Havana Club apela a sus raíces cubanas en el exilio
La marca de ron subraya su origen y el de las miles de personas que tuvieron que dejar la isla: “Por siempre cubano”
“No me digas que yo no soy cubano”. La popular marca de ron Havana Club inicia 2018 con una particular campaña publicitaria que pretende ser un homenaje a la cubanidad de los centenares de miles de isleños que tuvieron que dejar su país, en su mayoría en dirección a Estados Unidos. En el anuncio, de apenas un minuto y escrito, producido y dirigido íntegramente por cubanos residentes en Florida (sureste de EE UU), el actor Raúl Esparza recita el poema Isla en el cuerpo, del escritor hispano-estadounidense (de origen cubano) Richard Blanco.
“Nos expulsaron, pero la patria vino con nosotros. Donde quiera que el exilio nos lleve permanecemos este cuerpo modelado con la tierra colorada de nuestra isla, nuestras costillas sus montes; nuestro aliento, sus brisas; erguidos con sus palmeras, no nos digas que no somos cubanos. Fieles a nuestra lucha triunfamos. Manos grasientas reparan la belleza destrozada. Llevamos en los bolsillos el vaporoso rocío y el fino polvo de sus amaneceres”, recita Esparza. “A donde sea que el giro del mundo nos lleve, la patria permanece en nosotros y su sol atardece todavía en nuestras miradas. Caminamos llevando la música de nuestra isla y el ron ambarino que de ella nace. No me digas que no soy cubano; ni a él; ni a ella; ni a ellos”. El autor del poema, Richard Blanco, fue invitado por Barack Obama para leer una de sus composiciones en la segunda investidura del demócrata como presidente de EE UU, en enero de 2013.
El vídeo acaba con un lema que habla por sí mismo: “Expulsado de la patria, añejado en el exilio. Por siempre cubano”. El ron Havana Club, uno de los buques insignia de Cuba en el exterior y favorito de los turistas europeos y estadounidenses que visitaban el país en la segunda mitad del siglo XX, ha sido también uno de los iconos en disputa tras la revolución cubana, hace casi seis décadas: entre las propiedades y empresa confiscadas tras la insurrección estuvo la propia Havana Club, fundada en 1935 por la familia Arechabala, de origen español.
Bacardi y Pernod Ricard, dos de las principales firmas de comercialización de espirituosos a escala mundial, libran desde hace más de dos décadas una batalla legal por la comercialización de la célebre marca de ron Havana Club. Como resultado de esta pugna, en la última década se ha producido una situación extraña: Bacardi -la empresa que ha encargado el anuncio que ha visto la luz este Año Nuevo- vende la bebida en tiendas y bares en Estados Unidos, especialmente en Florida, Georgia o Colorado, mientras Pernod Ricard lo hace en el resto de los países gracias a un acuerdo que alcanzó en 1993 con el Gobierno cubano que entonces lideraba Fidel Castro. El mensaje de Havana es claro: pese a que ya no se produce en Cuba, siempre será cubana.
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