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Los apoyos de CiU al PSOE abren otra grieta entre Unió y Convergència

Duran censura a Mas y admite que la coalición es prescindible para Zapatero

A los dirigentes de Convergència i Unió les gusta alardear de haber salvado la economía española de la intervención cuando la pasada primavera apoyaron in extremis el plan de recortes sociales del Gobierno central. Con José Luis Rodríguez Zapatero ya en retirada y en puertas de la campaña electoral, el debate ahora es si Convergència i Unió debe continuar con sus apoyos esporádicos al Gobierno o contribuir a una caída prematura. Las posturas están enfrentadas y, como viene siendo habitual, los dos hombres fuertes de la federación, Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida defienden posiciones contrarias.

El enconado debate ha visto la luz en plena precampaña electoral. Tras la amenaza del presidente de la Generalitat de dejar a Zapatero sin apoyos lo que queda de legislatura, Josep Antoni Duran Lleida salió ayer a la palestra con una rectificación en toda regla: "Esta expresión de Mas puede levantar unas expectativas y puede dar a entender que Zapatero depende de nosotros. Pero esto no es así. Zapatero, si hoy gobierna, no es por CiU. Si gobierna, es porque el PNV y Coalición Canaria dieron apoyo a los últimos presupuestos", puntualizó Duran, quien admitió no tener a Zapatero "cogido por el cuello".

Duran es partidario de que CiU desempeñe, en la medida de lo posible, un papel central en el Congreso, con acuerdos concretos que permitan a la federación apuntarse algunos éxitos y criticar al Gobierno cuando este no siga sus consignas. Inclinarse por el "no a todo" dejaría fuera de juego a la federación, entiende.

Pero no piensa lo mismo Convergència, que amplió la amenaza que hizo Mas el domingo. El secretario general adjunto de CDC, Oriol Pujol, intentó aunar en una sola tesis las palabras de Duran y el presidente, aunque se hizo un lío. Precisó que, de seguir con su actitud, el Gobierno perdería el apoyo "cualitativo" de CiU, que no el "cuantitativo". Es decir, que los nacionalistas no pueden influir en el Gobierno con sus diputados, pero pueden recordarle el apoyo en el momento más crítico de la legislatura. Pujol insinuó que CiU se alineará junto al PP si el Ejecutivo continúa censurando la gestión de la economía catalana. "Y ya sabemos que la única obsesión del PP será pedir elecciones anticipadas", amenazó Pujol, que emplazó al Gobierno a empezar un "diálogo constructivo" con Cataluña.

Los apoyos a Zapatero no son el único asunto que sigue dividiendo a los dos socios que forman el Gobierno catalán. La participación de Artur Mas en la consulta soberanista que sin validez legal se celebra estos días en Barcelona ha encendido los ánimos en sectores de Unió, poco proclives a derivas independentistas. Tras decir que él no participará en la consulta del próximo domingo porque se encontrará de viaje en Berlín, Duran dejó claro que no aprueba la actuación de Mas en este asunto. "Tengamos los pies en la tierra. Un político no se puede mover solo con el corazón". Duran, sin embargo, no cuenta ni con apoyo total dentro de su propio partido en este asunto, como tampoco lo tiene la presidenta del Parlament, la también democristiana Núria de Gispert. Según el sector nacionalista, la actuación de De Gispert al no querer participar en la consulta "degrada y empequeñece" el Parlament.

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