La ACA dejó de depurar sin aviso el agua contaminada de la red pública de Torelló
El municipio denuncia a la agencia tras detectar un aumento de hidrocarburos
Nadie en Torelló (Osona, 14.000 habitantes) creía que el agua de la red pública pudiera estar contaminada. La Agencia Catalana del Agua (ACA) depuraba desde 2003 el pozo afectado por toxicidad del que bebe el municipio. Se equivocaron: la contaminación, causada por las filtraciones de hidrocarburos usados como disolventes en varias industrias del municipio, resurgió en verano de 2010 porque la ACA había dejado de pagar a la empresa que trataba el pozo sin avisar a nadie.
"Resulta inexplicable que no lo notificaran. Nos han engañado como a tontos", protesta el alcalde de la localidad, Miquel Franch (PSC). El Consistorio, que ya ha clausurado el pozo, descubrió el pasado septiembre que los ciudadanos bebían agua con el doble de disolventes que permite la ley, según los análisis municipales. El pleno del Ayuntamiento ha acordado llevar el asunto a la fiscalía para que determine si el ACA ha incurrido en negligencias graves.
La ACA mantiene que dejó de descontaminar el agua porque consideró que ya no era necesario tras construir un mecanismo fallido para filtrarla. La compañía que descontaminaba el agua, sin embargo, contestó al Ayuntamiento que, en efecto, decidió abandonar los trabajos tras pasar varios meses sin cobrar. La ACA, que arrastra un déficit de 2.300 millones de euros, dejó de abonar los cerca de 15.000 euros mensuales que costaba depurar el agua del pozo contaminado.La ACA, que ha negado que suprimiera la descontaminación por falta de dinero, sí admite que no volverá a contratar a ninguna empresa para que depure el agua del pozo afectado por problemas económicos: no puede asignar recursos a la limpieza del pozo hasta que la Generalitat apruebe los Presupuestos, lo que se concretará, previsiblemente, en junio.
"Es una situación complicada porque el pozo afectado aporta casi el 60% del agua que consume el pueblo", señala Franch. "Puede que tengamos problemas de abastecimiento", teme el alcalde, manifiestamente irritado porque el Gobierno catalán antepone los ajustes económicos a la salud de los ciudadanos.
"Como somos un pueblo pequeño; juegan con la gente. No se puede verter agua a la red sin asegurarse de que cumple las exigencias sanitarias", asegura. Ingerir los disolventes puede afectar al sistema nervioso y, en cantidades muy elevadas, causar cáncer. Estos niveles no se han alcanzado en la red pública de Torelló, pero el Ayuntamiento considera que no es motivo para despreocuparse del estado del agua que llega a las casas del municipio.
Años de toxicidad
La concentración de disolventes acumulados en el pozo persistirá durante años y quizá décadas, advierten los técnicos de la ACA. Las sustancias, básicamente perclorietileno y triclorietileno, se hallan acumuladas en el fondo de la cavidad subterránea: resulta imposible evitar que se filtren en el acuífero que abastece la localidad. Este procede del río Ges, afluente del Ter que acumula contaminación por los vertidos incontrolados de al menos dos industrias de la zona, ocurridos entre 1991 y 2001.
La toxicidad de las aguas se detectó en el año 2000, cuando unos 50 peces aparecieron muertos en el río. Los análisis del agua arrojaron que esta acumulaba siete veces más disolventes del máximo permitido, por lo que el Departamento de Salud requirió al Ayuntamiento que clausurara el pozo afectado.
El Consistorio llevó el caso a la Fiscalía de Medio Ambiente, que ha solicitado penas de tres años de cárcel para tres empresarios -también implicó a un cuarto, ya fallecido-. Las compañías vertieron disolventes al río para ahorrarse los costes de recogida y tratamiento, lo que generó un grave riesgo para la salud pública, según remitió el fiscal al Juzgado de Instrucción número 1 de Vic.
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