El consumo de alimentación fuera del hogar creció el triple que el doméstico en 2017
La industria de alimentación y bebidas bate su récord y supera los 100.000 millones de euros de producción
Con la recuperación económica, los españoles se animan más a comer en bares y restaurantes, bien porque tienen algo más de renta para gastar o forzados por circunstancias del trabajo. Así, el año pasado, los españoles gastaron en alimentación fuera del hogar 36.024 millones de euros, un 2,5% más que el año anterior. Un ritmo de crecimiento tres veces superior al del consumo en el hogar, que apenas avanzó un 0,8%, hasta los 67.616 millones. En 2017, la industria de alimentación y bebidas superó por primera vez los 100.000 millones de euros en producción, según la memoria anual de FIAB, la patronal de las empresas del ramo. Un 30% de la producción se vendió fuera de España.
Según el balance de 2017 de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que engloba a 29.018 empresas, el año pasado el sector alcanzó una producción de 102.313 millones de euros, un 2,9% más que en 2016. En realidad, la producción real sólo avanzó un 0,8%, mientras que el otro 2,1% se debe al incremento de los precios. En la presentación de los datos, el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Fernando Burgaz, ha celebrado el "estupendo comportamiento" de la industria en 2017, que achacó tanto a la "capacidad y potencia" del sector como a la recuperación económica, que hizo crecer el consumo.
El crecimiento del consumo alimentario se localizó más intensamente fuera de los hogares, donde los españoles gastaron 36.024 millones de euros, un 2,5% más. El consumo fuera de casa supone ya el 35% del total, por el 65% del doméstico. En 2011, uno de los años más duros de la crisis, el consumo en el hogar representó el 76%. El propio informe de FIAB señala que la recuperación económica se ha traducido "en una menor cuantía de los gastos per capita en alimentación realizados en el hogar que, presumiblemente, modifican su ubicación, trasladándose hacia el consumo en establecimientos de restauración". En todo caso, también aumentó, aunque más levemente, el consumo en el hogar, un 0,8%, hasta 67.616 millones de euros.
Burgaz ha destacado que las patas en las que se apoyó la industria para crecer en producción fueron tanto el aumento del consumo como, sobre todo, el de la exportación. Las empresas de alimentación y bebidas batieron su récord exportador, hasta alcanzar los 30.652 millones de euros, un 9% más que el año anterior. Esto es, se vendió fuera casi un 30% de la producción. Así, el saldo comercial con el exterior se saldó con un superávit de 8.209 millones, un 8,6% más, lo que sitúa a la industria de la alimentación como segundo sector que más aporta a la balanza de pagos. "Un éxito fulgurante", ha sentenciado el secretario general de FIAB, Mauricio García de Quevedo.
Dos tercios de esas exportaciones se han ido a la UE, aunque García de Quevedo ha resaltado que la industria está diversificando sus mercados, puesto que hace una década la UE absorbía el 90% de las exportaciones. De hecho, en 2017 las ventas fuera de la UE crecieron un 10,2%, por el 5,5% de las destinadas a los socios comunitarios.
Empleo
Los buenos datos de producción también tuvieron su correspondencia en el empleo y la industria alimentaria cerró 2017 con 503.600 ocupados, un 5,2% más que el año anterior, y 414.600 afiliaos a la Seguridad Social (+3,4%), según ha explicado Nelly González, directora de Estudios de FIAB. El pero está, como en otros sectores, en la temporalidad, que ronda el 30% (el 27% en las empresas de alimentación y el 32% en las de bebidas). González ha querido destacar, no obstante, que se trata de una industria que incluye sectores con mucha temporalidad, vinculados a la agricultura o productos de consumo estacional, como los refrescos o el turrón.
Un 37% de ese medio millón de empleos están ocupados por mujeres. En este sentido, la directora de Estudios ha querido destacar que el porcentaje femenino en la industria alimentaria es más elevado que el de la industria manufacturera en general, que se sitúa en el 26%. También ha destacado que un 30% del empleo corresponde a jóvenes menores de 35 años, frente a un 25% del resto de la industria.
Finalmente, 2017 supuso un freno al descenso del empleo en el sector de las bebidas, que viene perdiendo puestos de trabajo desde 2009. En 2017, el número de afiliados en la industria de bebidas se situó en 47.600 personas, un 1,7% más que el año anterior. En todos los años anteriores había caído el número de empleos menos en 2014, cuando aumentó un leve 0,1%, perdiendo un total de 8.250 desde 2007.
Recados para el nuevo Gobierno
Como otros sectores económicos estos días, el de la industria de la alimentación y bebidas también ha enviado sus peticiones y preferencias para el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez que se acaba de estrenar. Mauricio García de Quevedo se ha referido en particular a la regulación de la venta a pérdidas. Actualmente, la prohibición de esta práctica está recogida en la Ley de Comercio Minorista, pero está pendiente de reforma porque la UE sostiene que no está adecuadamente regulada. Ante la próxima modificación García de Quevedo ha expresado el temor del sector a que se elimine, porque es una práctica que reduce el valor de la industria.
Ha afirmado que la FIAB ha enviado al Gobierno un documento en el que expresa, entre otras cosas, su demanda de una regulación armonizada que permita una auténtica unidad de mercado para la industria, en vez de las distintas legislaciones autonómicas. Igualmente, ha pedido que no haya aumentos fiscales que reduzcan el consumo de los ciudadanos o tasas a la industria, como la de las bebidas azucaradas que el año pasado aprobó Cataluña.
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