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Viladecavalls, central de Ficosa

Cuando una multinacional se marcha, encontrar una empresa local que se quede con las instalaciones y su plantilla es el sueño de cualquier Gobierno. Es la solución que busca la Generalitat para el conflicto de Yamaha. Lo mismo que hizo la japonesa Sony, que en septiembre anunció que cerraba la planta de Viladecavalls. Ficosa, que fabrica componentes para automóviles, compró la fábrica por un euro. Y ayer, varios meses después, explicó la profunda reestructuración de la compañía, que culminará en febrero de 2012 y no supondrá recortes en la plantilla.

En total se trasladarán de otras dependencias de Ficosa a las instalaciones de Viladecavalls, de 60.000 metros cuadrados, unos 700 trabajadores, que se sumarán a los 969 que pertenecían a Sony. Estos fabricarán, todavía durante dos años, televisores para la multinacional nipona, pero deberán reciclarse progresivamente hacia las áreas de negocio de Ficosa, tanto las antiguas (componentes de automóviles) como las nuevas (transporte, salud, comunicaciones, etcétera).

Tras el traslado a Viladecavalls (y otras reubicaciones en la planta de pinturas de Soria), la firma cerrará su sede en Mollet del Vallès. También cerrará en Rubí y llevará parte de los 310 trabajadores a la antigua planta de Sony. En esta última localidad se quedarán solo un centenar de empleados, para montar una pequeña instalación dedicada a recambios y energías renovables.

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