Guindos pronostica que se crearán 348.200 empleos en 2015
En el conjunto de legislatura se perderán casi 400.000 puestos de trabajo El Ejecutivo revisa al alza el crecimiento del PIB al 2% en 2015 La tasa de paro, ahora en el 24,5%, bajará del 23% el próximo ejercicio, según la estimación oficial
El frenazo de la zona euro, cuyo crecimiento se volvió a parar este verano, se dejará notar en la economía española. Pero de forma limitada, y sobre todo, efímera, para abrir paso en 2015, el último año de la legislatura, a un repunte del PIB y el empleo. Ese es el nuevo pronóstico del Gobierno, plasmado en su proyecto de Presupuestos para el próximo ejercicio, que presentó ayer en La Moncloa tras el Consejo de Ministros.
El Ministerio de Economía cree ahora que la recuperación, ascendente hasta junio, perderá algo de fuelle en lo que queda de año. Así, el 80% de los 274.200 nuevos empleos previstos para el cierre de 2014 se habría creado ya en los seis primeros meses. Y el crecimiento del PIB para el conjunto del año (1,3%) sería muy similar al avance anual ya alcanzado en el segundo trimestre (1,2%). Pero el pronóstico para 2015 evidencia que el departamento de Luis de Guindos apuesta porque esta ralentización será transitoria: para el próximo ejercicio anticipa 348.200 puestos de trabajo más y que el PIB avance un 2%.
En la conferencia de prensa, Guindos trató de cuadrar el círculo de sus previsiones. “Nuestros datos muestran una recuperación acelerada, en la que ya se incluye el empeoramiento del contexto internacional”, señaló. El empeoramiento de las perspectivas europeas había sido subrayado por el propio ministro este domingo como la principal amenaza —“El mantenimiento de la recuperación en España se juega en Europa”, dijo—. El lunes, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, advertía que la zona euro seguía “en punto muerto”. Y el miércoles, el Banco de España destacaba el riesgo de desaceleración de la economía española, con el consumo y la inversión creciendo ya a menor ritmo que en el segundo trimestre.
En el pronóstico del Gobierno, el frenazo europeo sí se aprecia en la aportación del sector exterior (la zona euro es el destino de la mitad de las exportaciones españolas) al crecimiento: ahora predice que restará 0,1 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de 2014, cuando en abril pasado pensaba que sumaría 0,6 puntos. Pero ese deterioro, para Economía, se compensa con una aceleración del crecimiento de la demanda interna, que duplica lo previsto hace cinco meses (1,4 frente a 0,7 puntos porcentuales). Y se limita a 2014: el próximo año, el sector exterior volvería a aportar (0,2 puntos) al crecimiento y el avance de la demanda interna se consolidaría (1,8 puntos).
El ministro de Economía achacó el crecimiento del consumo de las familias y la inversión —el Gobierno cree que la construcción empezará al fin a recuperarse en 2015— a la “corrección de los desequilibrios”. Y sostuvo que la desaceleración en lo que queda de 2014 será leve. “Los datos que manejamos nos dicen que el avance del PIB en el tercer trimestre será muy similar al del segundo”, cuando la tasa trimestral reflejó un crecimiento del 0,6%.
“España va a mantener un crecimiento diferencial si se compara con la zona euro”, añadió. Guindos se esforzó por destacar datos que adelantarían un balance de legislatura ligeramente mejor que el legado por el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Así, enfatizó que la tasa de paro anticipada para el cuarto trimestre de 2015 será del 22,1%, por debajo del 22,6% al cierre de 2011. Pero lo que no señaló es que ese descenso se debe en gran medida a una caída sin precedentes en la población activa, y no a la creación de empleo.
Porque el repunte en la ocupación que el Ejecutivo de Rajoy pronostica para la segunda mitad de la legislatura (622.400 puestos de trabajo más), apoyado en creación de empleo temporal y a tiempo parcial, no es suficiente para compensar lo perdido en los dos primeros años de su mandato (más de un millón de empleos), marcados por el ajuste presupuestario y la reforma laboral.
Respecto al cierre de 2011, y con las previsiones del Gobierno en la mano, en la legislatura de Rajoy se destruirían 395.400 empleos, mientras que el número de parados bajaría en 211.500, para acabar todavía por encima de los cinco millones de desempleados. Unas cifras que solo encajan si se tiene en cuenta que la población activa descendería en más de 600.000 personas en esos cuatro años, como consecuencia de la salida del país de emigrantes y españoles. También, del efecto desánimo tras siete años de crisis, que lleva a dejar la búsqueda activa de trabajo.
Guindos mantuvo que sus estimaciones eran “bastante conservadoras” para dar “mucha credibilidad a las cuentas públicas”. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, en su análisis sobre las previsiones del Gobierno, consideró que el pronóstico “es verosímil”, aunque matizó que “la economía europea podría evolucionar peor de lo esperado, lo que tendría un impacto significativo en la española”. La Autoridad Fiscal cree que el consumo público aumentará más de lo previsto por el Gobierno, lo que compensaría la posibilidad de que el crecimiento del consumo privado y la inversión se quede corto.
Pese a todo, el cumplimiento de las previsiones de déficit y deuda pública para este año no parece correr riesgos. Los cambios estadísticos fijados por la Comisión Europea juegan a favor: el déficit de todas las Administraciones en 2013 pasa del 6,6% al 6,3% del PIB, lo que facilita el ajuste hasta el 5,5% en 2014. Y la deuda pública habría comenzado el año en el 92% (y no en el 94,4%), con lo que acabar en el 99,5% previsto se antoja más probable.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.