El 'otro' préstamo de la baronesa
Carmen Thyssen cede 230 obras de su colección particular durante 15 años para un centro que abre esta semana en Málaga - El museo gira en torno al XIX español
A falta de distribuir macetas de geranios por los patios interiores y de plantar una palmera en la entrada, ya está todo listo en el Museo Carmen Thyssen de Málaga. Las 230 obras de maestros antiguos cuelgan ya de las paredes de las tres plantas del recuperado palacio Villalón, junto a la plaza de la Constitución, a cinco minutos de caminata hasta el Museo Picasso y no lejos del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
Las obras han sido prestadas gratuitamente durante 15 años y, pasado ese tiempo, serán los herederos de la baronesa quienes renegocien la situación. Carmen Cervera, propietaria y presidenta del patronato que regirá la vida del centro, ha estado los últimos quince días controlando la colocación de cada cuadro y decidiendo cada detalle junto a la directora, María López. Convencida de que el resultado es inmejorable, asegura que el único beneficio que busca es que sus cuadros puedan ser contemplados por el público. "Seguir disfrutando yo sola de ellos en mis casas me parece egoísta. No hay ninguna otra colección del XIX español comparable con la mía. La gente se va a volcar".
La mayoría de los cuadros procede de las viviendas de Carmen Cervera
Una de las últimas piezas en llegar es también una de las obras más importantes de la colección: un cristo descendiendo de la cruz, espectacular talla románica que hasta ahora estaba en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. El resto se encontraba guardado en los almacenes del Museo Thyssen y en las viviendas más habituales de Carmen Cervera: La Moraleja , San Feliú y Marbella. Y lo que había en esas paredes privadas son obras de Regoyos, Sorolla, Madrazo, Meifrén, Beruete, Carlos de Haes, Canals, Iturrino, Pla, Fortuny, Julio Romero de Torres, Zuloaga. Mucho paisaje de mar y montaña, mucho retrato y mucho costumbrismo; los temas esenciales del XIX. La baronesa no siente pánico al vacío en las paredes ya que su colección particular pasa de 1200 piezas: "Tengo muchos más. Puedo sustituir unos por otros". El museo ocupa tres inmuebles. Dos son de nueva planta y, el principal, es el palacio Villalón, un edificio del siglo XVI ubicado en pleno centro histórico de Málaga, en la calle Compañía. La mayor parte de sus 7.147 metros cuadrados están dedicados a exposiciones. El resto son para cafetería, tienda y biblioteca. Dos jóvenes arquitectos, Rafael Roldán y Javier González, son los responsables de la recuperación de un edificio que en la década de los sesenta sufrió serios destrozos y espeluznantes retoques que taparon las columnas originales y el artesonado que ahora son piezas esenciales en el edificio. Blanco roto en suelos y paredes (en lugar de gresite azul) y, sobre todo, pequeños miradores interiores que comunican el museo con el entorno multicultural del edificio, configuran el nuevo interior del palacio.
Mientras recorre la avenida del marqués de Larios, la calle peatonal que aglutina el comercio en Málaga, Carmen Cervera recibe regalos de sus nuevos vecinos, firma autógrafos, posa junto a algún espontáneo viandante y recibe felicitación tras felicitación por traer a Málaga esta parte de su colección. "La verdad es que estoy aquí por el empeño del alcalde, Francisco de la Torre (PP). En 2007 me llamó para ofrecerme la creación del museo y su persistencia fue tal que aquí estamos. Todo han sido facilidades", sostiene.
Consciente del momento preelectoral en el que nos encontramos, Carmen Cervera, cree que un museo con este tipo de contenido jugará a favor del alcalde. En contrapartida, no ha tenido la misma colaboración en otras instituciones. El pasado viernes la Junta de Andalucía todavía no había incluido el Thyssen de Málaga en el registro autonómico de museos, algo que no impide su funcionamiento, pero que le excluye de los recomendados en los puntos turísticos. Tampoco la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha mostrado un interés particular. El pasado sábado 12 de marzo, la baronesa y la ministra casi se cruzan mientras González-Sinde entraba en la nueva sede del Arqueológico. "Me hubiera gustado que entrara", reconoce Carmen Cervera, "pero no tendría tiempo".
Mientras en Málaga se organizan los festejos de apertura con tres días de puertas abiertas y la presencia de Antonio Banderas como gran estrella de la inauguración oficial, Carmen Thyssen reconoce que el proyecto de San Feliú, dedicado a la pintura catalana, está algo estancado. El problema, en esta ocasión, parece ser la falta de una ubicación adecuada.
Asegura que no sueña con abrir una cadena de museos con la marca Carmen Thyssen ni que detrás de todo ello tenga ninguna clase de negocio. "Seguir coleccionando como me enseñó mi marido es mi gran pasión. Y que todo ello se vea, mi único objetivo. No me beneficio, al contrario, no tengo más que gastos".
Babelia
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