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La Bolsa cae un 0,94% y la prima sube a 546 puntos por las dudas sobre la deuda

El Ibex se sitúa en 6.737,1 puntos tras borrar las ganancias de la mañana La rentabilidad del bono español a 10 años sube hasta el 6,749%

El efecto balsámico que desde el pasado jueves ha impulsado las cotizaciones bursátiles y ha animado —ligeramente— la demanda en el mercado de deuda soberana se ha agotado a lo largo de la jornada, a medida que aumenta el escepticismo ante la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda soberana de España e Italia para aliviar sus costes de financiación.

El Ibex, que ha iniciado el día con un leve avance del 0,75%, tras anotarse ayer un alza del 2,78%, ha ido ampliando la subida durante la mañana hasta tocar un máximo diario en 6.913,7 puntos, lo que supone un avance del 1,64%. Sin embargo, por la tarde las ganancias han desaparecido hasta hace caer en números rojos al indicador, que se ha llegado a dejar un 1,63% respecto a su cierre de ayer. Ha terminado la sesión con una caída del 0,94%, en 6.737,1 puntos.

Bankia (+8,42%), Grifols (+4,15%) y Bankinter (+3,79%) se han anotado los mayores avances, mientras Repsol (-3,7%), Inditex (-3,14%) y Mapfre (-2,5%) han sido los valores que más han perdido.

Las primeras horas de la sesión han estado marcadas por el anuncio de resultados empresariales. BBVA ganó 1.510 millones en la primera mitad del año, un 35,4 % menos que en el mismo periodo de 2011, tras efectuar dotaciones por importe de 1.434 millones. Aún debe provisionar más de 3.200 millones de euros para sanear su riesgo inmobiliario. Ha caído un 0,86% en Bolsa. El grupo de hemoderivados Grifols ganó 133,5 millones de euros en el primer semestre del año, un 591,7% más que en el mismo periodo de 2011 gracias a la compra de la norteamericana Talecris en junio del año 2011.

En el mercado de deuda soberana, la prima de riesgo, diferencial de rentabilidad entre el bono español a 10 años y su equivalente alemán, se ha mantenido buena parte de la mañana en torno a los 525 puntos básicos (5,25 puntos porcentuales), tras terminar la sesión de ayer en 523. Pero ha enfilado la tarde con un alza que la ha llevado hasta los 549 puntos, para terminar el día en 546. Con esa evolución, los inversores han pasado a exigir a la deuda soberana a 10 años una rentabilidad del 6,749%.

La tensión, según los analistas, es síntoma de que los inversores están moderando sus expectativas sobre una posible compra de bonos por parte del emisor del euro, algo a lo que se resiste el Bundesbank. Fuentes del BCE citadas por Reuters han aconsejado cautela a quienes esperan decisiones drásticas el próximo jueves y advierten de que cualquier movimiento importante podría retrasarse hasta al menos dentro de cinco semanas, ya que tendrían que darse antes otras circunstancias: España tendría que solicitar formalmente un programa de ayuda y los Gobiernos de la zona euro tendrían que acordar el uso de los fondos de rescate para comprar bonos junto con el BCE.

A pesar de que el primer ministro italiano, Mario Monti, ha declarado hoy que se empieza a ver algo de "luz al final del túnel", el camino a la solución de la crisis de la deuda europea puede no estar a la vuelta de la esquina. Hoy, el Ministerio de Finanzas alemán ha señalado que no ve la necesidad de conceder al futuro fondo de rescate europeo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) una licencia bancaria con el fin de garantizar su capacidad de financiación ilimitada mediante el recurso al BCE, una posibilidad que apoyan Italia y Francia. además, el

De hecho, la rentabilidad del bono alemán a 10 años, que ayer subió hasta el 1,428%, hoy ha vuelto a caer y se ha situado en el 1,285% al final del día, lo que supone que se han intensificado las compras de estos activos, que se consideran seguros. El precio y la rentabilidad de los bonos se mueven de forma inversa, de manera que si el primero aumenta la segunda disminuye y viceversa.

Las Bolsas europeas han acogido con ventas los resultados de algunas grandes empresas, que han defraudado las expectativas de los inversores. Londres ha cedido un 1,02%, París ha caído un 0,87%, Fráncfort un 0,03% y Milán un 0,62%.

El banco suizo UBS se anotó en el segundo trimestre una caída en su beneficio neto del 58%, hasta 425 millones de francos suizos, y registró pérdidas en su actividad de banca de inversión. El beneficio del Deutsche Bank, el mayor banco alemán, también cedió un 46% entre abril y junio, hasta 650 millones de euros, debido a un retroceso del 63% en las ganancias de banca de inversión. La petrolera británica BP, la segunda mayor de Europa, también ha decepcionado, tras anunciar unas pérdidas de 1.385 millones de dólares en el segundo trimestre, frente a unas ganancias de 5.718 millones el año pasado. Bayer, por el contrario, ha aumentado sus previsiones de ingresos y beneficios para este año, tras anotarse un Ebitda de 2.170 millones de euros, un 6,7% más.

Tampoco han sentado bien en los mercados de renta variable los indicadores macroeconómicos conocidos hoy y que, dado que reflejan una cierto optimismo en el consumo, componente de la demanda que aporta los dos tercios del PIB de Estados Unidos, alejan la posibilidad de que la Reserva Federal adopte nuevos estímulos monetarios en la reunión de dos días que inicia hoy el el Comité de Mercado Abierto, órgano encargado de formular la política monetaria estadounidense. El gasto de los consumidores no registró cambios en junio, tras haber cedido un 0,1% el mes anterior; los precios de la vivienda cayeron en mayo menos de lo esperado; y la confianza de los consumidores aumentó en julio por primera vez en cinco meses. A media sesión, el Dow Jones caía un 0,36%, el Standard & Poor's un 0,37% y el Nasdaq un 0,19%.

Se espera que la Reserva Federal anuncie, como mucho, su compromiso de mantener el tipo oficial del dinero cerca de cero hasta más allá de finales de 2014, que es el horizonte marcado hasta el momento. Por el contrario, la mayor parte de los economistas sondeados por Bloomberg no cree que la institución que preside Ben Bernanke adopte un nuevo programa de compras de activos a largo plazo y que, más bien, esa decisión se dejará para la cita de política monetaria del 12 y 13 de septiembre.

Toda la atención se centrará a partir de mañana en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE del jueves. Las declaraciones efectuadas la semana pasada por Mario Draghi, en las que aseguró que la institución que preside está dispuesta a hacer "lo que haga falta" en defensa del euro y que ello implica actuar sobre las primas de riesgo si son tan elevadas que "entorpecen el funcionamiento del canal de transmisión de la política monetaria" del BCE, han sido interpretadas como un reflejo de su voluntad de comprar títulos para relajar los costes de financiación que asfixian a España e Italia. Angela Merkel, François Hollande y Mario Monti replicaron a lo largo del fin de semana la declaración de Draghi y, ayer, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, alabaron las reformas emprendidas por España e Italia tras reunirse en la isla alemana de Sylt,

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, alimentó también las expectativas de una compra de bonos al declarar durante el fin de semana a medios alemanes y franceses que el fondo de rescate europeo en vigor, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), está dispuesto a actuar conjuntamente con el BCE.

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