_
_
_
_
_
Reportaje:Intervención aliada en Libia

El valor de romper el silencio

Una mujer libia intenta denunciar ante periodistas extranjeros que fue violada por milicianos del régimen

La tensión en Trípoli aumenta conforme pasan los días. Con los bombardeos y el avance de las tropas rebeldes por el este, los contrarios al régimen han recuperado la moral y poco a poco se atreven a alzar la voz.

Una mujer llamada Eman al Obaidi rompió ayer la calma que se vivía por la mañana en el hotel Rixos, donde se aloja la prensa internacional. La mujer entró en el restaurante y comenzó a hablar a algunos periodistas que se encontraban allí. Mientras lloraba y pedía ayuda, aseguraba haber sido víctima de las torturas de las milicias de Gadafi. Contó que la detuvieron en un puesto de control de Trípoli por ser de la ciudad de Bengasi, bastión de las fuerzas rebeldes. "Me insultaron y me filmaron. Estaba sola. Había whisky. Estaba atada. Orinaron encima de mí y violaron mi honor", dijo, según un periodista de Reuters. La mujer aseguró haber sido violada por 15 hombres durante dos días.

"Estaba atada. Orinaron encima de mí y violaron mi honor", dijo Eman
Más información
Los rebeldes pasan al contraataque
Los rebeldes libios toman la ciudad petrolera de Ras Lanuf

No pudo dar muchos más detalles de su relato. Cuando estaba mostrando sus heridas a los periodistas, un grupo de camareros se abalanzó sobre ella. Hubo un forcejeo al que se sumaron los agentes de seguridad del hotel. Algunos periodistas fueron golpeados. Uno de ellos, del diario británico Financial Times, fue pateado en el suelo. A otro le rompieron la cámara. Un hombre vestido de civil sacó una pistola y un camarero se hizo con un cuchillo. "Traidora, cómo te atreves a decir eso", gritó.

Tras unos minutos de tensión en el restaurante, funcionarios del Gobierno y trabajadores del hotel la trasladaron a unos jardines del recinto y la retuvieron allí durante unos minutos, antes de llevársela.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La historia de Eman no pudo ser comprobada de forma independiente. Algunos aspectos no quedaron claros. No se supo si había sido liberada o se había escapado. Según Mussa Ibrahim, portavoz del Gobierno, los investigadores le indicaron que "estaba bebida y que podría tener una enfermedad mental". "Estamos indagando lo sucedido", añadió.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_