El paro baja en 72.800 personas por el empleo temporal del verano
La tasa de desempleo baja ligeramente en el tercer trimestre hasta el 25,98% El empleo avanza en 39.500 personas, aunque se desploman los indefinidos Solo se crean puestos de trabajo en el sector servicios
El mercado laboral español encadena dos trimestres de creación de empleo y paro a la baja. A priori dos buenos datos. Después de seis años de deterioro del mercado de trabajo, que se crearan 39.500 empleos entre julio y septiembre, que el desempleo baje en 72.800 personas y que la tasa de paro pierda tres décimas es un ligero respiro. Pero hay dos problemas en ese enunciado: el alivio es escaso para un mercado laboral con 5,9 millones de parados y una tasa de desempleo del 25,98% y corto, acabado el verano, la exigua recuperación económica no impedirá que se vuelva a destruir empleo en otoño y en invierno.
La anémica mejora todavía lo es más al bajar al detalle de los datos de la encuesta de población activa difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística. Casi se puede decir, con estas cifras en la mano, que el mercado laboral español aún sigue en recesión. Al limpiar lo sucedido entre julio y septiembre de los efectos de las contrataciones veraniegas y de temporada se obtiene una caída del empleo del 0,42% y una subida del paro del 0,21%.
Hay más evidencias que apuntalan esta tesis, como la caída de horas conjuntas trabajadas por toda la fuerza laboral en un 3,2% en un año. También que todo el empleo asalariado creado en el último trimestre fue temporal: 169.500 puestos de trabajo con fecha de caducidad por 146.500 fijos destruidos. Estos datos señalan una senda ya conocida en el España, cuando los empresarios se animan a contratar, comienzan a hacerlo provisionalmente. Todas las reformas laborales han tratado de cambiar ese patrón, al menos, lo decían. Pero ninguna ha logrado hasta ahora controlar este tipo de contratos. Tampoco es un buen síntoma la evolución del empleo por sectores —solo se crearon puestos de trabajo en el sector servicios (123.900)— en sobre todo la destrucción en la industria, donde se encuentra el empleo mejor pagado y más estable.
Además de estos factores, una parte muy significativa de la reducción del paro —prácticamente el 50%— tiene que ver con el desánimo laboral. Casi seis millones de desempleados y seis años de deterioro laboral, ha llevado a muchos de los que buscaban trabajo a tirar la toalla. En el último trimestre fueron 33.300 y en 12 meses 340.700. Se mantiene así la tendencia que comenzó de forma constante el año pasado. El mismo secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, admitió que parte de la caída del desempleo se debe a la caída de la población activa. Y lo achacó al desánimo entre los inmigrantes, 38.600 menos en edad y disposición de trabajar compensada en parte por el incremento de 5.200 activos entre los españoles.
El desánimo laboral es una de las heridas de la crisis, pero no será la que más costará cerrar. Ese dudoso honor le corresponde al empleo. Jiménez Latorre situó a mediados del año que viene la creación de empleo, cuando España crezca al 1%. Pero volver a la situación de antes de la crisis, que se ha llevado por delante 3,7 millones de puestos de trabajo, el 18% de los que existían a mitad de 2007, costará mucho más. Casi dos décadas, según los cálculos del Instituto Flores de Lemus: “Si el empleo creciera al ritmo medio previo a la crisis (opción descartable en este momento), el nivel de empleo precrisis se conseguiría alrededor de 2021. Si se mantuviera el esperado para el final de 2015 [1,8%], dicho nivel no se alcanzará antes de 2031”.
Las previsiones de Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autonómica de Barcelona, son similares a las de Flores de Lemus. “Por descontado, el empleo irá por detrás de la actividad económica. No es la primera vez que esto pasa. Todo lo perdido en la crisis de 1973 no se recuperó hasta 1991”. En sus cálculos, el mercado laboral español está a punto de tocar el suelo: “Estamos regresando al nivel de 2011, cuando antes de esta segunda recesión, la destrucción de empleo casi llegó a cero”.
También José Ignacio Conde-Ruiz, investigador de Fedea, ve cerca el fondo. Es consciente de que los dos próximos trimestres serán negativos, pero señala que en 2014 el empleo ya no seguirá cayendo y que, por tanto, la caída del mercado laboral está a punto de acabar. Y señala que ya se observa la “recuperación de la estacionalidad”, es decir, que a diferencia de lo que pasaba en 2011 y 2012, en plena recesión, primavera y verano son buenas épocas para el mercado laboral.
Mucho tiene que ver en ese final el freno del ajuste en el sector público. Una de las características de la segunda recesión de esta larga crisis ha sido la destrucción de empleo en la Administración. Entre julio y septiembre, se esfumaron 12.600 empleos, menos que en el mismo trimestre del año anterior.
“Con estos datos no hay razón para el optimismo”, defendió UGT, que en su valoración ponía énfasis en la precariedad del empleo generado. Un argumento similar empleó el otro sindicato mayoritario, CC OO, al afirmar que “los negativos efectos de las reformas son cada vez más evidentes en los derechos de trabajadores y la estabilidad en el empleo”. CEOE, por su parte, optó por destacar que la EPA “marca una tendencia moderadamente positiva porque frenan el deterioro que venía registrando el mercado laboral en los dos últimos años”.
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