_
_
_
_
OPINIÓN
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Forward guidance’ político

La sostenibilidad presupuestaria, la estabilidad financiera y la credibilidad internacional no es una imposición del mercado, sino del sentido común que requiere una sociedad de bienestar

Santiago Carbó Valverde
Vista general de las pantallas informativas de la Bolsa y Mercados Españoles (BME) en Madrid.
Vista general de las pantallas informativas de la Bolsa y Mercados Españoles (BME) en Madrid.HUGO ORTUÑO (EFE)

En todo el mundo se observa sobrerreacción de los mercados a cualquier gesto que pueda ser interpretado como generador de inestabilidad económica o financiera. Son frecuentes los desmentidos y aclaraciones tras un anuncio, tuit o rumor político desestabilizador. Tiene mucho que ver con un exceso de ganas de agradar sin suficiente reflexión. Lo escribía Benedetti: “Una cosa es evidente: si, por un lado, las actitudes extremistas provocan entusiasmo, arrastran a los otros, son índices de vigor, por otro, las actitudes equilibradas son por lo general incómodas, a veces desagradables y casi nunca parecen heroicas”. No son actitudes nuevas pero, a la velocidad que viaja la información hoy, si además se retuerce y manipula, se genera una sensación de pérdida de rumbo con efectos perniciosos.

Más información
La inversión sostenible, una prioridad para la UE
El Reino Unido ya paga la factura por el Brexit

Tal vez podríamos aprender de los bancos centrales y de ese mecanismo que se ha revelado recientemente tan útil como es el forward guidance, el preanuncio de la senda prevista de las decisiones de política monetaria a medio y largo plazo. Es una forma, con palabras, de que los mercados, inversores y consumidores conozcan a qué atenerse y que siempre habrá un soporte en caso de que se den condiciones que lo requieran.

Es tentador pensar que eso deberían ser, por ejemplo, los programas electorales, una guía de acción. Donde un forward guidance político adquiere importancia es en su capacidad de establecer unas pautas básicas o, dicho de otro modo, unas líneas rojas cuando son necesarias coaliciones con diferencias políticas significativas. Sucede ahora en España pero ha ocurrido frecuentemente en Alemania, por ejemplo.

La pérdida del equilibrio es habitual. Pasa en EE UU ya con los mensajes de posibles candidatos para las elecciones de 2020. Pasa en Italia cada vez que se echa un órdago a la UE. Y también en las elecciones del Reino Unido, donde las posturas son más enconadas que nunca y no solamente en términos de Brexit.

En España, respetando todas las opciones políticas, considero que es importante que, al igual que los bancos centrales pueden calmar a los mercados, todos los políticos deberían tener un forward guidance cuando tienen una responsabilidad o la posibilidad de tenerla y así no tomar decisiones que puedan dañar al país y su economía en el medio y largo plazo.

No creo que ningún partido ni ciudadano aspire a una bolsa de valores a la baja, a perjudicar a su sistema financiero nacional o a un mayor riesgo-país. Establecer esos parámetros básicos es una premisa que corresponde a todos los políticos y, más aún, a los que se encargan del Gobierno de un país. Presupone una habilidad para lidiar con un entorno político polarizado donde las propuestas que chirríen son más probables y la necesidad de enfriarlas más importante.

Cuestiones como la sostenibilidad presupuestaria, la estabilidad financiera y la credibilidad internacional deben garantizarse por todos, sin que haya espacio para el rumor o dejar demasiado tiempo abierta la duda. Yo no lo veo como una imposición del mercado, sino del sentido común que requiere una sociedad del bienestar que aspira a seguir siéndolo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_