Atrapados por los salarios bajos
El empleo despierta entre los jóvenes , pero están condenados a bajos salarios que siguen descendiendo
El objetivo es ser mileurista. Antes de la crisis, ganar 1.000 euros era considerado un salario bajo, pero ahora se trata de una meta a alcanzar para muchos empleados en España. “Es muy difícil llegar a fin de mes ganando 800 euros”, reconoció el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, hace una semana, en una entrevista a la Cadena SER en la que escuchó el testimonio de un español con ese salario.
La realidad refleja que son muchos los que están en esa situación. Deliane, brasileña de 29 años, es una de ellas: gana unos 700 euros al mes. Lo hace con dos trabajos a tiempo parcial que compagina de lunes a viernes: pasea un perro durante dos horas y cuida de un niño de siete años durante otras tres horas y media. “Comparto piso y controlo mucho mis gastos. Por eso consigo llegar a fin de mes”, comenta resignada Deliane, que estudió Derecho y prefiere no dar su nombre real, para evitar problemas con sus jefes.
Cuatro de cada diez trabajadores en España ganaron menos de 1.297,20 euros al mes en 2015, según la Encuesta de Estructura Salarial publicada por el Instituto Nacional de Estadística. Si se pone el foco solo en los que ganaron hasta 648,60 euros al mes (ese el salario mínimo interprofesional en 2015 para los trabajadores a tiempo completo), resulta que el 12,62% de los trabajadores en España ingresó esa cantidad o menos, en parte porque el trabajo por horas es para muchos la única salida. Silvia Ruiz, de 32 años, es uno de los nombres que encaja en esa estadística: trabaja en una peluquería a media jornada y gana 510 euros al mes. Preferiría tener un empleo a tiempo completo y ser al menos mileurista, pero de momento no lo ha logrado.
“La recuperación económica se basa en la temporalidad y los empleos a tiempo parcial. Esto hace que haya una devaluación salarial cada vez más acentuada”, explica José Ignacio Pérez Infante, de la Asociación de Economistas Frente a la Crisis. La expansión de los contratos por horas y temporales se confirma con la distribución salarial española que refleja el INE. “La distribución entre los salarios de los trabajadores se está polarizando. Cada vez hay menos asalariados medios y más personas con sueldos bajos”, argumenta Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de Fedea.
La estadística sobre distribución salarial del INE se elabora con información de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social. Por tanto, la imagen que se muestra es, en principio, una radiografía fiel de las ganancias declaradas (sin incluir las de la economía sumergida) por los trabajadores residentes en España.
Contratos temporales y parciales
El empleo crece sobre todo a base de contratos temporales y parciales, con peores remuneraciones. En 2015, la retribución media bruta se elevó un 1,1% hasta los 23.106 euros al año, pero fue gracias a los empleados de más de 40 años. Los jóvenes siguen atrapados en salarios a la baja. Entre los menores de 24 años, estos bajaron de media un 5,1% (11.228 euros al año); para los que tenían entre 24 y 29 años cayó el 1,6% (hasta 16.064 euros). Y entre los 30 y los 34 años, se redujo un 3% (hasta 19.597 euros).
Si se repasan los peldaños más bajos de la estadística, el retrato robot de los trabajadores con salarios más bajos en España sería el de personas jóvenes, mujeres, con trabajo a tiempo parcial, con contratos temporales, extranjeras, en el sector de la hostelería y poco cualificados. Deliane, la brasileña que pasea perros y cuida niños, casi hace pleno. En su caso, sí que tiene una formación elevada, aunque de momento no le sirve para escapar de los sueldos bajos en España. Pero no se resigna. Es abogada y compagina sus dos trabajos por horas con los estudios de un máster en Derechos Humanos en la Universidad Complutense de Madrid. “En mi área todo lo que ofrecen son prácticas no remuneradas”, reconoce. Espera, al menos, tener más opciones al término del máster.
La recuperación económica ofrece algunas oportunidades a los trabajadores. Se está creando empleo: el paro registrado bajó en junio en 98.317 personas, el mejor dato de la serie para este mes. Y no porque se registrara menos gente en las oficinas públicas para buscar trabajo: la creación de empleo, medida con los cotizantes nuevos, se elevó ese mes en 87.692, según el Ministerio de Empleo.
La precarización no ha terminado, pero al menos algunos empiezan a notar algo la recuperación. Marina Furlan, brasileña de 25 años, es una de las personas que ha conseguido mejorar su situación en los últimos meses. Trabajaba en una agencia de viajes a razón de 800 euros mensuales. “En Madrid era casi imposible vivir con ese sueldo”, explica ahora desde la tranquilidad de su nuevo puesto de trabajo. “Dejé aquel empleo y desde hace tres meses estoy en una agencia que organiza cursos de idiomas en el extranjero”, comenta. Ahora gana 1.200 euros al mes, más la comisión por ventas.
La crisis tuvo muchos efectos negativos. Entre los que todavía se sienten está la dificultad para la reincorporación al mercado laboral de las personas que perdieron su empleo. Isabel Martínez, de 33 años, es una de las trabajadores que la crisis dejó en la calle. Es técnico de prevención de riesgos laborales en una empresa de construcción desde hace seis meses. En la misma en la que estuvo entre 2005 y 2009. En el periodo intermedio ha pasado una penitencia de ocho años en los que ha ganado poco más del salario mínimo interprofesional. “Con ese sueldo es imposible que viva una persona sola. Por eso tuve que volver a casa de mis padres”, recuerda. “Pensé en irme al extranjero porque tenía trabajos que pagaban mal y con retraso. Al fin la cosa mejoró en la constructora para la que trabajaba y me ofrecieron volver.
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