Pendientes de la prima de riesgo
Los inversores se aprovechan de las necesidades del Estado y las comunidades
La preocupación -o supuesta preocupación- y todas las filias y fobias de los inversores respecto a España se plasman en la prima de riesgo, esa diferencia entre el interés que se paga en el mercado por los bonos españoles frente a los de Alemania, considerada la economía más solvente de Europa. Las comunidades autónomas también pagan su particular prima de riesgo frente a los bonos del Estado. Esta alcanza los 200 puntos en algunos casos (ver cuadro), aunque el cálculo no es tan fiable como el de los bonos de cada país europeo, dado que la deuda regional mueve muy pocas operaciones en el mercado secundario (es decir, en la compraventa entre inversores).
En el caso de la deuda de la Comunidad de Madrid que vence en 2020, por ejemplo, el termómetro dice que la prima bajó de unos 240 puntos básicos (2,4 puntos porcentuales) en mayo a algo por encima de los 150 (1,5) en junio. Por otra parte, el diferencial de otros títulos de la Generalitat de Cataluña que vencen el mismo año apenas ha variado de diferencial con el Tesoro: también algo por encima de los 150 puntos básicos.
El coste actual del riesgo país limita la creación de empleo
La deuda de las comunidades se ha duplicado prácticamente desde 2007, y la mitad de ellas se han desviado del objetivo de déficit en el primer trimestre de este año. "La prima de riesgo se ha disparado en España sobre todo por las dudas del rescate de Grecia y en parte también por el desfase presupuestario de algunas comunidades", explica César Miralles, director de Sector Público del grupo Intermoney, que ha elaborado estos cálculos.
Los diferenciales suben porque la rentabilidad del bono del Tesoro ha subido, mientras que la rentabilidad de las comunidades autónomas no cambia tanto, al no tener un mercado secundario tan activo. Aun así, si las comunidades comenzasen a emitir deuda ahora, es probable que tuviesen que pagarla mucho más cara que la última vez. La última subasta del Tesoro, el pasado jueves, colocó títulos a 15 y ocho años, pero pagó más y renunció al objetivo máximo.
"El inversor no está discriminando entre las comunidades que incumplen y las que cumplen. Si uno se fija, no hay tanta diferencia entre la prima de Cataluña y la de Madrid", explica Miralles. El motivo es que la demanda inversora busca la mejor rentabilidad y saca provecho de las necesidades de financiación del sector público: comunidades, Tesoro, Instituto de Crédito Oficial (ICO) o el fondo de rescate bancario FROB compiten entre sí.
La prima de riesgo de las comunidades respecto al Estado también se debe a la mucha menor liquidez entre un mercado y otro, advierte Daniel Suárez, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), para quien las comunidades añaden otro foco de incertidumbre en la percepción que los inversores tienen de España.
El jueves los bonos españoles a 10 años se llegaron a ofrecer a en el mercado a un interés del 5,6%, lo que significa casi tres puntos más que los alemanes (2,9%). No se alcanzaba una diferencia de riesgo-país de ese calibre desde noviembre, cuando se negociaba el rescate de Irlanda, aunque el viernes se relajó hasta los 260 puntos básicos tras el pacto de Francia y Alemania respecto a Grecia.
La factura del riesgo-país es alta, y no hay nada metafórico en esto: cada 100 puntos básicos que sube el diferencial con el bono alemán se meriendan 12.400 millones de euros anuales en el pago de esos interes e impiden la creación de 160.000 puestos de trabajo. El presidente del BBVA, Francisco González, hizo este cálculo hace unos días para alertar de que el castigo de los mercados mermaba el crecimiento de la economía española.
El peso de las comunidades autónomas en el total del PIB es del 11%, pero su efecto psicológico o de imagen en el mercado es muy superior, eso que los hombres de negocios llaman externalidad negativa, que se añade a todos los temores respecto al euro y el segundo rescate de Grecia. "Todo suma", resume Suárez.
España despierta recelos. Tanto, que Telefónica tuvo que aplazar la salida a Bolsa de su filial Atento. Las miradas están puestas en el estreno bursátil de Bankia y Banca Cívica en julio.
Antonio García Pascual, economista jefe para el sur de Europa de Barclays Capital, insiste en que la recapitalización del sistema financiero es muy importante para recuperar la confianza en la economía española, pero precisa que aunque las salidas a Bolsa tengan éxito, no serán una "bala de plata" que borre las dudas y los problemas de la economía española. "Dada la actual coyuntura del mercado, no se puede descartar que algunas cajas retrasen su salida a Bolsa hasta después del verano. Es una clara posibilidad", admite.
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