Pasión sobre ruedas
Aparece Hugo Silva (Madrid, 1977) y las hormonas femeninas se disparan en el contaminado aire de la capital. Gafas negras, pitillo en la boca, auriculares en los que se adivina una canción de Calle 13... Parece el vecino del quinto, pero un grupo de adolescentes ya le ha echado el ojo y se acerca a hacerse una foto con él. Una familia se para a contemplar la escena. Mientras sube las escaleras al lugar de la entrevista, una chica se para en seco y grita: "¡Qué guapo!". Hugo saluda, deja escapar una sonrisilla y agacha la cabeza. ¿Es siempre así? "Sí, pasa. No sé... Quizá antes sí me incomodaba, pero ahora lo veo más como un gesto de amabilidad. Últimamente la gente es más tranquila. Se ha acostumbrado, parece". ¿Y se liga siendo Hugo Silva? "Hombre, supongo que sí. Se liga también poniendo copas. Siempre que seas el centro de atención...". Se le ve relajado. Viene de pasar unos días en la costa gaditana y ahora comienza la locura promocional de su próxima película, Lo contrario al amor, que se estrena el 26 de agosto. Dirigida por el joven Vicente Villanueva, que debuta como director de largometrajes, en ella comparte protagonismo con otra guapa de manual, Adriana Ugarte (Madrid, 1985). Ella está ahora de baja y por eso no ha podido acercarse a la entrevista. Algo se olía su cuerpo durante la sesión de fotos, que tuvo lugar en medio de un secarral en la provincia de Guadalajara. Los dos se lo pasaron en grande porque llevaban tiempo sin verse. La última toma fue a lomos de la moto, dándole al tubo de escape. Los dos gritando. Felices. Haciéndose bromas con ese sentido del humor un tanto absurdo que comparten. Se podía oler la química.
"Amor no es pensar con la cabeza. Cuando empezamos a hacer eso queremos amoldar al otro a nuestro gusto"
"Llega un momento en el que la etiqueta de guaperas da igual. Yo me centro en mi trabajo, que me encanta"
De algo así (de la química del amor) trata la cinta. "Todos nos enamoramos de forma química, menos los psicópatas y los que no tienen ganas", responde de lo más espontáneo Hugo. "Amor no es pensar con la cabeza. Porque cuando empezamos a hacer eso nos comportamos de forma egoísta y queremos cambiar al otro para que se amolde a nuestro gusto. Todos cometemos los mismos errores y eso parte de la inseguridad que crea el enamoramiento". El filme habla de las fases de una relación (pasión, miedo, odio, celos) y de los fantasmas internos de cada uno servidos bajo el envoltorio de la comedia. "Todos tenemos pequeños traumas dictados por nuestra existencia", reflexiona Hugo. "Y los personajes se enfrentan a ellos por pura supervivencia y por amor". Para la impulsiva Adriana, la cinta "es en realidad una contracomedia" porque deja ver lo agridulce de la vida aunque exploten las risas.
Y se producen idas y venidas entre los protagonistas, Raúl y Merce. En las imágenes que ilustran estas páginas se les puede ver emprendiendo un camino juntos. En la vida real, Adriana se encuentra rodando la serie El tiempo entre costuras, basada en el libro superventas de idéntico título de María Dueñas. Se meterá en la piel de Sira Quiroga, una modista que se ve envuelta en una trama de espionaje en el Tánger de finales de los años treinta. Se dio a conocer con la serie La señora. "Era enfermizo. Me pasé horas viviendo su vida. Era ella más que yo", ha comentado alguna vez esta chica pizpireta a la que le gusta el piano, sacar a pasear a su perra Peach, ver películas en la Filmoteca y el cine de Michel Gondry.
A Hugo le va más Almodóvar. Y se pone serio: "Estoy preparado para trabajar con él. Tiene una visión del mundo muy especial y creo que a día de hoy sí empiezo a sentirme cerca de su forma de ver la vida". Pero de momento, para la mayoría es el guaperas de la tele (sus fans se derretían ante su palmito en la serie Los hombres de Paco y ahora hacen lo mismo cuando lo ven en un anuncio de yogures). ¿Eso llega a cansar? Otra vez serio: "Llega un momento en que las etiquetas te dan igual. Me centro en mi trabajo, que me encanta, y el resto lo gestiono lo mejor posible. Si volviera a nacer, sería actor. Quizá le metería más caña a la música porque la tengo apartada. He estado en varios grupos. El último, de heavy metal". Dice que tiene muchas ganas de trabajar en Argentina ("porque los argentinos son, con los ingleses, los mejores actores del mundo"). Después de la promoción de Lo contrario al amor seguirá con su tabla de surf y se tomará Cruzcampos frescas con los suyos ("mi familia es muy siciliana; somos muchos y todos nos apoyamos y nos queremos"). Mientras dure el calor le basta la naturaleza salvaje de las playas de Cádiz.
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