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Montoro fija finales de marzo como el plazo máximo para pactar los Presupuestos

El ministro de Hacienda advierte en el Congreso de que no presentará el proyecto de las cuentas públicas de 2018 si antes no logra los apoyos

Cristóbal Montoro, hoy en el Congreso.Vídeo: Jaime Villanueva | efe
Jesús Sérvulo González

Si antes de finales de marzo no hay un acuerdo, no habrá Presupuestos de 2018. Así lo ha confirmado este miércoles el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante su intervención en el Congreso para explicar por qué el año ha arrancado sin unas nuevas cuentas públicas y el Gobierno ha prorrogado las del pasado ejercicio. El ministro ha justificado que la crisis secesionista catalana es la principal causa del impasse presupuestario, pero también ha acusado a Ciudadanos y PNV de falta de coherencia pues hace seis meses acordaron el techo de gasto y los objetivos de déficit, pero ahora dan largas con la letra pequeña de las cuentas. Montoro ha avisado de que sin un acuerdo previo no presentará el proyecto y entonces la prórroga se extenderá todo el año.

La sesión parlamentaria se ha convertido en un reparto cruzado de culpas. Los partidos se han acusado mutuamente de ser los responsables de la prórroga presupuestaria. El ministro de Hacienda, en un durísimo alegato contra el expresidente catalán Carlos Puigdemont, ha argumentado que la crisis independentista es la principal causa de que 2018 haya comenzado sin nuevas cuentas públicas y de que ahora mismo no haya muchas perspectivas de que las haya.

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Montoro ha responsabilizado también a Ciudadanos y al PNV de falta de coherencia por dar largas a los Presupuestos de 2018 cuando hace tan solo seis meses, dijo, apoyaron el techo de gasto y los objetivos de déficit que sirven para confeccionarlos.

El Gobierno se encuentra en un aprieto porque no logra cerrar los apoyos para sacar adelante las cuentas de este año. El PNV insiste en que hasta que el Ejecutivo no levante la aplicación del artículo 155 de Cataluña no brindará su respaldo. Y este miércoles se ha mostrado especialmente distante negando cualquier compromiso previo.

Ciudadanos ha presentado nuevas reclamaciones después de que el pasado septiembre escenificara un principio de acuerdo. Su portavoz en el debate, Francisco de la Torre, ha insistido a Montoro en que si el Gobierno cumple con el acuerdo de investidura —con el que el partido de Albert Rivera permitió la formación del Gobierno de Mariano Rajoy— apoyarán el proyecto.

De la Torre también ha exigido al Gobierno la equiparación salarial de la Guardia Civil y la Policía Nacional con las fuerzas de seguridad autonómicas. Y ha condicionado sus votos a la destitución de la senadora popular Pilar Barreiro, imputada en el caso Púnica. El diputado de Ciudadanos ha afeado al ministro que haya concedido a los nacionalistas vascos un cuponazo —en referencia a la actualización del Cupo vasco y los acuerdos de inversión— antes de tener asegurado su apoyo.

Sin estos respaldos se escenifica la minoría parlamentaria del Gobierno, que acumula malas noticias con el caso Gürtel, las críticas por la gestión de la crisis catalana, el revolcón en las elecciones del 21-D, la caída de expectativas en las encuestas...

En este contexto, el Gobierno comienza ver cómo se complica la tarea de aprobar las cuentas públicas. Por eso, Montoro ha sugerido que no pasaría nada si finalmente no se aprueban los Presupuestos de este año porque los de 2017 han permitido crecer al 3,1% y crear 611.000 empleos. "Han sido unos muy buenos Presupuestos", ha sostenido. Y ha advertido de que no presentará las cuentas públicas si antes no logra reunir los apoyos suficientes. "El Gobierno no va a traer un proyecto de ley de esta importancia sin los apoyos necesarios", ha recalcado.

"¿Por qué queremos entonces unos nuevos Presupuestos si tenemos una prórroga positiva?", se ha preguntado el ministro. Y ha enumerado tres motivos: para subir el sueldo a los funcionarios y mejorar sus condiciones laborales; para actualizar la financiación de las Administraciones territoriales (comunidades y ayuntamientos) y para impulsar inversiones que se quedarían paradas si no se llegan a aprobar.

Para tratar de forzar la negociación, Montoro ha fijado un plazo máximo de presentación de las cuentas: "El Consejo de Ministros tiene el límite en final de marzo, si me apuran la primera semana de abril. No tiene ningún sentido que finalmente el Congreso apruebe una ley de Presupuestos de 2018 que se superponga con la tramitación de las cuentas de 2019", ha remarcado el ministro. En ese caso, el Ejecutivo se vería obligado a enfrentarse a un año entero con las cuentas de 2017.

En ese caso, el Gobierno debería analizar cómo aprobará la subida del sueldo de los funcionarios, atender la mejora de la financiación de las comunidades e impulsar la inversión. Rajoy ha dicho este jueves en una entrevista en Onda Cero que no tiene un plan B para ese escenario. Pero parece que Montoro sí.

España cumple el déficit y la recaudación acaricia el récord

Dos de las cifras de las que más ha presumido este miércoles el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante su comparecencia parlamentaria fueron relativas al vigoroso aumento de la recaudación de impuestos y el cumplimiento del objetivo de déficit, acordado con Bruselas.

El ministro ha avanzado que el conjunto de las Administraciones Públicas cerró el año pasado con un déficit del 3,1% del PIB. De confirmarse, España habría cumplido por primera vez con el objetivo de déficit en una década. El ministro ha precisado que habrá que esperar al cierre definitivo, porque si los números rojos bajan del 3% España saldrá de la tutela de Bruselas.

"Nadie daba un céntimo porque fuéramos a conseguirlo, ni que lo hayamos hecho con un incremento de recaudación tributaria muy cercano a los 12.000 millones de euros", ha destacado Montoro. A continuación, ha explicado que los ingresos tributarios crecieron el año pasado un 6,3% en términos homogéneos, según los últimos datos recopilados por la Agencia Tributaria. Ello sitúa la recaudación total en unos 198.000 millones de euros, muy cerca del máximo histórico registrado en 2007, cuando las arcas públicas ingresaron 200.676 millones.

"Se trata de una recuperación de ingresos que será la que nos va a colocar muy cerca de los máximos históricos en términos de recaudación. Algunos decían que eran quiméricos los objetivos de recaudación, de que los objetivos de déficit no se iban a alcanzar", ha sentenciado.

Con todo, los Presupuestos Generales de 2017 preveían un incremento de la recaudación del 7,9% hasta alcanzar los 200.963 millones de euros. De esta forma, la recaudación de impuestos, acaricia el máximo histórico, pero se queda por debajo de lo inicialmente presupuestado.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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