El Banco Central portugués advirtió del riesgo de hacer negocios en Irán
La oposición lusa pide explicaciones al presidente de la primera entidad de crédito privada sobre su propuesta de ofrecer información a Washington
Los planes del Banco Comercial Portugués (BCP), primera entidad privada del país, de intentar un acuerdo con Estados Unidos para hacer negocios en Irán, revelados en un cable de la Embajada en Lisboa difundido el lunes por EL PAÍS, han provocado una fuerte sacudida en medios políticos y financieros de Portugal. La noticia acaparó ayer la atención de todos los medios de comunicación, y desencadenó una cascada de reacciones, entre las que destaca la del Banco Central de Portugal. El supervisor bancario advirtió a las autoridades del BCP que las sanciones internacionales a Irán prohíben la financiación o asistencia financiera a entidades con sede en el país islámico.
En una primera reacción al cable de la Embajada de EE UU, el supervisor bancario confirmó ayer que tenía conocimiento previo del viaje de una delegación del BCP-Millennium a Teherán en abril de 2009, invitada por la Embajada iraní en Lisboa. El Banco Central, que presidía en aquella época Vítor Constâncio (actual vicepresidente del Banco Central Europeo), recordó al BCP "las obligaciones legales de informar" al procurador general de la República y a la Unidad de Información Financiera "de cualquier operación, en curso o realizada, que pueda constituir un delito de lavado de dinero o financiación del terrorismo". Según el Banco Central, el BCP informó haber tomado las medidas necesarias para no violar las sanciones internacionales a Irán y, posteriormente, dio cuenta de que "no realizaría ninguna actividad comercial con bancos iraníes".
El Gobierno dice que no sabe nada sobre la actividad del BCP en Teherán
Santos Ferreira es acusado de violar la confidencialidad del sector bancario
Tras la primera avalancha informativa que daba cuenta del despacho estadounidense de febrero pasado, en el que no sale bien parado el presidente del BCP, llegaron los desmentidos. Y lo hicieron en cadena. Primero fue el banco implicado en la noticia, que el domingo rechazó comentar a este diario el contenido del explosivo cable de la Embajada estadounidense. Un comunicado oficial del BCP señaló que "la simple idea de compartir información es falsa y fantasiosa", y negó que el presidente del banco, Carlos Santos Ferreira, ofreciera informar a EE UU sobre cuentas de clientes iraníes y actividades financieras en Irán, a cambio de poder hacer negocios en el país islámico.
El Gabinete del primer ministro José Sócrates, que según la Embajada de EE UU estaba al tanto de la propuesta del BCP para hacer negocios en Irán, difundió una escueta nota en la que señala que el jefe de Gobierno "no tiene ni nunca tuvo conocimiento de ninguna actividad comercial del BCP en Irán". El ministro de Asuntos Exteriores, Luís Amado, dijo que se enteró de la noticia el domingo por la noche a través de Internet. "No tengo que pronunciarme sobre las relaciones de los jefes de misión acreditados en Lisboa con las instituciones y los agentes privados", declaró en Bruselas. Los partidos políticos del arco parlamentario, desde el conservador Partido Social Demócrata (PSD) al izquierdista Bloco de Esquerda (BE), han pedido explicaciones al presidente del BCP. Miguel Macedo, portavoz parlamentario del principal partido de la oposición (PSD), calificó el asunto de relevante y de gran magnitud. Por su parte, el diputado del BE Jorge Costa advirtió de que Santos Ferreira podría haber violado groseramente el deber de confidencialidad de las instituciones bancarias, por lo que pidió el esclarecimiento de los despachos de la Embajada en Lisboa.
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