El FMI teme que se desaten guerras comerciales en la era Trump
El Fondo mejora ligeramente la previsión de crecimiento de España para 2017 y 2018
El espectro de Donald Trump se proyecta sobre el Fondo Monetario Internacional. La institución ubicada en Washington ha mantenido este lunes sus previsiones económicas globales para los próximos dos años, con una leve mejora para España, pero ha encendido las alarmas respecto a lo que puede venir dentro de muy poco: un giro proteccionista por parte de la primera economía del mundo, una ralentización aun mayor de la segunda gran potencia, China, un enfrentamiento entre países. El presidente electo de Estados Unidos, vecino que el Fondo está a punto de tener en la Casa Blanca, a pocas manzanas de su sede, se encuentra detrás de la mayor parte de estos miedos.
El economista jefe de FMI, Maurice Obstfeld, alertó este lunes en su discurso contra los efectos perniciosos de las "medidas proteccionistas" y sus consiguientes "represalias como respuesta". En las preguntas de los periodistas no dejó de aparecer Trump, el republicano que este viernes toma de forma efectiva el mando de la mayor economía del mundo y que ha roto la tradición de su propio partido al defender un claro giro proteccionista y amenazar a varias multinacionales con nuevos impuestos si trasladan producción fuera de Estados Unidos, citando directamente México o China. "Una guerra comercial tendría resultados destructivos", recalcó Obstfeld.
A corto plazo, las expectativas mejoran para la economía estadounidense, gracias al ímpetu de los últimos meses, la alegría en los mercados y los prometidos estímulos fiscales (menos impuestos, más gasto). El PIB aumentará un 2,3% en 2017, lo que supone una mejora de una décima respecto a lo estimado en octubre, y un 2,5% en 2018, lo que supone la mayor revisión al alza de entre las grandes economías, de cuatro décimas. Las previsiones para la zona euro se mantienen prácticamente igual que en la última estimación, con una mejora de una décima para el próximo año, y España sigue a la cabeza en ritmo de crecimiento, con tasas de 2,3 y 2,1%, una y dos décimas más de lo calculado en octubre.
Y, sin embargo, los números se antojan más frágiles que entonces. El cóctel temido, en palabras del Fondo, se resume así: “Un posible vuelco hacia plataformas de políticas aislacionistas y el proteccionismo, un deterioro de las condiciones financieras mundiales más pronunciado de lo esperado, que podría interactuar con las debilidades en partes de la zona del euro y en algunos mercados emergentes, un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas, y una desaceleración más grave en China”.
La política económica de Trump aún no forma parte de las estimaciones. Los cálculos no incluyen tampoco los riesgos asociados a una escalada proteccionista entre las grandes economías del mundo —pese a ser "importante", según el Fondo—, ya que ninguna de las medidas prometidas por el próximo presidente estadounidense se ha cristalizado o concretado todavía, además de que, tal y como el economista jefe explicó ante la prensa el FMI confía en que "al final se den cuenta de que estas medidas serán perjudiciales para sus propias economías".
La última vez que el Fondo le contó al mundo lo que esperaba de la economía en el corto y medio plazo fue a primeros de octubre, faltaba un mes para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y el discurso proteccionista de Trump resultaba un riesgo más difuso. Ahora, las palabras del presidente electo constituyen una declaración política y no solo han mantenido el tono, sino que lo han concretado. La fuga de producción industrial a países de mano de obra barata, junto con los avances tecnológicos, han destruido millones de empleos en Estados Unidos y generado el deterioro de la clase trabajadora que, junto con otros factores, ha alimentado el trumpismo.
Aranceles y proteccionismo
El empresario neoyorquino ha advertido a la industria que incorporará un arancel del 35% a cualquier vehículo, de marca americana o extranjera, que se venda en Estados Unidos pero se produzca en México, que es un país de bajo coste pero que con el Nafta (el tratado de comercio entre EEUU, México y Canadá) no pagan arancel. La medida afecta a General Motors, Ford o la alemana BMW.
Ha empezado a haber respuestas de otros países, como Alemaniao China. El ministro de Economía y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, advirtió este lunes de que los frenos de Trump a la deslocalización solo lograrían que el sector automovilístico americano fuera "peor, más débil y más cara". En el caso del gigante asiático, las relaciones también se pueden envenenar por motivos políticos si Estados Unidos confirma su acercamiento a Taiwán o cumple su amenaza de bloquear el acceso de China a las islas artificiales que este país construye en aguas que están en disputa.
Según el FMI, la economía china crecerá tanto este año como el siguiente por debajo del 7%, que es la tasa que hasta ahora se consideraba saludable para el país emergente. La previsión de 2017 se sitúa en el 6,5%, dos décimas menos de lo que avanzó en 2016, aunque tres por endima de lo que se calculaba en octubre. Para 2018, el pronóstico queda fijado en el 6%.
El miedo a una ola de populismo, que el Fondo ya expresó en octubre, ha llevado a la institución a pensar más en la distribución de la riqueza, en la desigualdad como problema, después de décadas en las que el foco se ponía básicamente en el impulso al crecimiento. Las elecciones que se celebrarán este año en Alemania y Francia, por ejemplo, serán un buen termómetro de la situación, pero las presidenciales estadounidenses y el Brexit ya han despertado suficientes temores. Este lunes, el Fondo reclamó de nuevo una expansión más "inclusiva".
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