El mayor acoso contra los periféricos vuelve a disparar la prima de riesgo
Los principales índices bursátiles europeos retroceden a niveles de hace un año
La incertidumbre que en las últimas jornadas atenazaba a los mercados financieros ha descubierto finalmente al monstruo en su interior: el temor a que, casi cuatro años después del inicio de la crisis, la economía internacional recaiga en la recesión. Esta posibilidad alarmó ayer a los inversores, que sembraron el pánico en las Bolsas e infligieron más castigo a la deuda de los periféricos, España incluida. La prima de riesgo, termómetro de la confianza en las finanzas de un Estado, volvió a dispararse hasta rozar el máximo de la jornada anterior. El batacazo arrastró a los principales índices bursátiles europeos al nivel de hace un año y hundió a Wall Street, que perdió el 4,31% en la peor sesión desde comienzos de 2009, cuando los mercados desfallecían por la crisis de las hipotecas basura. El Ibex 35 cedió un 3,89% y, por primera vez desde junio de 2010, hoy abrirá por debajo de los 9.000 puntos.
El diferencial con los bonos alemanes acabó la jornada en 398 puntos básicos
El Ibex 35 cedió un 3,8% hasta alcanzar su nivel más bajo en 14 meses
El Tesoro superó la subasta de deuda a tres años a costa de elevar el precio
Economía insiste en que seguirá con el calendario de emisiones previsto
Para explicar el correctivo que afectó a todos por igual solo hay una explicación: el miedo. Y un factor que acentúa las oscilaciones: que en agosto baja el volumen de dinero en circulación y el número de operaciones. "Los mercados se están guiando por el miedo a una recaída. No hay respiro, los datos están aumentando la percepción de que la crisis del euro, los problemas fiscales en EE UU y los precios de las materias primas darán al traste con la recuperación", resumió Stephane Ekolo, de Market Securities.
La sesión empezó tranquila. La expectativa de que la gravedad de la situación animaría a Bruselas y al Banco Central Europeo a mover ficha llevó a las Bolsas a apostar por el rebote. Al mismo tiempo, las primas de los países más vulnerables del euro, que se establecen a partir del sobreprecio exigido a sus bonos a 10 años frente a los alemanes, de referencia, mejoraban. Pero a media mañana las cosas empezaron a torcerse. Ni siquiera el resultado relativamente positivo de la subasta del Tesoro español fue capaz de parar las ventas. Al final de la jornada, la prima española acabó en 398 puntos básicos, 13 más que en la jornada anterior y apenas nueve por debajo de su récord, y la de Italia en 389, 22 puntos básicos sobre su nivel del miércoles.
Casi tan acentuado como el batacazo de Nueva York fue el registrado en Europa. La peor parada fue la Bolsa de Milán, que se dejó un 5,16%. El mercado francés cerró con pérdidas casi idénticas a las españolas (3,90%), mientras Londres y Fráncfort se acercaban mucho a esas marcas (3,43% y 3,40% respectivamente).
Con la que estaba cayendo, España logró esquivar las turbulencias y vender 3.300 millones de euros en deuda a tres y cuatro años, cerca del objetivo máximo de 3.500 millones. No obstante, para superar las mayores dudas se vio obligado a comprometer un interés del 4,90% en los títulos con vencimiento en 2014, más de ocho décimas sobre la rentabilidad de la anterior subasta de julio y el precio más alto desde 2008.
La demanda, un factor al que los expertos dan más importancia para evaluar el grado de confianza, volvió a duplicar la oferta. "Ha sido una buena subasta, con una buena ratio de cobertura", valoró a Reuters Estefanía Ponte, de Cortal Consors. En la misma línea, Cagdas Aksu, de Barclays, afirmó que el resultado fue mejor de lo esperado.
La subasta pasó a un segundo plano con la evolución de los mercados. También, por la confusión generada en torno al supuesto aplazamiento de una emisión de obligaciones de mediados de agosto a septiembre pese a que un día antes la vicepresidenta Elena Salgado había ratificado el calendario del Tesoro para el resto del año a fin de generar confianza.
Fuentes del Tesoro aseguraron que no se trata de una suspensión, pues no se había convocado oficialmente. A principios de año, este organismo publica un calendario con una serie de operaciones que no siempre llegan a producirse. El anuncio formal de cada subasta se realiza de un mes para otro y es a partir de ese momento cuando la subasta es firme. Así, el comunicado que divulgó el Tesoro referente a las operaciones de agosto no incluía esa subasta que sí figuraba en el calendario, con lo que no se dio por convocada (y, por tanto, tampoco por suspendida).
Las mismas fuentes recordaron que esa falta de correspondencia entre el calendario y los anuncios de subastas en agosto es habitual. Al igual que este año, tampoco se llegaron a anunciar subastas de obligaciones en los tres años anteriores porque agosto es un mes poco propicio en los mercados y solo se prevén operaciones en el calendario por si es estrictamente necesario captar dinero. No es el caso, pues España cuenta con un colchón de liquidez suficiente para atender vencimientos.
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