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La ‘lista Falciani’ incluye a unos 4.000 clientes de Estados Unidos

El Departamento de Justicia investiga al HSBC por colaborar en la ocultación al fisco de unos 13.000 millones de dólares

Hervé Falciani, en una foto de archivo de 2013.
Hervé Falciani, en una foto de archivo de 2013. KENZO TRIBOUILLARD (AFP)

Unos 4.000 estadounidenses o individuos relacionados con Estados Unidos, poseedores de unos 13.000 millones de dólares, figuran entre las más de 100.000 personas físicas o jurídicas con cuentas opacas en la filial suiza del banco británico HSBC. La información, referida a un monto total de unos 180.000 millones de dólares fuera del control de las Haciendas nacionales, procede de los datos del periodo 2005-2007 entregados por el técnico informático Hervé Falciani al Gobierno francés, a los que han tenido acceso un grupo de medios internacionales, entre ellos Le Monde, The Guardian, el programa 60 minutes de la cadena CBS y el grupo de periodistas de Washington International Consortium of Investigative Journalists.

Entre la lista de clientes relacionados con EE UU del HSBC figuran directores de cine, estrellas del deporte, gestores de Wall Street, empresarios millonarios y algunos de los principales donantes de partidos políticos. En sus primeras informaciones, ni The Guardian ni el programa 60 minutes, único medio estadounidense como tal con acceso a los documentos, desvelaron sus nombres. No se descarta que la identidad de esas personas se dé a conocer en próximas entregas.

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El Gobierno de Estados Unidos, como muchos otros, recibió en 2010 de las autoridades francesas la información suministrada por Falciani. La filtración este domingo de los documentos ha reabierto el debate sobre qué medidas ha adoptado desde entonces el Departamento de Justicia, un aspecto sobre el que las autoridades no han ofrecido información basándose en la privacidad de los afectados y en virtud de un acuerdo que establece como secreta la información fiscal compartida por Washington y París.

Los ficheros, sin embargo, acreditan que el banco ayudó a clientes ricos a ocultar miles de millones al fisco, lo que en Estados Unidos es un delito, sea cual sea la nacionalidad de la entidad. Las voces que en los últimos años reclamaban acciones penales contra los responsables del banco y la retirada de la licencia a la entidad para operar en Estados Unidos por su connivencia con el lavado de dinero de los narcos mexicanos volverán a oírse por el Departamento de Justicia, la Reserva Federal y Wall Street.

“Será muy interesante escuchar del Gobierno una explicación sobre este asunto. Si los cargos son ciertos, la misma institución que violó sanciones de EE UU contra otros países y lavó dinero de los carteles mexicanos podría haber evitado rendir cuentas por promover la evasión fiscal”, afirmó el senador demócrata Sherrod Brown, miembro del comité bancario de la cámara alta, en declaraciones recogidas por The Guardian.

En su nota de respuesta a los medios que han publicado los documentos, el HSBC reconoce la falta de control sobre la gestión de la filial suiza y hace referencia explícita a Estados Unidos: “A partir de 2008, HSBC estableció un control más riguroso con una nueva política para clientes de Estados Unidos y la reducción de cuentas de ese país. En 2010, el banco dejó de trabajar con clientes residentes en Estados Unidos”.

El Departamento de Justicia y el Servicio de Impuestos Internos de EE UU (IRS, por sus siglas en inglés) han investigado estos cinco años las operaciones suizas del HSBC, pero al alcance y la magnitud de las pesquisas se desconoce. En particular, si sus directivos serán procesados, cuánto dinero opaco de esas cuentas se ha recuperado en concepto de impuestos atrasados, cuántas personas han sido investigadas y si estas han recibido o recibirán algún tipo de sanción. De momento, el IRS sólo ha cifrado en 7.000 millones de dolares lo recaudado con un programa en marcha desde 2009 que permite a contribuyentes de EE UU regularizar voluntariamente su dinero en el extranjero no declarado.

La situación del banco en Estados Unidos es complicada desde hace años. En 2012, tuvo que pagar 1.900 millones de dólares de sanción al Departamento de Justicia tras conocerse que sus filiales habían colaborado en el lavado de miles de millones de dinero de los carteles de la droga de México y que habían colaborado con algunos clientes para saltarse el embargo impuesto por Estados Unidos contra Cuba, Sudán e Irán. Ese acuerdo, anunciado en diciembre de 2012 después de una investigación del Senado y revisado por la candidata de Obama al puesto de Fiscal General, la fiscal de Nueva York Loretta Lynch, no hacía mención de ningún fraude fiscal vinculado a la filial suiza de la entidad.

En su momento, el acuerdo con el HSBC fue muy criticado por republicanos y demócratas. La senadora demócrata por Massachusetts Elizabeth Warren, azote de los bancos en EE UU, fue durísima en una comparecencia en 2013: “HSBC ha pagado una multa, pero nadie fue a juicio. ¿Cuántos miles de millones de dólares hay que lavar de los señores de la droga y cuántas sanciones a otros países hay que violar para que alguien considere el cierre en este país de una institución financiera como esta?”.

El Departamento de Justicia defendió la multa, con el argumento de que, además de los 1.900 millones, exigía al banco un plan de cinco años para acabar con sus malas prácticas, para lo que se designó un supervisor independiente, Michael Cherkasky. Según publicó recientemente The Wall Street Journal, Cherkasky no está muy satisfecho con el ritmo de las reformas introducidas por el banco.

Un par de comparecencias previstas para esta semana en el Congreso de Washington adquieren ahora una importancia mayor. El martes, Maryann Hunter, de la junta de gobernadores de la Reserva Federal, responderá ante el Comité Bancario del Senado. El jueves, Geoffrey Graber, abogado general del Departamento de Justicia encargado de llegar a acuerdos de sanción con los bancos de Wall Street que incurrieron en abusos durante la crisis financiera, comparece ante un subcomité de la Cámara de Representantes.

Las actuaciones conocidas contra algunos clientes estadounidenses de la filial suiza del HSBC son escasas. Una de ellas es el caso de médico Andrew Silva, que ocultó en Suiza 250.000 dólares. En 2010 se declaró culpable de evasión fiscal. Otro, el empresario Sanjay Sethi, admitió su culpabilidad en 2013 por engañar al fisco estadounidense y mantener 4,7 millones de dólares opacos en Suiza e India.

En su informe anual, según recuerda The Guardian, HSBC reconoce que está siendo investigado por el Departamento de Justicia por evasión de impuestos de ciudadanos estadounidenses y que su filial suiza está colaborando en las pesquisas. El informe advierte a los accionistas de que, como consecuencia de esas investigaciones, el banco podría verse obligado a afrontar sanciones y multas elevadas.

Los problemas del segundo banco del mundo no terminan con el Departamento de Justicia. El pasado mes de noviembre aceptó pagar 12,5 millones a la Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador de los mercados, por haber proporcionado ilegalmente servicios de inversión a clientes de EE UU a través de su filial suiza. En diciembre, el IRS reclamó información al banco sobre servicios para evadir impuestos a través de la empresa Sovereign Management & Legal Ltd.

El HSBC no es la única entidad en el punto de mira del Departamento de Justicia por prácticas de evasión de impuestos. En noviembre pasado, Credit Suisse se declaró culpable de tales prácticas y pagó 2.600 millones de dólares. El 4 de febrero se conoció que fiscales federales estaban investigando al banco suizo UBS AG por el mismo motivo. En 2009, UBS pagó una multa de 780 millones de dólares por ayudar a evadir impuestos a personas pudientes de Estados Unidos.

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