberia, que organiza semanas a caballo con rutas por la sierra de Gredos y otros puntos de España. “Se ha caído todo. Por suerte, Gredos está lleno y hemos ganado clientes nacionales, aunque seguirá siendo un año muy malo para nosotros”, reconoce su propietaria, María Elena Dendaluce.

Estancias más largas

Otra de las diferencias entre las peticiones de los turistas de este año es la reserva de estancias más largas. Hasta ahora se trataba de destinos de fin de semana y puentes, pero en esta ocasión muchos han preferido escaparse durante más tiempo. “Buscan semanas, quincenas o meses. Incluso casas de larga duración para estar allí una temporada”, afirma Isabel Sánchez, presidenta de Asenorg.

Esto se explica, en parte, por el boom del teletrabajo, que ha hecho aflorar personas que prefieren trabajar con las vistas de la sierra y no desde las grandes urbes. Solo necesitan Internet y lo tienen. “Antes venía una semana de vacaciones a La Aliseda de Tormes, pero en esta ocasión paso todo agosto teletrabajando desde Gredos”, explica María Hernández. Lo mismo que Itziar López, su compañera de pupitre en el Salón de los Ponentes del parador que lo han convertido en una oficina temporal. En su caso solo estará una semana, unos días teletrabajando y otros de descanso.

Con la mayor afluencia de viajeros, en los bares y terrazas de Hoyos del Espino se respira vida y mucho visitante. La buena salud de la que goza el turismo rural deja muy satisfechos a los empresarios de la zona, aunque no consiguen despejar las dudas de un futuro cargado de nubarrones. “El gran problema es que no sabemos cómo va a evolucionar la crisis sanitaria a partir de septiembre. Nos tememos un otoño muy duro”, dice Paco Sánchez, propietario de un spa rural, una sensación que confirman todos los negocios consultados del lugar. Aunque también flota en el ambiente cierto optimismo. Porque, como repiten, quien conoce Gredos se enamora y repite. Y pueden ser muchos los clientes prestados que se queden para años posteriores. Algo en lo que confían en la mayoría de destinos rurales españoles.

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Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

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