La fiebre internacional por el tequila amenaza con agotar sus reservas
Aunque los productores aseguran que no hay riesgo de desabasto, el lento crecimiento del agave, de donde se extrae esta bebida, ha provocado que se estén exprimiendo al máximo las plantaciones
El tequila vive un boom, está bendecido por el éxito. Su precio se ha multiplicado por seis en los últimos dos años y ya son ocho de cada diez las botellas que se exportan al extranjero. Pero el auge ha sido de tal calibre que ha dejado temblando las plantaciones de agave, la planta de la que se extrae esta bebida.
El gran éxito se ha acabado convirtiendo en un enemigo. El rápido incremento de las ventas, producido entre otras razones por su expansión en el extranjero, ha provocado que las plantaciones existentes se estén exprimiendo al máximo. El lento crecimiento de esta variedad de agave, el azul tequilana weber, -en torno a siete años- soporta con dificultades el aumento de la producción que requiere la demanda. Esto ha provocado que algunos productores tengan que utilizar plantas poco maduras, de las que se extrae menos licor, y que por tanto aumente la escasez de la materia prima.
“Hay previsiones suficientes para satisfacer la demanda hasta el año 2024, por lo que no hay un riesgo de desabasto. Lo que sí es cierto es que en la actualidad el incremento en la producción hace que se están consumiendo piñas más pequeñas, pero en 2019 llegará una oferta mayor de agave lo que puede estabilizar el precio. Estamos trabajando para regular las plantaciones con una visión a largo plazo”, ha asegurado Jacobo Cabrera, presidente del Consejo Agropecuario de Jalisco, el Estado que lidera la producción de este destilado.
El tequila lleva años experimentando un crecimiento sin descanso. En 2017 las exportaciones crecieron un 7,2% respecto a 2016 y de México salieron hacia el extranjero 213 millones de litros, de los 271 millones que se produjeron en total, según el Consejo Regulador del Tequila.
“Lo único que está ocurriendo es un consumo de agaves de menor edad. Pero está completamente asegurada la demanda. El consumidor ni siquiera va a notar esta situación de la industria. Lo que sí es cierto es que estamos en un escenario en el que los precios subieron, pero veníamos de una situación en la que estaban por los suelos”, ha asegurado el director general del Consejo Regulador del Tequila, Ramón González.
Estados Unidos ha sido el principal destino de las exportaciones en 2017 con 172 millones de litros, seguido de España (5,3 millones), Alemania (4,6 millones) y Francia (3 millones). Un ranking en el que en la parte alta también se han colado países como Japón (2 millones), Letonia (1,8) o Sudáfrica (1,6). Una buena muestra de que la fiebre por el tequila ha traspasado fronteras hasta llegar a los lugares más recónditos del planeta.
“Todavía vemos nuevas áreas de oportunidad. Con la reforma fiscal de EE UU va a haber una rebaja de impuestos en las bebidas alcohólicas. También con el TPP se prevé un incremento de las exportaciones hacia los países asiáticos”, ha señalado Cabrera.
Una bebida que en los últimos años también se ha hecho más exclusiva. El estadounidense George Clooney, el puertorriqueño Daddy Yankee o el cantante Justin Timberlake, entre otros, han participado de este negocio con sus propias firmas de tequila. Los famosos también adoran el destilado mexicano y lo han dotado de un estatus inimaginable hace unas décadas.
En 1997, apenas eran 84 millones los litros de tequila que se exportaban, una cifra un 154% inferior a la cantidad de este alcohol que se lleva al extranjero en la actualidad. Pero no solo ha aumentado la demanda, sino que en este proceso de crecimiento se han incrementado aún con más fuerza las ventas de una de las variedades más puras de esta bebida, el tequila 100% de agave, para el cual se requiere una mayor cantidad de esta planta. Mientras en 2017, fueron 84,4 millones de litros de este tipo de tequila los que salieron de México, en 1997 eran 3,3, un incremento del 2.458% en 20 años.
Las plantaciones de agave se han convertido en uno de los más preciados cultivos en México. Tal es así que los robos son ahora uno de los principales problemas para los productores. En los primeros nueve meses de 2017, 193 toneladas de agave fueron robadas, según publica la prensa local, y en el Estado de Jalisco tuvieron que tipificar recientemente como delito el hurto de esta planta con penas de entre 5 y 15 años.
La pasión por esta bebida ha conquistado países como Lituania, el tercero donde más litros por habitante se beben de este destilado: 0,15, solo superado por México (0,9) y Estados Unidos (0,4). A unos 10.000 kilómetros de distancia del noreste de Europa, las plantaciones de agave se extienden a lo largo de 140.000 hectáreas y abarcan cinco Estados (Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas). Allí machete en mano, los agricultores van cortando las hojas de esta planta hasta quedarse con la piña de donde se extrae el jugo que dará lugar al tequila.
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