Dos vías de ingreso: publicidad y suscripciones
El negocio de Megaupload estaba basado en dos tipos de ingresos: las cuotas que pagaban sus clientes Premium y la publicidad. Las autoridades de Estados Unidos calculan que desde setiembre de 2005, la empresa recaudó 135 millones de euros, 19,3 de ellos por captación de anuncios. Solo su cuenta en PayPal movió entre 2006 y 2011 más de 85 millones de euros, siempre según el documento de denuncia gubernamental.
Megaupload permitía el consumo gratuito de los archivos que cobijaba, pero el internauta que quería acceder a ellos pasaba inevitablemente por espacios publicitarios. Para empujar a estos usuarios a contratar una suscripción, este acceso gratis estaba penalizado en la velocidad y no permitía la descarga simultánea de dos archivos. El cliente de pago no tropezaba con estos obstáculos.
Para alimentar sus índices de audiencia, Megaupload llegaba a recompensar a los internautas que hubieran subido los contenidos más solicitados. El FBI calcula que el patrón de la compañía se ha embolsado más de 32 millones de euros. Y eso que los gastos de servidores, mantenimiento y bonificaciones pueden haber llegado a los cien millones.
Megaupload se presentaba como un servicio de almacenamiento en la nube de Internet. Cuando un internauta subía un archivo recibía un código-enlace para poder acceder al mismo. Si este internauta quería promocionar este contenido para conseguir un premio debía apañarse para divulgar la fórmula de acceso. Megaupload no tenía un buscador para localizarlos. Según las autoridades, esta función la cumplían a nivel profesional terceros sitios que presentaban de forma ordenada y fácil los enlaces. No todos los clientes lo eran para descargarse películas ilegalmente. También los había que empleaban su servicio de almacenamiento como armario digital de sus documentos particulares.
