25 estrellitas

Como en Hollywood, también el cine español tendrá su paseo de la fama, aunque en este caso será un paseíto, Martín de los Heros, la madrileña calle de los cines, ahora con terrazas y sin coches. En lugar de las 2.000 estrellas de granito que ilustran las aceras del Hollywood Boulevard, en Madrid solo habrá 25, proporción quizás ajustada a la realidad de cada cual. Veinticinco porque esos son los años de vida de la Academia de Cine, claro que tendrían que haber sido muchísimos más para no herir susceptibilidades, pero estrellar a todos los merecedores no hubiera sido posible. José Luis Borau, Aurora Bautista, Victoria Abril, Alfredo Mayo, José Luis Ozores, María Asquerino, Juan de Orduña, Mario Camus, José Sacristán, Edgar Neville, qué sé yo... Siempre faltarán nombres ilustres que han hecho o hacen la historia de nuestro cine. Imagino que en la Academia se habrán devanado los sesos para elegir a los consagrados. Decidir cualquier opción conlleva un dilema.

Aunque no siempre. La sensata decisión de no conceder el Goya a menores de 16 años ha sido recibida con general asentimiento. Ya era hora. Es tendencia en los festivales de cine premiar la interpretación de niños bien dirigidos o de personas con discapacidades físicas que se interpretan a sí mismas, a menudo, para frustración de los actores profesionales. Protestaba hace tiempo el mexicano Arturo Ripstein por los premios de un festival. Él había presentado El imperio de la fortuna, una versión moderna del clásico El gallo de oro, y decía con sorna: "¿Por qué no han premiado a mi gallo que lo hace estupendamente? Ningún actor hubiera podido hacer su trabajo". Gallos, niños, estrellas en el suelo...

Esto de la alfombra de estrellas en mimetismo con Holly-wood, lo mismo que los propios Goya respecto a los Oscar, dará que hablar y puede que muchos, sobre todo los jóvenes, se enteren de quiénes fueron y qué hicieron Imperio Argentina, Emma Penella o José Isbert... Es bueno que se les siga recordando.