_
_
_
_
_
La crisis financiera | Las dificultades italianas

Berlusconi asegura que Italia "es sólida" y no tiene nada que temer

El primer ministro confía en la robustez de la economía del país

"El sistema italiano es sólido". Silvio Berlusconi mostró ayer su confianza en la robustez de la economía del país en su comparecencia en la Cámara Baja para hablar sobre el temporal financiero y económico que lleva un mes extenuando al país. Parecía que las cifras que llegan de Milán, la capital económica, se hubieran perdido en el camino hacia Roma, como si hubiera dos países.

"La economía es sólida, los bancos se han mostrado robustos y superaron las pruebas de resistencia; las familias han ahorrado más que en otras naciones; el déficit es menor de lo que habíamos pensado; la ley de recortes gustó a las instituciones comunitarias", aseguró Berlusconi. El mercado muestra otra realidad. La presión sobre Italia aumenta cada día más, a pesar de la aprobación del plan de 80.000 millones entre recortes y subidas de impuestos.

Los mercados siguen presionando a pesar del plan de recortes italiano
Más información
Bruselas se moviliza para acelerar el plan de rescate al euro
España supera las turbulencias de los mercados y vende 3.300 millones en deuda aunque a costa de pagar más
Las manos que mecen los mercados

"El primer ministro se ha equivocado de discurso o de Parlamento", arrancó Pierluigi Bersani, líder de la mayor fuerza de oposición, el Partido Democrático. "Nos describe un cielo azul, moteado por algunas nubes, que ahora vamos a barrer todos juntos. ¿Vive en Marte?", se preguntaba irónico, un minuto antes de pedir el adelanto electoral o un nuevo Ejecutivo de unidad nacional, entre los aplausos del ala izquierda del hemiciclo. Otros partidos también le reprocharon un discurso demasiado optimista.

El intento de calmar los nervios del mercado llega "fuera de tiempo máximo", según Stefano Folli analista del periódico económico Il sole 24 ore. Hasta la prensa más complaciente con el Gobierno subraya que Berlusconi no haya abierto la boca hasta que los toques del presidente de la República, las cifras negras de Bolsa y el Tesoro, el escándalo que debilita a su ministro de Economía, le hayan obligado a dar la cara en primera persona. El ministro de Economía, Giulio Tremonti, ya no puede servirle de escudo. Su credibilidad se ha comprometido desde que, la semana pasada, admitiera pagar en negro 8.000 euros por el alquiler de un piso en Roma, a través de su brazo derecho Marco Milanese, investigado por corrupción.

El discurso de Berlusconi falló también en un aspecto político crucial, según Folli. Berlusconi debía "delinear un marco de real cohesión política". Sobre eso, solo el cierre: "Todos tienen el deber de arremangarse la camisa. Presentadme vuestras propuestas y saldremos juntos de esta crisis que no es italiana, sino planetaria".

Sin embargo, hay cierto escepticismo. Berlusconi no es el hombre de los acuerdos, es el hombre que gobierna con los decretos ley y los votos de confianza. O puede que esta vez Berlusconi esté convencido de verdad. A fin de cuentas, él mismo lo dijo: "Soy un empresario con tres empresas cotizadas. Desde que comenzaron los ataques, vivo en la trinchera".

Silvio Berlusconi, ayer en el Parlamento junto con el ministro de Economía, Giulio Tremonti.
Silvio Berlusconi, ayer en el Parlamento junto con el ministro de Economía, Giulio Tremonti.TONY GENTILE (REUTERS)

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_