La tasa de paro en Estados Unidos cae al nivel más bajo desde 1969
La fortaleza con la que avanza la economía mete presión al mercado global de bonos
Wall Street aguanta la respiración. La economía de Estados Unidos sigue dando muestras de que avanza con solidez. En septiembre se crearon 134.000 empleos, pese al efecto del huracán Florence, y la tasa de paro cayó al 3,7%, el nivel más bajo desde diciembre de 1969. Esta evolución del mercado laboral, sin embargo, da argumentos para que la Reserva Federal siga retirando los estímulos monetarios al crecimiento, lo que provocó que el tipo de interés en los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años superara el 3,2% y se colocara a su nivel más alto en siete años.
EE UU lleva ocho años creando empleo de una manera continuada. Es cierto que la primera lectura del indicador de septiembee está por debajo de lo que anticipaba el consenso de mercado, pero el dato se ve distorsionado por el efecto del huracán que azotó el mes pasado la costa de las Carolinas. Fue, en todo caso, un ritmo suficiente para llevar la tasa de desempleo a un nivel que no se veía desde la Guerra de Vietnam. Se revisó al alza agosto y julio.
La economía está que arde, como dicen los analistas a prácticamente un mes de las legislativas en EE UU. Hasta el presidente de la Fed, Jerome Powell, dice que las cosas no pueden ir mejor y por eso argumenta que la política “acomodaticia” ya no se justifica. Ese término voló del comunicado final que publicó el banco central tras su última reunión. Lo citaba para indicar que pese a la subida de tipos, la estrategia monetaria seguiría estimulando la economía.
Eso se acabó. En sus palabras, los tipos “están aún lejos” de lograr una posición neutral. Eso implica, según los agentes del mercado, que tiene margen y puede ir más alto del 3%. Ahora están en el 2% y 2,25%. Esta reflexión lleva toda la semana reverberando por el mercado de bonos y castigando las divisas de los mercados emergentes, que pierden valor mientras el optimismo fortalece el dólar.
El bono a 10 años es un indicador clave para los inversores globales. La combinación con la apreciación del billete verde eleva el coste de la deuda en dólares. El efecto se replica en otros países avanzados, así como en los emergentes. A final de marzo ya se vivió una situación de tensión por el mismo motivo, cuando se acercó al 3%. Entonces, como ahora, Wall Street estaba en máximos históricos.
La última vez que el tipo del bono a 10 años estaba a este nivel, la economía de EE UU crecía un tímido 1%. Ahora lo hace por encima del 3% y la tasa de paro es la más baja en casi cinco décadas. El mercado laboral está en una situación de pleno empleo, lo que obliga a su vez a las empresas a elevar los salarios para retener a sus empleados. Lo hicieron tres décimas en septiembre, aunque la anual se moderó ligeramente al 2,8%.
Recalentamiento
La escalada de la deuda pública y corporativa es un claro factor de vulnerabilidad cuando los tipos de interés suben. Es un asunto recurrente este año, junto a la tensión por la batalla comercial y el encarecimiento del petróleo. Jerome Powell asegura que el incremento de tipos en EE UU será “gradual”, pero insiste en que debe seguir el curso al alza para evitar que la economía se recaliente. El reto en este momento es que no pasarse al pisar freno a los estímulos.
La solidez de la economía estadounidense contrasta con la europea, a la que le cuesta remontar, y eso provoca que la brecha con el tipo de bono alemán sea la mayor desde la caída del Muro de Berlín, hace tres décadas. Es más, los analistas no descartan que la diferencia pueda ampliarse porque los fundamentales de los dos polos económicos son divergentes. También pesa la incertidumbre política.
Esta situación está obligando a los bancos centrales de Argentina y Turquía a subir los tipos como reacción para defender sus respectivas monedas. El Fondo Monetario Internacional tiene previsto publicar sus previsiones económicas el próximo martes. La expansión global continúa, como indicó Christine Lagarde esta semana. Pero la directora gerente advierte de que el tiempo empieza a cambiar.
Cita entre los factores de riesgo que comienza a materializarse la presión de un dólar fuerte y de las restricciones en las condiciones financieras en los países emergentes. Esta situación explica la sensibilidad que muestra el mercado desde hace seis meses hacia los tipos, por el potencial que puede tener el valor de los activos. De momento, domina más la cautela que la preocupación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Reserva Federal
- Jerome Powell
- Bonos Tesoro
- Tipos interés
- Deuda pública
- Tesoro Público
- Organismos económicos
- Estados Unidos
- Financiación déficit
- Norteamérica
- Déficit público
- Finanzas públicas
- Créditos
- América
- Administración Estado
- Servicios bancarios
- Economía
- Banca
- Administración pública
- Finanzas
- Redacción EEUU
- Edición América