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¿Cómo evita Donald Trump pagar impuestos en Estados Unidos?

El candidato republicano recurre a tácticas contables legales muy utilizadas por grandes corporaciones para minimizar la carga fiscal

El magnate neoyorquino Donald Trump
El magnate neoyorquino Donald TrumpChris Pizzello (AP)

El sistema tributario en Estados Unidos es un coladero y Donald Trump presume de explotarlo como nadie, hasta el punto de que durante el primer debate presidencial alardeó de ser un genio por el hecho de no pagar impuestos. Eso, asegura, le convierte en el mejor capacitado para reformar el sistema fiscal. La estrategia del candidato republicano, de hecho, es seguida por multitud de corporaciones que tratan de minimizar al máximo lo que pagan al Tío Sam.

Hay cientos de deducciones, créditos y exenciones fiscales recogidas en el complejo código fiscal estadounidense, difíciles de comprender para el ciudadano corriente. Eso permite, por ejemplo, que una de cada cinco grandes corporaciones que reportan beneficios no pagaran un solo dólar en impuestos, de acuerdo con un análisis de la Government Accountability Office realizado a petición del senador Bernie Sanders.

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El informe evita citar cuáles son estas corporaciones. Los datos de S&P Global Market Intelligence sí identifican a 27 grupos que cotizan en Wall Street que el pasado ejercicio declararon no haber pagado impuestos sobre los beneficios. Entre las que se escaparon se encuentran el fabricante de coches General Motors, la aerolínea United Continental, la de telecomunicaciones Level 3 o la tecnológica Xerox.

¿Cómo evitan pagar impuestos siendo rentables? La vía principal son las deducciones por pérdidas que sufrieron en pasados ejercicios, los conocidos como créditos fiscales. Las multinacionales, además, solo declaran el beneficio cuando repatrian el dinero cosechado en el exterior —Apple, por ejemplo, prefiere pedir créditos en EE UU que repatriar la ingente cantidad de beneficios que obtiene fuera por motivos fiscales— y pueden acceder a una serie de apoyos fiscales por sus operaciones internacionales. También recurren a fórmulas que les permiten transferir la carga fiscal en los accionistas.

El New York Times revelaba este fin de semana que Donald Trump habría evitado el pago de impuestos durante dos décadas, por deducirse unas pérdidas valoradas en 960 millones dólares que declaró en 1995. El código fiscal incluye entre sus provisiones un mecanismo para ayudar a las empresas a capear los ciclos negativos, deduciendo las pérdidas durante un periodo máximo de 20 años.

Depreciación de activos

Los promotores inmobiliarios como Trump, además, suelen recurrir a varias técnicas para minimizar los impuestos, como las deducciones por la depreciación de activos, por los intereses derivados de los préstamos que utiliza para financiar los proyectos. También lo consiguen aplazando el pago de plusvalías cuando transfieren las propiedades. Todas estás técnicas tributarias son legales.

Donald Trump es el primer candidato presidencial en las últimas cuatro décadas que se niega a publicar su declaración de impuestos, bajo el argumento de que sus cuentas desde 2008 en adelante están siendo auditadas. Y como su compañía no cotiza, la información fiscal es la única ventana para saber cómo rinde su negocio, las donaciones que realizó y los retornos que obtuvo gracias a la agresividad de su estrategia.

EE UU tiene el impuesto de sociedades más alto entre las economías desarrolladas, fijado en el 35% a escala federal. A esto se le suma lo que recaudan los Estados, lo que lo eleva el combinado al 40%. La fiscalidad efectiva es, sin embargo, del 14%, mucho más baja que la media de la OCDE. El impuesto de sociedades generó 321.000 millones de dólares en ingresos el ejercicio 2014, equivalente al 1,9% del PIB.

Ese año, una quincena de compañías del Fortune 500 lograron una imposición neutra o negativa, según Citizens for Tax Justice. La lista incluye al conglomerados General Electric, los grupos de medios CBS y Time Warner, la tecnológica Qualcomm o la juguetera Mattel. El grupo editor del Times tampoco es ajeno a estas tácticas para reducir las tasas de impuestos, como muestran sus resultados de ese mismo ejercicio.

Nuevas estructuras

Las empresas generan solo el 10,6% de los ingresos fiscales en EE UU, de acuerdo con el Congressional Research Service. Esto supone cuatro puntos menos que antes de la crisis y un tercio que en 1952, cuando alcanzó su máximo. El motivo principal de este descenso es que las corporaciones pagan cada vez menos por lo que ganan. Además, recurren a estructuras que le permiten reducir más la carga.

Trump, por ejemplo, opera una sociedad de responsabilidad limitada. Eso, como explica el Tax Policy Center, le permite aplicar las pérdidas de cualquier unidad que gestiona directamente para reducir los beneficios que obtiene en las más rentables. Como señalan los expertos en contabilidad, “mayor es la pérdida, menos se paga al final”. La clave está en entender qué negocio generó las pérdidas y cuándo.

Los expertos, en cualquier caso, evitan llegar conclusiones sobre las artimañas fiscales de Donald Trump. Con las tres páginas publicadas por el Times, admiten, es imposible. Para entender su estrategia habría que tener acceso a la declaración completa. E incluso en ese caso, sería difícil desentrañarla por la complejidad de la contabilidad corporativa y un código fiscal suele ser calificado de bizantino.

“El problema es que estos elaborados mecanismos utilizados son perfectamente legales”, admiten desde Citizens for Tax Justice, por eso aconsejan que la reforma fiscal parta de un análisis del coste que cada exención fiscal, para a partir de ahí dar los pasos que garanticen que las compañías que son rentables paguen lo que le corresponde en impuestos y destinar ese dinero a inversiones públicas.

Tapar el coladero

La mayoría de los legisladores en Washington, demócratas y republicanos, coincide que el problema es que el régimen fiscal no se adoptó durante las últimas tres décadas al ritmo con el que se transformaron los negocios. El problema es que no terminan de decidir cómo tapar el coladero y el uso que se dará al dinero que se recaude.

El empresario ya dejó claro que tiene la responsabilidad fiduciaria hacia sus negocios de “no pagar más impuestos de los requeridos legalmente”. Trump no está solo en esta reflexión. El Tax Policy Center calcula que el 44% de los estadounidenses logra evitar pagar impuestos sobre la renta este ejercicio fiscal gracias a las deducciones y los créditos fiscales. Durante la Gran Recesión se llegó al 50%.

Lo que diferencia al magnate del resto de los contribuyentes es que la mayor parte son de renta media o baja. El Tax Policy Center calcula que las grandes fortunas se beneficiaron de una de cada tres dólares que se movieron a través de las distintas exenciones fiscales. Estas deducciones fiscales previstas para los individuos redujeron los ingresos a las arcas públicas en 1,16 billones en 2015.

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