El auditor de Bankia asegura que no pudo hacer el informe de las cuentas porque no le facilitaban información
Francisco Celma ha relatado que solicitó durante meses documentación, especialmente del negocio inmobiliario, y ha subrayado que nunca entregó un borrador de las cuentas de 2011
Francisco Celma, el socio auditor de Deloitte, ha asegurado hoy durante el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que no pudo hacer el borrador del informe de auditoría de las cuentas de la entidad de 2011 porque los responsables de BFA-Bankia estuvieron meses sin entregarle la información relevante que necesitaba. El interrogatorio del auditor, uno de los más esperados, ha empezado casi al final de la sesión de hoy con las preguntas de las acusaciones particulares.
Celma ha relatado que comunicó a los miembros de las comisiones de auditoría de BFA y de Bankia sus problemas con los datos: "Compartí con ellos toda la documentación que estaba pendiente y que impedía que hiciéramos nuestro trabajo de campo". Esto sucedió, según su relato, en las comisiones de los días 26 y 27 de marzo de 2012. En el caso concreto de Bankia, Celma ha señalado: "Antes de la formulación de cuentas les dije a los miembros de la comisión que, dada la relevancia de la información pendiente de recibir y analizar, no estábamos en condiciones de poder facilitar un borrador de auditoría porque no habíamos podido hacer nuestro trabajo".
Pese a que durante la instrucción del caso Celma aseguró que el 26 de marzo de 2012 advirtió al comité de auditoría de que existían dudas razonables sobre la viabilidad de Bankia, en su declaración de hoy ha evitado pronunciarse con tanta claridad. En instrucción, su declaración contradijo la versión de la mayoría de los consejeros encausados, entre ellos Ángel Acebes, que fue presidente de la comisión de auditoría hasta abril de 2012. La mayoría declararon entonces y han vuelto a hacerlo durante el juicio que Deloitte nunca puso objeciones a las cuentas y han asegurado desconocer por qué Celma no entregó ni el informe ni el borrador de auditoría.
Algunos consejeros sí han mencionado en sus interrogatorios que sabían que el auditor estaba analizando datos que le faltaban, pero que en ningún caso Deloitte les comunicó que pensara incluir salvedades o que hubiera algún problema con las cuentas.
BFA-Bankia envió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) las cuentas anuales correspondientes al año 2011 sin el correspondiente informe de auditoría. Lo hizo el último día, el 30 de abril de 2012. Nueve días después se hizo efectiva la dimisión de Rodrigo Rato, su presidente (obligado por el presidente del Gobierno, según ha declarado en el juicio), y se aceleró la caída del coloso bancario. Bankia necesitó un rescate de 22.424 millones de dinero público.
En su declaración al inicio del juicio, Rodrigo Rato aseguró que tanto el consejo de administración de Bankia como el de BFA estaban convencidos de que la auditora no iba a hacer ningún comentario negativo sobre las cuentas, pero admitió conocer la inquietud del socio auditor, Francisco Celma, también encausado, por la valoración de las acciones de Bankia en el balance de BFA.
Celma ha relatado también que llegó a enviar un correo de 12 páginas el 23 de marzo de 2012 en el que detallaba toda la documentación que no le estaban entregando, mucha de ella (cinco páginas, ha precisado) relacionada con la inversión inmobiliaria. "Se ha hablado mucho de que faltaban tasaciones, pero también se pide mucha información sobre inversión inmobiliaria", ha subrayado. El auditor ha señalado también que en ese momento Bankia era "la entidad española con la mayor cartera de activos inmobiliarios del país".
Las acusaciones particulares y populares piden para Celma 12 años de cárcel por delitos de falseamiento contable y estafa a inversores en concepto de cooperador necesario. El fiscal no le acusa.
La reformulación de las cuentas
Antes de Celma, el interventor general de Bankia, Sergio Durá, ha respondido a las preguntas de la fiscal Anticorrupción y de su abogado, y se ha centrado, entre otras cuestiones, en la reformulación de las cuentas de Bankia del ejercicio 2011. Los inspectores del Banco de España que ejercieron de peritos judiciales del caso Bankia consideran que esa reformulación, llevada a cabo el 25 de mayo de 2012, ya con el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, fue irregular.
Durá ha asegurado que el principal motivo de la reformulación fue el sector inmobiliario y el "crash brutal" que se produjo entre abril y mayo de ese año, que trastocó el mercado al hacer caer los precios. "Ahora nadie se acuerda , pero entonces se hablaba de la ruptura de la Unión Europea, de que España podía salir del euro. Nadie quería invertir en España y cuando eso sucede, los precios caen, ha señalado. La exconsejera de Bankia Araceli Mora, que pertenecía al comité de auditoría de la entidad, se negó a firmar la reformulación. Según explicó durante su interrogatorio en el juicio, se opuso a ello porque consideró que solo se pueden reformular unas cuentas en caso de error, no porque hayan cambiado las previsiones.
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