México confía en que el nuevo TLC entre en vigor a finales de 2018
El Senado resultante de las elecciones de julio de 2018, y no el actual, será el que dé el visto bueno al nuevo tratado
El Senado mexicano, en su actual composición, no aprobará el nuevo Tratado de Comercio de América del Norte (TLC). Quienes darán o no el visto bueno al nuevo texto serán, según el calendario que maneja el Gobierno del país norteamericano, los senadores que sean elegidos en las elecciones del próximo 1 de julio. “En el mejor de los escenarios, si podemos darnos el apretón de manos en enero próximo, la aprobación e implementación del acuerdo sería a finales de 2018 o a principios de 2019”, ha anunciado jueves el titular de Economía en una entrevista con Radio Fórmula. Las negociaciones entre los representantes de Estados Unidos, México y Canadá echarán a andar el próximo día 16 en Washington. La Ciudad de México acogerá la segunda ronda de las conversaciones, prevista para la segunda semana de septiembre.
Para México y, en menor medida, para EE UU, es vital que las negociaciones sean rápidas. Dado lo apretado del calendario electoral mexicano, con elecciones federales y legislativas a 11 meses vista, el riesgo de que un cambio de Ejecutivo haga descarrilar las negociaciones es elevado. Pero, por mucha prisa que se dé el recién anunciado equipo negociador, será imposible que la actual Cámara sea la que dé luz verde al texto. Washington, por su parte, pretende llegar a los comicios que renovarán la composición del Congreso con un acuerdo pergeñado. A eso se suma la acuciante necesidad de Donald Trump de vender a su electorado una victoria política tras casi siete meses de sinsabores.
El titular de Economía mexicano ha remarcado este jueves la “necesidad” de que los tres países en liza se comprometan en la nueva redacción del pacto comercial con un comercio “inclusivo”. “Tenemos que asegurarnos de que los beneficios sean para todos: no es posible, por ejemplo, que seamos excelentísimos exportadores de productos frescos y que a veces encontremos un deficiente tratamiento de los trabajadores. Si vamos a ganar, tenemos que ganar todos”, ha subrayado Guajardo al tiempo que reiteraba la intención del Gobierno mexicano de incorporar a las pymes —el 99% de las empresas del país— a la nueva redacción del tratado.
El secretario de Economía de México también ha abogado por que el nuevo tratado permita un comercio norteamericano “justo en términos de participación” y por que incluya tres sectores que no tuvieron cabida en el texto actual —en vigor desde 1994—: la energía, las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento.
Fitch mejora la perspectiva de México por la “moderación” de EE UU
La agencia de calificación de riesgos Fitch, una de las tres más importantes del mundo, ha mejorado este jueves la perspectiva de la deuda soberana mexicana ante la “postura moderada” mostrada por la Administración estadounidense a dos semanas de que echen a andar las negociaciones para actualizar el TLC. La mayor mesura de la Casa Blanca respecto a sus mensajes iniciales —que hicieron temer la ruptura del pacto comercial, presionaron a la baja la cotización del peso mexicano y obligaron a los principales analistas del país a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento— ha contribuido a mejorar el clima económico.
Ocho meses después de que se disparasen todas las alarmas, el panorama ha cambiado radicalmente: las actualizaciones en el cuadro macroeconómico son ahora al alza —la CEPAL, el brazo de Naciones Unidas para el Desarrollo económico en América Latina y el Caribe, ha sido la última en retocar al alza so pronóstico para 2017, hasta el 2,2%— y, aunque la inversión sigue sin despegar, el consumo y las exportaciones han dado alas al PIB mexicano.
"Se está reduciendo el riesgo de un escenario perjudicial que pudiera debilitar la competitividad de las exportaciones de México y afectar el crecimiento potencial o poner en peligro los flujos de remesas del exterior", subraya la agencia estadounidense de calificación de deuda en una nota. "La economía [mexicana] ha demostrado resistencia ante los precios más bajos del petróleo y los riesgos derivados de las políticas proteccionistas estadounidenses", cierran los analistas de Fitch.
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