Bruselas presentará cargos contra Google por su sistema Android
Competencia prevé aprobar este miércoles la segunda ofensiva al gigante tecnológico
Bruselas carga por segunda vez contra Google. Un año después de lanzar la primera ofensiva por supuesta vulneración de la competencia en su buscador de compras, la Comisión Europea prevé aprobar mañana un pliego de cargos por Android, el sistema operativo para móviles del gigante estadounidense. Competencia acusa a la firma de obligar a los fabricantes que optan por Android a incorporar en sus teléfonos algunas de las aplicaciones de Google, sin que el consumidor las haya elegido. La decisión se comunicará mañana al colegio de comisarios, según ha adelantado el diario Financial Times y han confirmado a EL PAÍS fuentes comunitarias y del sector tecnológico.
El pliego de cargos representa la primera fase en el proceso de infracción que se abre a una compañía por presuntas prácticas anticompetitivas. A partir de ese momento, la entidad puede realizar alegaciones y, si en última instancia no convence a la Comisión Europea de la legalidad de su comportamiento, se arriesga a multas de hasta el 10% de su facturación. En el caso de Google, esa cantidad rondaría los 6.500 millones, aunque Bruselas nunca ha impuesto una sanción de esa magnitud.
Los servicios europeos de Competencia llevan un año recabando información para determinar si los protocolos de Android transgreden el libre mercado. “Nuestra preocupación es que, al exigir a los fabricantes de los teléfonos y a los operadores que incorporen una serie de aplicaciones de Google, en lugar de dejarles decidir por sí mismos, Google puede haber interrumpido una de las mayores vías por las que los consumidores pueden acceder a nuevas aplicaciones”, desgranó la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, en un discurso pronunciado el lunes en Ámsterdam.
El sistema Android, con sus correspondientes aplicaciones, está instalado en el 83% de los móviles, según datos de la consultora de telecomunicaciones IDC relativos a 2015. Tres años antes, la cuota de mercado rozaba el 70%. Bruselas trata de indagar si, valiéndose de esa posición privilegiada, Google favorece sus propias aplicaciones (mapas, correo electrónico…) y, por tanto, desplaza a otros competidores. Más allá de la dimensión técnica, el caso encierra fuertes connotaciones políticas. La ofensiva de la Comisión ha creado malestar en Estados Unidos, que considera que la UE está castigando la innovación norteamericana.
Similar a Microsoft
El Ejecutivo comunitario detecta en el gigante de California un comportamiento muy similar al que en su día sancionó en Microsoft, que recibió casi 1.700 millones de multa por incorporar en su oferta para PC el navegador de la compañía, Internet Explorer. El comportamiento de Android ha merecido la denuncia formal de cuatro asociaciones (la primera, Fair Search) que se ven perjudicadas por estas prácticas. El 50% de todas las búsquedas en Internet se hacen ya desde un dispositivo móvil, según datos de esta organización, que engloba a empresas como Nokia o Tripadvisor. Google obtiene enormes beneficios de vincular en un mismo aparato distintas –y valiosas- fuentes de datos del usuario.
Algunos expertos consideran que este segundo pliego de cargos puede suponer mayor amenaza que el primero para el todopoderoso Google. Primero, por incidir en los móviles, que canalizan cada vez más el negocio de Internet. Segundo, porque puede ser más fácil demostrar la violación de la competencia en este terreno, al consistir simplemente en instar a los fabricantes a incluir este paquete de aplicaciones si quieren acceder, por ejemplo, a las actualizaciones por parte de Google.
Un amplio paquete de investigaciones
La de Android no es la primera ni la única investigación abierta por la Comisión Europea contra Google. Estos son otros casos:
Buscadores. En 2010, el entonces comisario Joaquín Almunia lanzó la primera investigación que incluía casi todos los elementos ahora sobre la mesa. La principal acusación aludía al trato de favor que Google otorga a sus propios productos en una serie de búsquedas (mapas, viajes, compras...) sin informar al usuario de que pertenecen a la misma empresa y en detrimento de los competidores. Los primeros cargos formales se confirmaron en abril de 2015, relativos al servicio comparativo de precios de Google.
Publicidad. En el paquete inicial de 2010 había dos objeciones sobre publicidad que siguen vivas, aunque retrasadas respecto al resto. Bruselas reprocha la exclusividad que exige el buscador a ciertos anunciantes y la prohibición de llevarse sus campañas a otras plataformas.
Youtube. El Ejecutivo comunitario investiga si el gigante estadounidense privilegia el material de Youtube en las búsquedas de vídeo, como alegan algunos denunciantes.
Impuestos. Aunque la Comisión no le ha abierto ningún caso directo, sí persigue prácticas de ingeniería fiscal que reducen el pago de impuestos por beneficios a las multinacionales en general. Google pactó recientemente con Reino Unido el pago de 172 millones por tributos no abonados.
La compañía niega tajantemente las acusaciones. “Cualquiera puede usar Android, con o sin las aplicaciones de Google. Los fabricantes y los operadores pueden decidir cómo hacerlo y los consumidores tienen la última palabra sobre qué aplicaciones quieren utilizar en sus dispositivos”, asegura un portavoz en respuesta a la argumentación de este caso, avanzada por Vestager en Ámsterdam. La firma ofrece a los fabricantes de teléfonos una opción, denominada Proyecto de Fuente Abierta de Android, sin requerimientos de aplicaciones predeterminadas, pero es muy minoritaria y no garantiza las actualizaciones, alegan fuentes de los demandantes de Google.
Con Android, la Comisión Europea abre una nueva vía dentro de un dossier, el de Google, que amenaza con prolongarse. Tras cinco años de investigaciones e intentos de acuerdos, Competencia lanzó hace un año los cargos relativos al buscador de compras, que presuntamente favorece los servicios de la compañía en detrimento de sus rivales cuando el usuario trata de comparar precios. Pero la firma tecnológica recurrió, pidió aplazamientos y el caso está lejos de ser resuelto. Además, la comisaria mantiene vivas investigaciones similares sobre diferentes servicios especializados de Google (mapas, viajes…), así como otras relativas a sus prácticas publicitarias y al trato de favor otorgado a Youtube.
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