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Yamaha cierra la fábrica de Palau y traslada su producción a Francia

La empresa ofrece un puesto de trabajo en París a 100 de sus 430 empleados

Los 430 empleados que tiene Yamaha en la planta de Palau-solità i Plegamans se quedaron helados ayer cuando se enteraron, al entrar a trabajar, de que la compañía japonesa ha decidido cerrar la planta. La firma japonesa no ofreció explicaciones a los trabajadores. Fue el consejero de Empresa y Empleo, Trabajo, Francesc Xavier Mena, quien lo confirmó: la compañía se marcha de Cataluña y traslada la producción de la planta a Francia. En junio comenzará a reducir su producción progresivamente y en 2012 cerrará sus puertas.

Los 430 empleados, aseguró Mena, tendrán varias opciones a las que acogerse. Los de más edad, a un plan de prejubilaciones. Para el resto, hay una oferta de un centenar de puestos de trabajo en la planta de Francia, a las afueras de París. "Para los que tengan la movilidad geográfica complicada", dijo Mena, se tratará de buscar empleo en otras empresas industriales de Cataluña. La Generalitat y Yamaha, aseguró, ya han contactado con algunas que podrían absorber empleo e incluso instalaciones.

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"He llegado a las ocho de la mañana y cuando una compañera me ha dado la noticia hasta me han empezado a temblar las piernas", comentaba Sergi, uno de los trabajadores, a las puertas de la empresa. A sus 44 años, afirma encontrarse en una paradoja. "Se supone que me tendré que jubilar a los 67 años, así que según el Gobierno soy joven, pero para las empresas ya no cuento a mi edad", lamentaba. Lo que molestó profundamente a los trabajadores fue la forma en que se enteraron de la noticia. Verónica, del departamento de Recursos Humanos, reconocía que ha sido la crónica de un cierre anunciado. "La verdad es que se veía venir desde Navidad. Están en su derecho, pero lo que no es lógico es que te levantes por la mañana y te enteres por los medios. Es algo denigrante".

Tanto los empleados como sus representantes sindicales están seguros de que la planta es viable. CC OO y UGT enviaron sendos comunicados donde exigían negociar con la directiva. Pero ya es tarde y la decisión está tomada, tal como Mena reconoció ayer. "La compañía se traslada por una cuestión puramente corporativa. No tiene nada que ver con falta de productividad o competitividad", insistió el consejero.

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Óscar Rivera, secretario general de la sección sindical de CC OO en Yamaha, reconoció que desde hace tiempo les llegaban rumores de cierre. Subrayó que la fábrica vallesana es rentable y que incluso ha sido "el banco de la empresa". Los beneficios que se conseguían en Cataluña, explicó, "servían para compensar las pérdidas de la planta francesa". Como ejemplo, Rivera afirma que en 2009 la fábrica de Palau (que produce el exitoso modelo X-Max) registró tres millones de euros de pérdidas, mientras que en Francia los números negativos llegaron a 25 millones. El coste medio de un empleado de Palau es de unos 36.300 euros, y en Francia, de 50.000 euros. Los sindicatos adelantaron ayer que llevarán a cabo movilizaciones.

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