Hacienda desmontará la nueva agencia tributaria catalana

El Ministerio de Hacienda desmantelará todas las estructuras tributarias de la Generalitat de Cataluña que no se correspondan con sus funciones propias establecidas en la legislación, según confirman fuentes gubernamentales a El PAÍS.

En cuanto se apruebe la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución, las autoridades examinarán con lupa estos mecanismos. La Generalitat ya había anunciado su intención de tener lista una agencia tributaria “para el minuto uno de la independencia”. Los expertos subrayan las enormes dificultades que implica tratar de crear ex novo un sistema de recaudación.

Que no se pierda ni un solo euro de recaudación. Ese es el objetivo que se ha marcado el Ministerio de Hacienda al intervenir las cuentas de la Generalitat de Cataluña. El equipo que dirige Cristóbal Montoro tendrá el control incluso de los impuestos autonómicos que hasta ahora gestionaba el Departamento de Economía. La entrada en vigor del artículo 155 facultará al Gobierno para desmontar todas las estructuras informáticas que estaba orquestando la Generalitat para hacerse con la recaudación tributaria en el supuesto de la independencia. De darse ese caso, los expertos auguraban un choque de legitimidades entre las dos haciendas. Y la que mostrase una mayor capacidad para embargar e imponer su legislación ganaría esta batalla crucial.

Al contar de su lado con los bancos, el Ministerio de Hacienda lo tenía mucho más fácil que la Generalitat. Con el domicilio social fuera de Cataluña, la colaboración de las entidades allanaría el camino a Montoro. Por no hablar de todos las fuentes de información que ya tiene consolidadas la hacienda pública estatal. Todo ello le permitiría embargar salarios y controlar cualquier movimiento. Una información de la que carecería la Generalitat a la hora de tratar de captar ingresos. Tan solo podría contar con la buena voluntad de los independentistas más contumaces y dispuestos a sufrir a continuación la presión del fisco español.

El secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó, uno de los detenidos el pasado 20 de septiembre por la Guardia Civil en una operación contra el referéndum del 1 de octubre, ya admitió que los bancos no estaban cooperando en la construcción de un sistema tributario propio. Es más, tachó por ese motivo a los directivos del Sabadell de “molt xungos”.

“Con todo el sistema informático estamos intentando hacer una cosa fundamental: poder cobrar impuestos sin la colaboración de los bancos. Es complicado, pero lo estamos haciendo”, aseguró Salvadó el 15 de diciembre de 2016. Y añadió: “Estamos creando las 130 fuentes de información que nos permitirán disponer de aquí a unos meses de unas bases de datos bastante solventes para afrontar el minuto uno de la declaración de independencia”. El fisco catalán disponía de un sistema informático muy rudimentario conocido como Gaudí. Este apenas sirve para procesar los impuestos exclusivamente autonómicos. Así que la Generalitat inició el desarrollo de un nuevo programa bautizado como Espriu.

Los expertos en fiscalidad sostienen que se tarda años en armar una estructura siquiera similar a la que tiene la Agencia Tributaria española. Además, conciben la idea de operar sin bancos como una especie de quimera y una vuelta a la operativa de siglos pasados. Pero cabe la posibilidad de que la hacienda española pierda algunos ingresos si la Generalitat declarara la insumisión fiscal y pidiese que se tributase directamente a la administración catalana. Por esa razón, el Ministerio de Hacienda se mostró muy contundente cuando en septiembre la Generalitat presentó las estructuras de una agencia tributaria catalana: recordó que sancionaría y embargaría a todos los que no pagasen sus impuestos a la española.

Ahora que cuenta con la capacidad de intervenir, el Ministerio de Hacienda tendrá la oportunidad de borrar esos programas y desmantelar esas estructuras. Y así lo confirman fuentes del Gobierno.