Mucho galardonado primerizo en la corte del rey Bardem
El actor logra su quinta estatuilla por su interpretación en 'Biutiful'
"No creo que esto sea un reconocimiento al cine catalán, sino que hacemos buen cine y se aprecia". Así empezaba su agradecimiento Agustí Villaronga, con el goya a mejor director en la mano. Acompañaba a la productora Isona Passola, que portaba el premio a la mejor película, en una rebosante sala de prensa. "Con Pa negre teníamos muchas dudas, pero en San Sebastián empezaron las buenas críticas y descubrimos que a la gente le gustaba". Passola le miraba y apuntaba: "Agustí merecía encontrar a su público. Es la tercera película que hacemos juntos y sé que la gente le quiere". En cuanto a los rivales derrotados, que incluían al presidente (Alex de la Iglesia) y a la vicepresidenta (Iciar Bollain), Villaronga (Palma de Mallorca, 1953) fue mucho más calmado: "Bueno, hemos ganado, sí, nueve goyas, pero no creo que hayamos derrotado a nadie. Eso no me entra en la cabeza".
Del resto de los premiados de Pa negre, más allá de la emoción de los dos niños revelados, Francesc Colomer y Marina Comas, o del subidón que paseaba Laia Marull, mejor actriz secundaria y tercer goya que consigue ("hago del único personaje que cree en la verdad, y que por esa verdad cae en la locura"), quedó la imagen de una nerviosa Nora Navas: "Me decían mucho lo de que iba a ganar, más aún después de la Concha de Plata, pero no las tenía todas conmigo. No sabía, no sabía... Al final me ha llegado el alegrón".
El histrionismo fue cosa de Karra Elejalde, mejor secundario por su interpretación de Colón en También la lluvia, un premio que le llega después de muchos años de profesión. "O de inicio de carrera", dijo.
Javier Bardem se llevó el Goya al mejor actor por Biutiful y calienta así motores para los Oscar. Este cabezón sí que parecía cantado. El palco real estaba vacío. Y qué. Bardem estaba en primera fila y Biutiful le dio su quinto goya, convirtiéndose en el intérprete con más premios de la historia. Si en el escenario recordó a su mujer y su hijo "que hacen que me despierte con una sonrisa", en la sala de prensa mordió la estatuilla, y aseguró: "Yo quiero seguir trabajando, no hay actor en este mundo que no tema por su trabajo".
Para su majestad, "este premio significa mucho para la película; estoy en un buen momento, pero yo nunca me he casado con la victoria ni con la derrota, solo con el trabajo".
En un momento que se podría calificar de más banal, Bardem dijo que el goya se queda en casa. Y volvió a la profesión: "Estoy leyendo cosas... Con un guion como Biutiful, bien escrito, no hay forma de hacerlo mal". ¿Y el Oscar? "Los premios son una lotería", dijo como tantas veces. Y desgranó algunos de sus mandamientos artísticos inalterables: "No creo en fronteras ni banderas, sino que trabajemos en el mismo latido. Busco personajes que sean seres humanos, con sus contradicciones".
Y finalmente, el único español con nueve goyas y dos candidaturas a los Oscar. Bien es cierto que el compositor Alberto Iglesias y el técnico en efectos especiales Reyes Abades siguen empatados con nueve cabezones, pero el músico donostiarra suma en la nómina de distinciones sus recurrentes paseos por Hollywood como nominado. "Es increíble", decía con su voz queda. "¿Te lo puedes creer?"
Al final, como apuntaba Rodrigo Cortes, que además del de guion original y el de sonido se llevó el Goya al mejor montaje con Buried: "Debemos ver las cosas con distancia y pensar más en el día de mañana". En su caso, nada menos que rodar su nueva película con todo un Robert de Niro en el reparto.
Babelia
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