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El ‘plan Draghi’ incluye la compra del 10% de toda la deuda pública española

El Banco de España ejecutará la adquisición de 100.000 millones en bonos del Tesoro

Alejandro Bolaños
Vista de un escaparate de una inmobiliaria en Madrid
Vista de un escaparate de una inmobiliaria en MadridEFE

Hasta los gobernadores de bancos centrales, que prefieren que no se les entienda del todo, consideran “poco convencionales” medidas como las adoptadas este jueves por el Banco Central Europeo. Desde la expansión cuantitativa (el conocido como quantitative easing en inglés) hasta su posible impacto en precios, empleo o crédito —el abecé de las cuentas familiares— hay un largo trecho. El punto de partida es que bancos e inversores tengan más dinero en el bolsillo, aunque sea de forma electrónica y creado de la nada. La meta es que ese dinero abandone los circuitos financieros, anegados de liquidez, para buscar apuestas más rentables en la actividad real. Varios de los caminos abiertos repercuten ya en la economía española.

CUENTAS PÚBLICAS

Menos carga de intereses

La frontera que ha traspasado el BCE es la adquisición en el mercado secundario de bonos emitidos por los 19 Gobiernos de la zona euro. Según las cuentas expuestas este jueves por Mario Draghi, el nuevo plan supondrá la adquisición de unos 100.000 millones en bonos españoles hasta septiembre de 2016: el 10% de la deuda pública de España, que supera ya el billón. Como en intervenciones anteriores, las compras serán ejecutadas por el Banco de España. Pero, por primera vez, la mayor parte de las hipotéticas pérdidas o ganancias que puedan producirse se apuntarán directamente el el balance de cada uno de los bancos centrales nacionales, en este caso la institución que dirige Luis Linde.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo
Mario Draghi, presidente del Banco Central EuropeoMartin Leissl (Bloomberg)

La irrupción de un comprador tan formidable en el mercado encarece los bonos, lo que se refleja en una caída de sus tipos de interés. Desde otoño pasado, cuando las compras del BCE se consideraban ya muy probables, el interés del bono español a 10 años había caído del 2% al 1,5%. Este jueves bajó del 1,4%. Si la vista se amplía a cuando Draghi apuntó, en verano de 2012, que haría “todo lo necesario” por preservar el euro, el recorte (el interés rondaba entonces el 7,5%) es de impresión.

El recorte de tipos en el mercado secundario se traslada a las nuevas emisiones de títulos, de modo que el coste medio de la deuda (la emitida por el Tesoro está en el 3,4%, mínimo en 150 años) también baja y hace más llevadero el pago de intereses a las arcas públicas. La partida no deja de crecer, porque también lo hace la deuda —ronda el 100% del PIB—, que financia déficits públicos y medidas de apoyo a bancos, comunidades y ayuntamientos, pero a menor ritmo de lo presupuestado.

DEUDA FAMILIAR

Ahorro en la hipoteca

El mercado inmobiliario tuvo mucho que ver en que la crisis haya sido más intensa en España. Pero ahora sus peculiaridades facilitan una transmisión directa de los estímulos monetarios del BCE en la economía familiar. Casi el 80% de los hogares españoles se forma en vivienda en propiedad, un tercio de ellos tiene deuda hipotecaria pendiente —hasta el 65% entre los hogares de referencia, que el BCE define como parejas con trabajo y entre los 35 y 44 años —, y cerca del 90% de las hipotecas lo son a tipo variable y referenciadas al euríbor. Ningún país tiene una estructura así en la zona euro, ninguno se beneficia más de la rebaja del tipo hipotecario.

El programa de compra de bonos inyectará más liquidez en los bancos y eso volverá a hacer caer el euríbor

La rebaja del euríbor, el interés al que se prestan entre sí dinero los bancos de la zona euro, ha corrido en paralelo a la rebaja del interés de referencia del BCE. El supervisor del euro lo dejó en el 0,05% en 2014 y el euríbor a un año se achicó del 0,6% al 0,32%, lo que se tradujo en un ahorro de 180 euros en la cuota anual de una hipoteca media. El programa de compra de bonos inyectará más liquidez en los bancos —que poseen una amplia cartera de títulos públicos— y eso volverá a hacer caer el euríbor, que ya se situó esta semana en el 0,28%.

DEPRECIACIÓN DEL EURO

Sector exterior al alza

“Mi sueño es la paridad”. La frase es del primer ministro italiano, Matteo Renzi, en declaraciones al Wall Street Journal este miércoles. Pero por extraña que parezca, la podría acuñar el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, incluso con más razón. La paridad hace referencia a un tipo de cambio en el que un euro equivalga a un dólar. Y el efecto más evidente del programa de compra de bonos, incluso cuando solo era una posibilidad, es la depreciación de la divisa europea: en verano, compraba 1,4 dólares, la cotización bajo hasta 1,2 en el arranque del año. Y este jueves se cambiaba ya por 1,14 dólares.

La depreciación del euro, que refleja la divergencia en la política monetaria con la Reserva Federal —el banco central estadounidense ha retirado los estímulos que el BCE ensaya ahora y apunta una subida de intereses por la pujanza de la recuperación en EE UU—, tiene consecuencias favorables en el turismo, soporte tradicional de la economía española, y en las exportaciones de mercancías, motor del crecimiento en lo peor de la crisis.

La depreciación del euro es  claro incentivo económico para los turistas que manejan dólares o libras

La actividad turística genera un 12% del empleo español, y tiene en el Reino Unido su principal mercado (un 23% de los 65 millones de visitantes extranjeros registrados en 2014). El euro también se ha depreciado ya de forma significativa frente a la libra, lo que supone un claro incentivo económico para los turistas británicos, una circunstancia aplicable también a los visitantes nórdicos (un 8%) o estadounidenses (3%).

Las ventas de mercancías y servicios al exterior también se verán beneficiadas por la depreciación del euro, como refleja ya el crecimiento de las exportaciones españolas fuera de la zona euro que se ha registrado en los últimos meses de 2014. Por el contrario, las importaciones se encarecen, pero con el petróleo a la baja y la variación de precios en negativo, su incidencia será menor.

MÁS CRÉDITO

La medida del éxito

El objetivo final de la intervención del BCE es forzar que los bancos, que canalizan la inmensa mayoría del ahorro en la zona euro —a diferencia de EE UU o Reino Unido, donde prevalecen los mercados de capitales—, acaben transmitiendo las enormes inyecciones de liquidez acumuladas a la economía real, en forma de créditos a empresas y familias. Y que eso lleve a más actividad económica, más empleo y, en última instancia, a reflotar la inflación.

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Con la compra masiva de bonos, el BCE baja la rentabilidad de los títulos de deuda más seguros y al mismo tiempo aumenta la liquidez de los bancos. Además, las entidades financieras logran beneficios en la operación, ya que compraron esos bonos —en muchos casos, con dinero prestado por el propio banco central— más baratos. El resultado es que los bancos tienen más dinero disponible, más estímulos a apostar por activos con más riesgo, con mayor rentabilidad, ya sean títulos de deuda emitidos por empresas, o una mayor concesión de préstamos a empresas y familias.

El coste de los préstamos a pymes y familias, el volumen de las nuevas operaciones de crédito y las emisiones de deuda empresarial darán la medida del éxito real del nuevo plan Draghi.

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