“Las irregularidades detectadas son solo errores y tienen explicación”
El presidente de Pescanova, Fernández de Sousa, defiende que actuó de buena fe
De hablar de “discrepancias” a admitir “errores”, y de ahí, a reconocer “irregularidades”. Ese es el camino que ha recorrido entre los meses de marzo y de julio el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, que, sin embargo, sigue, y pese a estar apartado de la gestión por orden del juez, no admite culpa alguna. Este jueves acudió a una reunión con parte del Consejo y con el administrador concursal, Deloitte. En el orden del día había solo un punto: comentar el informe de investigación contable que ha elaborado KPMG para aclarar la oscura contabilidad de la compañía. A pesar de las durísimas conclusiones de estas pesquisas (señalan que la compañía llevó a cabo un complejo plan para ocultar la quiebra técnica), Sousa insistió a la salida en que todo lo hizo por el bien de la empresa y que puede explicar cada una de las irregularidades cometidas.
El encuentro entre parte del Consejo y el administrador concursal, que se celebró en la Torre Picasso de Madrid, duró cerca de dos horas. No acudieron todos los consejeros. No asistió Fernando Fernández de Sousa-Faro, hermano del presidente. Algunos miembros del grupo, como Yago Méndez, acudieron con sus abogados. Damm insistió en que el presidente debía dejar el cargo, pero no ocurrió. “Sousa está ya amortizado, así que sorprende aún no haya dimitido”, dijo una fuente de la empresa.
Al acabar el encuentro, Sousa tenía una particular visión de la investigación de KPMG: insistió en que en realidad solo confirmaba lo que ya había dicho él mismo en marzo, cuando emitió un breve comunicado para la Comisión Nacional del Mercado de Valores donde admitía “discrepancias contables” en 2012. “Encargar un informe fue una decisión del Consejo que se tomó a petición mía, para dar transparencia y poner claridad a la situación que habíamos comunicado en marzo. Ha servido para confirmar la deuda que nosotros habíamos comunicado a la CNMV”, señaló varias veces. “Del informe lo que se deduce es que había errores, como ya habíamos notificado en su momento. Lo más destacable es que todo lo que se ha hecho siempre ha sido para intentar mantener Pescanova viva, como está. Los administradores concursales han asegurado que todo sigue operando con normalidad”, justificó. “Si uno no tiene la conciencia tranquila de que podrá explicar las cosas, no hubiera encargado un examen”, añadió.
El informe de KPMG asegura que “existen indicios fundados de que determinadas personas de la cúpula directiva de Pescanova han instruido, ejecutado, llevado a cabo o conocido, en mayor o menor medida”, un plan que duró años para enmascarar deudas y pérdidas. Sin embargo, para Sousa todo son “cosas relacionadas con errores cometidos”. Dará “explicaciones” para cada uno de esos errores, promete. “En el momento oportuno y el lugar adecuado”, avanza.
El informe, sin embargo, no habla de errores, sino de irregularidades. Para Sousa, no hay diferencia. “Un error es una irregularidad, aunque sea involuntaria”, sentenció.
La reunión fue breve, según fuentes cercanas al Consejo, porque los consejeros recibieron este miércoles el informe y necesitan tiempo. Sousa aludió también a la extensión del documento para evitar valorarlo en profundidad. Pese a que tuvo acceso durante al menos cinco días a un borrador casi definitivo del mismo y que ha estado en contacto con la firma que lo ha realizado durante meses, aseguró que “el informe tiene muchísimas páginas y de momento está, como quien dice, leído solo en diagonal”.
En cuanto a los consejeros que más duramente han atacado la gestión de Pescanova, representantes de Damm y Luxempart, ganaron una pequeña batalla: presentaron una petición conjunta al administrador concursal, a la que se sumó el consejero de Iberfomento, para exigir al juzgado una junta extraordinaria de accionistas, en la que destituir a Sousa. Unidas controlan el 15% de las acciones. La firma Deloitte elevará esa petición al juzgado de Pontevedra responsable del concurso, que decidirá si se celebra la junta. Las fuentes consultadas ven probable que acceda.
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