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La OMC autoriza que EE UU aplique a la UE aranceles a productos por valor de 6.900 millones de euros

El castigo se justifica por las ayudas a Airbus. Bruselas quiere evitar una nueva escalada comercial pero advierte de que responderá si hay represalias

Fábrica de Airbus en Hamburgo, Alemania.
Fábrica de Airbus en Hamburgo, Alemania.AFP

Estados Unidos cuenta con la luz verde de la Organización Mundial de Comercio para proceder a imponer aranceles a productos importados desde la Unión Europea por valor de 7.500 millones de dólares anuales (6.900 millones de euros), en respuesta a los subsidios que concedieron los Gobiernos europeos a Airbus para el desarrollo del A350 y el A380. Washington los activará el 18 de octubre. Se abre así un nuevo frente en una batalla que dura 15 años.

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Los aranceles tienen como objetivo compensar un daño económico que la oficina de Comercio Exterior estadounidense valoró inicialmente en 11.200 millones de dólares anuales (10.200 millones de euros). Washington elaboró el pasado abril una lista preliminar con 300 productos importados, en la que identificaba componentes del sector de la aviación civil, incluidos aviones de Airbus. Serán en este caso del 10% y del 25% para los productos agrícolas (aceite, quesos, vinos y licores) y otros bienes importados.

Se trata de la mayor sanción aprobada por la OMC en el marco de una disputa. Los aranceles, como precisa la oficina del embajador Robert Lighthizer, se aplicarán a las importaciones que llegan de Francia, Alemania, España y el Reino Unido, “los cuatro países responsables de los subsidios ilegales”. “Teníamos la autoridad para aplicar un gravamen del 100% pero optamos por limitarlo”, señala, al tiempo que advierte que puede “incrementarlos en cualquier momento”.

EE UU presentó la primera queja por las ayudas de la UE a Airbus en 2004. Algunos de los argumentos fueron rechazados. La OMC, sin embargo, determinó que los Gobiernos europeos estaban concediendo créditos para el desarrollo de sus nuevos aviones con unos intereses que estaban muy por debajo al disponible en el mercado. Además, determinó que no se adoptaron medidas eliminar sus efectos adversos.

El organismo multilateral concluye, por tanto, que estos créditos crearon un perjuicio a los intereses de EE UU y señala que eso creó una ventaja competitiva artificial en el segmento de los grandes aviones, de doble pasillo como el A350 y el A380. La OMC debe adoptar ahora una decisión en un caso separado de la UE contra EE UU por las ayudas del Estado de Washington a Boeing, que se espera para comienzos del próximo año.

La Comisión quiere evitar otra escalada

Bruselas quiere evitar a toda costa que el fin de esa vieja batalla pueda ser el comienzo de una nueva escalada comercial transatlántica, en especial en “un momento delicado” para la economía mundial. La Comisión Europea “toma nota” de la decisión de la OMC, pero advierte a la Administración de Donald Trump de que la adopción de represalias a través de nuevos aranceles sería una medida “miope” y “contraproductiva”.

Según la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, el Ejecutivo comunitario ya ha propuesto una “solución justa” y “equilibrada” a Estados Unidos para sus industrias aeronáuticas. Sin embargo, también ha avisado de que la imposición de nuevas tarifas “empujará a la UE hacia una situación” en la que no tendrá “otra opción que hacer lo mismo”.

La Comisión Europea ya presentó el pasado mes de julio una propuesta a Estados Unidos para alcanzar un nuevo régimen de subsidios al sector aeronáutico. Coincidiendo con la cumbre de Naciones Unidas, Malmström se encontró la semana pasada en Nueva York con el responsable de Comercio norteamericano, Robert Lighthinzer. Sin embargo, Bruselas sigue sin tener respuesta. “Hasta ahora, los Estados Unidos no han reaccionado”, ha afirmado Malmström en un comunicado.

Estados Unidos sostiene que solo negociará con la UE cuando esta cumpla con los requerimientos de la OMC. El presidente Donald Trump, en paralelo, tiene que decidir a mediados de noviembre si procede aplicar también aranceles a las importaciones de coches europeos y componentes. Los dos socios comerciales tienen preparadas listas de productos para actuar si la batalla comercial escala.

El Ejecutivo comunitario teme que este conflicto trunque la tregua que ambos países se dieron en julio del año pasado. Entonces, el presidente Jean-Claude Juncker logró apaciguar los ánimos de Trump. En cualquier caso, el conflicto tiene dos direcciones y la UE espera que el organismo de Ginebra avale que puede aplicar medidas a Estados Unidos por las ayudas que concedió a Boeing. La Comisión Europea tiene ya preparada una lista de productos (bebidas y alimentación, marroquinería y joyería y productos aeronáuticos) a los que aplicar aranceles por un valor de cerca de 20.000 millones de euros, aunque la cifra final dependerá de la decisión del arbitraje de la OMC.

La intención de Bruselas es no verse forzada a imponer esas tarifas. Si llegara a hacerlo, eso significaría que antes Estados Unidos habría optado por reactivar la guerra comercial con Europa. Y Trump se guarda en la manga, además, la carta de fijar un impuesto a los automóviles y componentes producidos en la UE alegando razones de “seguridad nacional”. Pero si todo eso sucediera, Bruselas ha advertido de que se defenderá.

El presidente del Comité de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Bernd Lange, respaldó a la Comisión y lamentó la "falta de voluntad" de Estados Unidos a negociar. El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, también apuntó en la misma dirección. Abogó por una solución "amigable" en un momento de pujanza de la industria aeronáutica china pero advirtió: "Si los Estados Unidos eligen imponer sanciones será un error económico y político. Y estaremos preparados con nuestros socios europeos para responder con firmeza".

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