“He estado en lugares mágicos con gente mágica”
Un festival es un sitio muy raro para celebrar un cumpleaños. Y menos aún, un aniversario tan significativo como los 80. A Jean-Claude Carrière le ocurrió eso ayer, y por tanto tuvo su tarta y sus velas. Pero la celebración tenía su razón: el documental 250 metros, un filme poético y viajero más que biográfico sobre Carrière, dirigido por Juan Carlos Rulfo, se presentó ayer por la tarde en San Sebastián. “En realidad he hecho un poco de trampa. En mis papeles oficiales pone que nací el 17, así que el sábado tuve fiesta con mi mujer, mis hijas y mis nietos y hoy repito aquí estos mis primeros 80 años. Solo espero que la muerte lo tenga en cuenta y me dé dos días más de disfrute. Por cierto, si fallezco aquí y ahora, menuda exclusiva te doy, ¿eh?”. Carrière habla español despacio, saboreando sus chanzas. Ha visto de todo, ha pasado por todo, y por tanto ahora se puede permitir pitorrearse hasta de la parca.
El título del documental hace referencia a la distancia que hay entre la casa natal de este escritor, guionista y -por qué no- filósofo, y la tumba que le espera en el cementerio local, donde ya descansa su primera esposa. Carrière, más de 20 años como coguionista de Luis Buñuel y más de 35 como mano derecha de Peter Brook en su centro Nacional de Investigación Teatral de París, nació en Colombières-sur-Orb, al sur de Francia. Aún posee esa casa, aún vuelve a sus raíces: "Siempre he tenido un pie allí y otro en cualquier otra parte del mundo", explica. Se hizo escritor y guionista en París en los 50; conoció España, sobre todo Toledo y Madrid, a inicios de los 60, cuando vino a trabajar con Buñuel; disfrutó con su íntimo amigo Milos Forman del Nueva York jipi de 1968; vivió en la India en su intensa investigación para El Mahabharata de Brook; visitó un México muy distinto al actual, también de la mano de Buñuel. El documental recorre con él todos esos lugares. "Cuando tienes una edad, debes empezar a despedirte de los lugares, pero con alegría. Hoy he pensado mucho en Luis, y es un placer recordar mis tiempos con él... Haber trabajado con un hombre así te deja un poso importante en tu trabajo y en tu vida. Aún hoy, cuando tengo que decidir, pienso en qué elegiría Luis en mi lugar. Siempre me contesta, aunque a veces me dice: 'Ese es tu problema".
Carrière ha escrito docenas de guiones, de obras teatrales, de libros. "He tenido mucha suerte. Es cierto que en pantalla hemos seleccionado mucho para dar un gusto a la película, pero sí, me he movido mucho, he estado en sitios mágicos con gente mágica. He vuelto a mi pasado, por ejemplo en mi paseo en Central Park con Milos Forman, pero sin ninguna tristeza". En esa secuencia de 250 metros Carrière se pregunta cómo el verano del amor acabó en el 11-S, por qué la generación posterior a la jipi hizo tabla rasa: "No tengo respuesta. También me llama la atención que no veamos en los noticiarios ninguna opinión de la juventud estadounidense, cuando en la primavera árabe, en Atenas y en el 15-M español la juventud ha sido el motor".
Otro continente, otra filosofía: la India. Brook y Carrière estuvieron 11 años preparando El Mahabharata, y el francés apuesta por el politeísmo, por algunos de los pensamientos que le producen las calles de este país. "Nunca sé si la India es el pasado o el futuro. La India es la vida misma, con toda su complejidad. Jamás han tratado de poner un orden a su llamémosla razón. La lógica hindú no tiene nada que ver con la nuestra".
Carrière sigue trabajando: Fernando Trueba rueda estos días su guion El artista y la modelo. Y en casa le espera un armario lleno de proyectos. “Están allí, y de vez en cuando los personajes me llaman. Pero nadie puede hacer todo lo que hubiera querido. La clave está en escoger: a veces lo hace por ti el azar, otras es tu decisión personal, unas terceras, el destino... Lo importante es haberlo hecho lo mejor que he podido. Seguramente no hay una vida después de la muerte, pero fijo que hay una vida antes de la muerte, y hay que construirla tan rica como podamos”.
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